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martes, 29 de septiembre de 2020

Así afecta la covid-19 a la rutina diaria del laboratorio clínico

Profesión
manuelbustelo
Mié, 30/09/2020 - 07:00
En primer plano
Joaquina Díaz, jefa de Servicio de Análisis Clínicos del Hospital de Elda (Alicante), pone rostro a cómo están viviendo los laboratorios desde dentro el impacto de la covid-19. (Pepe Olivares)
Joaquina Díaz, jefa de Servicio de Análisis Clínicos del Hospital de Elda (Alicante), pone rostro a cómo están viviendo los laboratorios desde dentro el impacto de la covid-19. (Pepe Olivares)

El impacto que la pandemia de la covid-19 ha tenido en el ámbito hospitalario en lo que llevamos de 2020 ha sido atroz. Ha obligado a reestructurar plantas para ingresar a más pacientes, a reequipar unidades de cuidados intensivos, a reorganizar personal y a cambiar la forma de gestionar el arsenal terapéutico. Los distintos servicios de los hospitales, independientemente de sus dimensiones, se han visto obligados a adaptarse a una nueva realidad sanitaria; y los laboratorios clínicos, donde se analizan las distintas muestras, no son una excepción. En ellos, concretamente en los de Microbiología, ha recaído una labor fundamental en esta crisis: la elaboración de pruebas PCR que, si ya tenían protagonismo, ahora en esta segunda ola de contagios vuelven a estar de plena actualidad.

Un ejemplo claro sobre cómo ha cambiado la pandemia la actividad diaria de estos departamentos lo muestra Joaquina Díaz, jefa de Servicio de Análisis Clínicos del Hospital General Universitario de Elda (Alicante). Según explica, de su servicio dependen tres laboratorios: el de Urgencias, el de pruebas rutinarias y el de Microbiología. Sin lugar a dudas, éste último ha sido el que más ha visto alterada su actividad, ya que a su labor diaria de analizar muestras de exudados, esputos, orina, heces y otras sustancias, se ha sumado en gran medida la realización de PCR. “De marzo a agosto hemos trabajado con un total de 14.729 pruebas PCR. De ellas, 10.295 las hemos realizado aquí en el Hospital de Elda; 3.242 las hemos enviado al Hospital General Universitario de Alicante -que es nuestro hospital de referencia-, y 1.192 las hemos derivado a laboratorios externos”, explica.

Trabajar con ese volumen de pruebas ha llevado a que haya que ampliar el horario de trabajo. “En el laboratorio de Microbiología se trabaja de lunes a sábado de 8.00 a 15.00, pero cuando la presión asistencial ha sido mayor se ha trabajado también algunas tardes y el domingo ha venido un técnico a preparar pruebas para enviarlas a Alicante. Eso ahora va a cambiar. A partir de octubre, como se prevé que la cosa va a ir a más, se va a trabajar de lunes a domingo de 08.00 a 22.00; un total de 14 horas repartidas en dos turnos”, señala Díaz.

Esto implica, además, contratar a más personal. Si ya durante la primera fase de la pandemia, concretamente en el mes de mayo, se incorporaron al laboratorio dos técnicos y un facultativo especialista en Microbiología, “ahora se ha aprobado la contratación de cuatro técnicos más” para hacer frente a lo que está por llegar. “La segunda ola se prevé fuerte y debemos estar preparados. La carga de trabajo va a ser importante y debemos utilizar a nuestro favor todo lo que hemos aprendido en los meses anteriores”, apunta la jefa de servicio.

“El laboratorio de Microbiología trabajará 14 horas de lunes a domingo”

Y es que lo vivido desde el pasado marzo supone, según relata, “una experiencia y un aprendizaje que no debe desaprovecharse”. Prueba de ello es la previsión con la que ahora cuentan de reactivos para realizar pruebas PCR. “Hay veces que no todas las casas comerciales te mandan todos los reactivos que les pides, por eso tenemos cuatro o cinco alternativas diferentes. Hemos aprendido a diversificar, hemos aumentado los equipos y estamos tomando todas las medidas posibles para estar preparados”, afirma.

A pesar de que ahora cuentan con media decena de equipos para hacer pruebas PCR, Díaz asegura que los inicios de la pandemia no fueron fáciles: “Ya en marzo tuvimos 873 PCR, pero tuvimos que mandarlas a Alicante. Contábamos en el laboratorio con cámara de flujo laminar y con termocicladores, pero no teníamos extractor, que es fundamental para el paso previo de la muestra, en el que tienes que extraer el ácido ribonucleico (RNA). Tuvimos que pedirlo y ya en abril se pudieron hacer aquí casi 1.000 PCR, y en mayo ya hicimos unas 2.500”.

Menos muestras rutinarias y en Urgencias

Si bien la actividad del laboratorio de Microbiología del Hospital de Elda ha crecido exponencialmente desde el inicio de la crisis sanitaria, los otros dos que conforman el servicio que capitanea Díaz -Urgencias y pruebas rutinarias- han visto como su volumen de muestras se veía reducido, sobre todo al inicio de la pandemia. En estos dos laboratorios se analizan distintas sustancias que no incluyen las propias del laboratorio de Hematología, ya que en este hospital dicho laboratorio está integrado en otro servicio. “Nosotros en los laboratorios de Urgencias y de rutina analizamos suero (sangre centrifugada), plasma, líquido cefalorraquídeo, líquido ascítico, líquido pleural, líquido peritoneal... y en ambos notamos un descenso en el número de muestras, sobre todo al principio, con motivo de la pandemia”, expone Díaz.

Para poner cifras a este descenso, toma como ejemplo el mes de marzo y señala que, en el caso del laboratorio de pruebas rutinarias, “en la primera quincena hubo una media de peticiones de 830 diarias, mientras que en la segunda quincena fue de 280”. Algo similar ocurrió en el laboratorio de Urgencias: “Si en los primeros quince días de marzo tuvimos una media de 220 muestras diarias, el número de peticiones bajó y pasamos a hacer unas 150 muestras diarias en la segunda quincena”.

“De enero a agosto hemos trabajado con un total de 14.729 PCR”

Buena parte de estos descensos, sobre todo en casos de urgencia, reside en que la afluencia de pacientes al hospital se vio muy mermada por el miedo que tenía la población a posibles contagios. “Era evidente que, a raíz de la pandemia, solamente acudía al hospital quien realmente se encontraba mal. La gente tenía mucho miedo de infectarse y eso hizo que se quedase en casa si notaba cualquier síntoma leve que no mostrase gravedad”, apunta.

A pesar de esto, los datos que maneja Díaz revelan cómo, pese a la caída inicial que se produjo en el número de muestras fruto de la pandemia, la situación ha ido remontando. “En lo que respecta al laboratorio de rutina, el periodo más bajo de media de peticiones por día se dio en abril, con 262. Pero a partir de ahí la cosa ha ido en aumento: en mayo ya hubo una media de 408 peticiones, en junio fue de 608, y ya estamos en el orden de las casi 700 diarias. Vamos encaminados hacia la cifra que teníamos antes de la pandemia y no creo que, a pesar de la llegada de esta segunda ola, la cifra vuelva a descender tan notablemente”, asegura.

Más determinaciones por muestra

Sin embargo, un menor número de muestras en estos laboratorios con la llegada de la pandemia no se ha traducido en una menor carga de trabajo ya que, tal y como cuenta Díaz, en el caso del laboratorio de Urgencias, el análisis de cada muestra pasó a ser mucho más exhaustivo. “Aunque se redujeron las muestras, eran analíticas mucho más completas. Si antes teníamos una media de 9 determinaciones por cada petición, con la pandemia esa media ha subido a 13”.

La explicación a esto, tal y como cuenta, está en poder aportar más factores para detectar posibles casos positivos: “En Urgencias, todo lo que llegaba eran sospechas de covid. Para ayudarles en el diagnóstico, los clínicos nos pidieron que implementásemos dos parámetros que son de rutina: el lactato deshidrogenasa (LDH) y la ferritina. Se vio que ambos se elevaban en pacientes de covid y que eran una ayuda más para el diagnóstico; así que los implementamos también en Urgencias para poder ayudar”.

“Disminuyeron las muestras de Urgencias, pero pasaron a ser más completas”

Y no solo eso. También se han incrementado las peticiones de medición de gases en sangre. “Estas muestras nos llegan en una jeringa especial para evitar que se mezclen con los gases atmosféricos y, a través de ellas, determinamos la presión parcial de CO2 y la presión parcial de oxígeno que tiene el paciente”, detalla Díaz.

Profesionalidad

En cuanto a cómo ha afectado la pandemia al equipo humano que integra el Servicio de Análisis Clínicos que ella lidera, Díaz reconoce que, en las primeras etapas de la pandemia, se respiraba “respeto” y “miedo”, aunque aplaude que, en todo momento, la responsabilidad profesional ha estado por encima de todo: “Al principio había mucho desconocimiento y se vivía con temor al contagio, no solo de uno mismo, sino de los familiares con los que se convive. Eso sí, se trabajaba con miedo, pero se trabajaba. Mi equipo ha estado siempre al pie del cañón y ha demostrado una profesionalidad que es digna de admiración”.

Díaz aplaude la profesionalidad de su equipo y agradece a la dirección del hospital su esfuerzo y apoyo frente a la pandemia. (Pepe Olivares)

De igual modo agradece a los responsables del hospital cómo han lidiado con una situación pandémica nada fácil. “Por parte de la dirección siempre hemos tenido el máximo apoyo. La gerencia se ha volcado y se ha estructurado todo en función de las necesidades que iban surgiendo. Si ha hecho falta un reactivo, se ha pedido; han permitido implementar técnicas sin ningún problema, y nos han dado todas las facilidades posibles. Eso es de agradecer. Hemos tenido todo su apoyo y eso nos ha permitido adecuarnos a la circunstancias”, afirma.

Plan de contingencia

En lo que respecta a la organización de los equipos de trabajo de los laboratorios, la pandemia también ha obligado a realizar cambios. En el caso concreto del Hospital de Elda, estas modificaciones pueden verse, más allá de las incorporaciones que han ido produciéndose en Microbiología, en el laboratorio de pruebas rutinarias. “En el laboratorio de rutina se hizo un plan de contingencia. Facultativos, técnicos y residentes se dividieron en dos grupos y se turnaban trabajando por semanas: una semana un grupo y otra semana el otro. El objetivo era poder poner a un grupo entero en cuarentena si alguno de sus miembros se contagiaba y que el otro grupo pudiese seguir trabajando. Afortunadamente, no ha habido ningún contagio”, relata Díaz.

“La segunda ola se prevé fuerte y debemos estar preparados”

En el caso del laboratorio de Urgencias, no ha hecho falta introducir modificaciones en cuanto a la organización de sus integrantes ya que, tal y como explica la jefa de servicio, cuenta con un sistema de turnos rotatorios en los que el contacto directo entre compañeros es más reducido:  “En el laboratorio de Urgencias hay tres técnicos que trabajan de 08.00 a 15.00 horas. Luego, a las 15.00 horas, se va uno de ellos y los otros dos trabajan hasta las 20.00 horas. A partir de las 20.00 horas entran otros dos técnicos que hacen el turno de noche (de 20.00 a 08.00 horas del día siguiente). En cuanto a los facultativos que están al mando, por la mañana se encarga uno de lo que se trabaje en el laboratorio de rutina y, a partir de las 15.00 horas, el que esté de guardia localizada”. 

Más allá de la gestión de equipos a nivel macro, la pandemia también ha dado pie a situaciones que obligan a dar un golpe de timón sobre la marcha. Díaz vivió una de ellas: “Una de las facultativas de mi equipo es especialista en Medicina Preventiva. Durante la pandemia, los dos preventivistas que trabajan en el hospital se infectaron y dirección tuvo que moverla para que trabajase en Preventiva. Por supuesto, entendimos perfectamente esta decisión y tuvimos que organizarnos para cubrir su hueco en el laboratorio”, cuenta.

Más comunicación 

Díaz reconoce que la pandemia está siendo dura e intensa, pero también admite que está trayendo consigo lecciones profesionales que ojalá perduren en el tiempo. Una de ellas es cómo está potenciando la colaboración entre profesionales del hospital que trabajan en distintos ámbitos, y entre servicios que antes no tenían el vínculo y el contacto que tienen ahora. Pone como ejemplo la comunicación que tienen ahora en Análisis Clínicos con el servicio de Neumología. “Ha habido un facultativo de Neumología que ha sido el hilo conductor con nosotros. El trabajo con él nos ha permitido crear un perfil covid que ya quedó prefijado de tal manera que, cada vez que se solicita, salen de inmediato todas las pruebas que precisa este perfil. Ha estado en contacto directo y permanente con nosotros y eso ha permitido que podamos trabajar juntos frente a esta difícil situación, en un ambiente excelente, intentando ofrecer siempre la máxima colaboración profesional por parte de todos”, concluye Díaz.

Joaquina Díaz, jefa de Servicio de Análisis Clínicos del Hospital General Universitario de Elda (Alicante), explica cómo se han adaptado sus laboratorios a la realidad impuesta por la pandemia. coronavirus Off Manuel F. Bustelo Profesión Off

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