"Para poner en práctica nuestros valores y fortalezas, hay que empezar por las cosas más básicas y fijarse y cumplir metas a muy corto plazo y que se pueden cumplir. Alcanzar estos pequeños logros nos dará la energía para seguir cumpliendo las siguientes objetivos". Este es uno de los mensajes de optimismo que este lunes ha transmitido Marta Arce, judoka paralímpica con dos medallas de plata y una de bronce en los juegos de Atenas, Pekín y Londres, durante la inauguración de la Jornada de Gestión Práctica de la Oficina de Farmacia organizada por CF con motivo de su XIX aniversario.
La historia de esta deportista de élite no ha sido fácil y ha estado marcada por los problemas derivados de la patología crónica que padece: albinismo OCA1 óculo cutáneo completo de tipo 1, que le ha generado problemas de visión, de hecho sólo tiene un 10%. "De pequeña iban sin gafas, sin gorra. No tenía ayuda, adaptaciones, apoyo ni comprensión. Iba a un colegio sin adaptación y era muy complicado moverme, no podía leer y no podía hacer lo mismo que mis compañeros. Y se me acusó de faltas de ganas y de vaguería, y a mí no me importaba, y menos en la adolescencia, cuando te preguntas qué haces y qué quieres hacer. Nadie esperaba nada de mi ni yo tampoco".
Según ha contado, todo aquello cambió cuando a través de la Fisioterapia, de la que ha hecho su profesión, se topó con el judo paralímpico, que le enseñó valores que trascienden del deporte: "Del judo he extraído muchas cosas positivas que son análogas con la vida misma. El objetivo del judo es mantenerte de pie y derribar al otro. No suena honorable -ha confesado entre risas-, pero estrangulas al contrincante con mucho respeto y muchos saludos".
Tras entrenar y dedicarse a esta práctica en cuerpo y alma Arce se dio cuenta de que muchas capacidades que desconocía: "Vi que tenía capacidad de trabajo, sacrificio, perseverancia, esfuerzo y mucha energía. Me di cuenta de que podía hacer cualquier cosa porque tenía la motivación de mi parte. Yo era libre para decidir qué hacer, incluso era libre de mí misma y de las barreras que me había puesto yo y la sociedad".
No solo éxitos
Entonces llegaron los éxitos, las medallas y... los golpes, los brazos rotos, las lesiones, y las derrotas. En su intervención mencionó "la final apoteósica de los juegos parlaímpicos de Pekín". "Fueron solo tres segundos y mi contrincante lo hizo muy bien y yo pequé de exceso de confianza. Fui derrotada". Ante los asistentes ha recordado cómo se subió al podio en un mar de lágrimas por la derrota sufrida y "sujetándose la muela con la lengua", que se dañó por el golpe que sufrió en la competición. "No supe valorar que tenía una medalla de plata", ha lamentado.
Fue entonces cuando se retiró de la competición animada también por su deseo de formar una familia y ser madre.
"Pero las heridas se van cerrando -ha añadido- y vi que tenía que pedir ayuda y mantener la comunicación abierta, con otros deportistas y con asociaciones".
Saber adaptarse
Ahora sigue entrenando, trabajando y disfrutando de su familia. Su objetivo es el mismo, pero se ha dado cuenta de que tiene que hacer las cosas diferentes y poner en valor las cosas del día a día y no solo centrarse en el resultado. "En el deporte de lucha, las medallas no depende de ti exclusivamente, porque el otro también quiere lo mismo que tú y con la misma energía".
En su opinión, hay que saber adaptarse y, por ejemplo, ahora con el coronavirus, que obliga a entrenar con el coronavirus y que parecía que era imposible, también se puede. "La vida te enseña a seguir en pie y como vosotros tenéis que seguir en pie, ayudando a los crónicos a seguir en pie y que continúen por el camino del buen estado de salud".
En primera línea
La judoka no ha perdido la oportunidad de reconocer la labor que han hecho los farmacéuticos durante la pandemia, manteniéndose en primera línea de atención sanitaria, "atendiendo a los pacientes crónicos cuando ya no había un médico al otro lado del teléfono porque estaban atendiendo lo urgente. La farmacia ha aguantado el chaparrón y las quejas de los pacientes porque no había de nada y despachando medicamentos".
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