El COF de Pontevedra ha abanderado una propuesta, con el apoyo del resto de COF gallegos, sobre dispensación anticipada para garantizar la continuidad del tratamiento a los pacientes crónicos. Presentaron dicho programa el pasado 28 de octubre a Jesús Manuel Balea, subdirector general de Farmacia del Servicio Gallego de Salud (Sergas), pero lo rechazó. ¿Las causas? No le ven encaje legal y creen que no solucionaría el problema de la falta de renovación de recetas.
Este programa lleva presentándose a la Administración desde 2013. Como reconoce Alba Soutelo, presidenta del COF de Pontevedra, tiene muchas versiones, todas presentadas a los sucesivos consejeros de Sanidad. "Este año 2020 ya hice dos propuestas, una en marzo y esta en septiembre. Va evolucionando", afirma con sentido del humor para quitar hierro a una cuestión que a nadie le produce risa: ni a los sanitarios ni a los pacientes.
La dificultad para el farmacéutico radica, según se explica en el documento, en que cada día se presentan pacientes en las farmacias que, a pesar de tener prescripciones activas de medicamentos, no tienen recetas disponibles, lo que origina una casuística diversa. "El farmacéutico está asumiendo la responsabilidad de decidir si deja al paciente sin el medicamento que necesita, del que no tiene recetas pero sí tiene una prescripción médica, o si, velando por la salud del paciente, le adelanta el medicamento, a pesar de no estar amparado para hacerlo" y se arriesga a sanciones, reza el escrito.
Es una reivindicación que llevan haciendo desde 2013, pero que se ha agravado a raíz de la covid-19, como aseguran. Los pacientes argumentan en la farmacia que en su centro de salud no les renuevan las recetas porque no disponen de citas, y les indican que vayan a la farmacia para que les adelanten los medicamentos.
Farmacéuticos y médicos de AP, desbordados
Durante el estado de alarma la Consejería de Sanidad adoptó una solución temporal, al poner en funcionamiento un sistema de renovación de recetas de tratamientos crónicos por los farmacéuticos de atención primaria (FAP), que se ha prorrogado debido a la persistencia de la situación de emergencia sanitaria. "Sin embargo, esta solución, aunque durante un corto periodo de tiempo funcionó, enseguida dejó de dar una respuesta eficaz al problema de los adelantos, dado que no hay suficientes FAP para atender a todos los pacientes que no disponen de citas médicas para renovar sus recetas. No obstante, este sistema continúa solucionando casos puntuales".
Propuesta para dar "amparo legal"
Por ello, el COF de Pontevedra plantea en este documento que "es preciso dar amparo al farmacéutico comunitario que coopera con el Sistema Nacional de Salud (SNS) para que, en determinados casos justificados, pueda realizar y registrar una dispensación anticipada de medicamentos de los que hay una prescripción médica, pero no hay recetas disponibles, a fin de evitar el problema de salud que se le puede ocasionar al paciente por incumplir las pautas establecidas por el médico responsable de la prescripción".
La entidad presidida por Alba Soutelo argumenta que "el sistema de receta electrónica permite tener un control absoluto sobre las dispensaciones, por lo que es factible que el farmacéutico registre en el sistema que dispensa un medicamento del que existe una prescripción, pero no recetas activas, habiendo establecido previamente la Administración sanitaria los casos en los que puede hacerlo".
Soutelo recalca, por tanto, que lo que pretenden no es dispensar sin receta, sino tener amparo legal: "Este año, con el estado de alarma, está siendo horrible. Como los médicos no dan abasto para renovar las recetas, se está permitiendo hacerlo a los farmacéuticos de AP, pero entre los dos tampoco tienen capacidad, y nos remiten a los pacientes a las farmacias para que les adelantemos la medicación. Lo que nosotros decimos es que si nos obligan a hacer esto dado su problema asistencial, que al menos nos den amparo legal".
Además, a esto se le suma otra traba añadida, el Sevem (Sistema español de verificación de medicamentos), que entró en vigor el 9 de febrero de 2019: "Te obliga a verificar el medicamento y anularlo en el momento en que se lo das al paciente. Si se lo adelantas, ya está anulado ese código", recalca.
El ejemplo de Cataluña
En esta búsqueda de soluciones, la presidenta del COF de Pontevedra se refiere a comunidades autónomas como Cataluña, donde sí han permitido al farmacéutico realizar esta función de adelantar las dispensaciones.
Jordi de Dalmases, vicepresidente del Consejo General de COF y presidente del Consejo catalán de COF hasta el pasado mes de julio, asegura que en Cataluña durante el anterior estado de alarma han permitido al farmacéutico comunitario prolongar las prescripciones (así lo han llamado aquí), de modo que con este sistema se han dispensado 76.000 envases, bajo responsabilidad del farmacéutico.
De Dalmases pone un ejemplo: "Un paciente tenía prescrito un fármaco para dormir y le había caducado. El farmacéutico, bajo su responsabilidad y con su firma, estaba autorizado a prolongar la prescripción; es decir, a dispensar una caja más". No se trata, por tanto, de renovar automáticamente la dispensación: "En otros sitios lo que se hizo fue aumentar el número de cajas en la receta electrónica. Por contra, en Cataluña, se dejaba en manos del farmacéutico si apreciaba que el fármaco había caducado, pero era un paciente hipertenso o diabético y necesitaba la medicación, al tenerla prescrita como crónica...".
Jordi de Dalmases aplaude esta medida que, según explica, no se ha permitido hasta ahora en España, aunque sí está contemplada en el sistema sanitario británico (National Health Service).
Y añade: "Lo que buscan los COF gallegos es una cosa similar, siempre y cuando ese medicamento estuviera prescrito con anterioridad de manera crónica".
Qué opinan los farmacéuticos de AP
No todos ven esta solución tan clara. Ángel Mataix, presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap), considera que la propuesta gallega implica permitir dispensar sin receta, por lo que le parece lógica la postura de la Consejería: "Esto, evidentemente, ni Galicia ni ninguna otra comunidad autónoma lo va a permitir, por seguridad del paciente. El farmacéutico puede conocer muy bien al paciente, pero no siempre se trata de prolongar tratamientos, sino que a veces puede implicar prescribir tratamientos nuevos".
Sobre el hecho concreto que sucede en Galicia, que el centro de salud derive al paciente sin tener la receta, lo considera un error por parte del centro de salud: "Es un mensaje erróneo". Aun así, añade que en cada comunidad autónoma se han ido adaptando a las necesidades puntuales y que en muchas (Madrid incluida) se está subsanando con consultas telefónicas.
Mataix, farmacéutico de AP en la subdirección general de Farmacia de la Comunidad de Madrid y responsable de receta electrónica, comenta que para él hay dos conceptos distintos: uno, adelantar la medicación de un paciente que necesite la medicación, y otro, que éste caduque.
Mataix comenta que, por definición, "ningún sistema de receta electrónica te va a permitir adelantar dispensaciones definidas a futuro, porque calcula las necesidades del paciente y el propio decreto de receta médica lo impide".
Otra cosa -añade- es cómo se renuevan los tratamientos crónicos, definido en cada comunidad autónoma con un sistema diferente, y todo tiene sus pros y sus contras. En algunas se hacen revisiones automáticas, como en Madrid.
Aun así, Mataix sí cree que haya sobrecarga de trabajo de los farmacéuticos de AP en Galicia, aunque la ratio sea mayor que en la media nacional, tanto en cuanto a médicos (un farmacéutico por cada 31 médicos) como a población (uno por cada 34.843 habitantes): "Hay un farmacéutico por centro de salud, que es muchísimo, pero hay centros de salud muy grandes con un gran volumen de pacientes crónicos, sobre todo ahora, con la situación que tienen los médicos de AP, que ya bastante están haciendo con los recursos que tienen", indica.
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