Es comúnmente aceptado que hay 17 sistemas sanitarios, uno por cada comunidad autónoma y el Insalud. Sin embargo, con una mirada más profunda, puesta en la España vaciada, vacía o rural -como se quiera llamar- esa cifra se dispara. Hay sonadas diferencias territoriales en el acceso a un médico de atención primaria, un especialista, o un tratamiento y, ahora, también en el acceso a la tercera dosis de la vacuna contra la covid-19.
Hace dos semanas, doscientas personas se reunieron en el pueblo de Lumbrales (Salamanca) para reclamar que los ancianos recibieran la dosis de refuerzo contra la covid y la de la gripe en sus casas o, al menos, en el consultorio de su pueblo. Fue el primer sábado del mes de noviembre y hasta esta localidad de la comarca del Abadengo, con una población de 1.600 habitantes -y descendiendo- llegaron vecinos de Hinojosa de Duero (660 habitantes), Saldeana (100 habitantes), Cerralbo (150 habitantes)...
La convocatoria para la concentración resultó casi improvisada. Dos días antes los vecinos mayores de 80 años, de una veintena de pueblos diseminados por las comarcas de las Arribes, Tierra de Vitigudino y el Abadengo fueron advertidos de que para ponerse la tercera dosis debían desplazarse hasta Aldeadávila (1.240 habitantes) o en Vitigudino (2.500 habitantes) poblaciones que son cabeza de partido y hacerlo un martes, entre semana.
Las distancias que los octogenarios tenían que salvar para llegar a ese tercer pinchazo equivalía a un tiempo en coche de alrededor de 30 minutos aproximadamente. Pero ahí no radica la mayor dificultad de esta medida. El inconveniente es que estos ancianos no conducen ni tienen coche y en la zona no hay línea de autobuses regular que conecte a estos pueblos. De modo que dependen de familiares para su desplazamiento, familiares que viven en Salamanca capital o en Madrid.
"Es un despropósito, por no decir que es una burla. Quien ha tomado esta decisión no conoce el mundo rural. Pretenden que personas sin capacidad para desplazarse por si mismas y sin transporte tengan que depender de un taxi, que van a tener que pagar para poderse vacunar, cuando antes se hacía en los municipios". Así se pronuncia Luís Rodríguez Herrero, médico de Atención Primaria en el Sacyl en Vitigudino y alcalde de Pereña de la Ribera (340 habitantes).
Y añade: "Creo que es una burla a la ciudadanía del mundo rural, fundamentalmente. Ese es el mayor problema, sin entrar en otro tipo de consideraciones porque técnicamente no encuentro ninguna dificultad para poder vacunar en todos y cada uno de los consultorios. En cambio se va a vacunar en un frontón, que no es una institución sanitaria, que no reúne condiciones sanitarias para la vacunación y no se van a utilizar ni los tres centros de salud que hay en la comarca, ni excelentes consultorios locales que hay en cada población".
En estas cuestiones de la salud no hay colores políticos, todos estamos en contra de esa vacunación centralizada en frontones de pelota donde los ancianos esperan a la intemperie a ser vacunados, como explica José Francisco Bautista Méndez, alcalde de Hinojosa del Duero, que reitera: "Es más fácil desplazar a un equipo que a decenas de personas a un frontón para que pasen frío". ¿Responsable de esta decisión? Bautista señala a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, y al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. ¿Las gerencias provinciales? "Obedecen órdenes de arriba", responde el alcalde de Hinojosa del Duero.
En España hay 729.868 personas que viven en pueblos de menos de 500 habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2020. Esta cifra representa el 1,5% de los 47.394.223 habitantes que hay en el país. En Castilla y León son menos de 300.000 personas, las que viven en estas poblaciones de menos de 500 habitantes, con un peso en la población total de la comunidad del 12,2%.
El mensaje que sobrevolaba a la concentración celebrada en Lumbrales era que a los ancianos de estas poblaciones no se les escuchaba, ni se tenía en cuenta sus circunstancias. Hermenegildo Marcos Carrera, representante nacional de Atención Primaria Rural de la Organización Médica Colegial, viene a corroborar esta impresión. "El enfado es lógico porque se toman decisiones sobre estas poblaciones sin contar ni con los ayuntamientos ni con los profesionales sanitarios y sin saber que en estas zonas el transporte es un problema"
Marcos Carrera es médico en un pueblo de Zamora desde donde describe una estampa similar a de las comarcas de la vecina Salamanca. "No han contado con nosotros, como médicos rurales para tomar decisiones y luego, en muchas ocasiones, nos llegan las quejas de los vecinos. Ha fallado la comunicación también con los ayuntamientos de estas poblaciones más pequeñas. En las anteriores ocasiones, ha habido alcaldes que sabiéndolo con tiempo la citas para las vacunas han organizado el transporte para llevar a sus vecinos a donde tenían que vacunarse".
Índice de envejecimiento
Castilla y León cuenta con la población más envejecida del país, con un 13,91% de sus habitantes mayores de 75 años y con un índice de envejecimiento de 204% esto es que hay 204 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, según informa el INE. Estas cifras son seguidas muy de cerca por Asturias y Galicia.
En el caso de Asturias, el índice de envejecimiento es del 231% y el de Galicia del 207%, comunidades con una población mayor de 75 años considerable: en Asturias representa el 13,21% y en Galicia, el 13,75%.
¿Cómo se ha organizado la vacunación de la dosis de refuerzo entre los octogenarios rurales de Galicia y Asturias?
La normalidad está siendo la tónica en el medio rural de Galicia durante la campaña de refuerzo de la inmunidad contra la Covid-19, aunque la administración de las vacunas también se concentra en los centros de cabecera de la comarca. “No hemos detectado problemas importantes más allá de situaciones en las que hay que retrasar la tercera dosis porque no han transcurrido seis meses desde la segunda o personas que llaman porque no han recibido el SMS con la citación”, confirma Trinidad Gamarra Mondelo, vocal de Medicina Rural del Colegio Oficial de Médicos de Ourense.
La experiencia en Galicia
La estrategia que se está siguiendo en Galicia para vacunar con la tercera dosis a los mayores de 70 años que residen en el entorno rural es la misma que para los que viven en el medio urbano, salvo que a diferencia de lo que ocurre en las ciudades, donde la mayoría de los pacientes son citados en su centro de salud, los que viven en pequeñas poblaciones deben acudir a los centros de salud referentes en cada comarca. No sucede así con los pacientes que no pueden moverse, en cuyo caso la enfermera del centro de salud acude a su domicilio.
La campaña comenzó el 25 de octubre con las personas que tienen 80 o más años vacunadas con las dos dosis y siempre que hayan pasado seis meses en el caso de las inmunizaciones de Pfizer y Moderna, y tres en el caso de Janssen. La regla general es la citación por SMS y se llama por teléfono a todos aquellos que no tengan un teléfono móvil en su ficha. “Además, se contacta telefónicamente con todos los que no acuden y se les da una nueva cita”, asegura el Servicio Gallego de Salud (Sergas).
Asimismo, a partir del 19 de noviembre se comenzó a convocar en los grandes recintos y en hospitales comarcales a toda la población de entre 70 y 79 años vacunada con la misma dinámica: citación por SMS y contacto telefónico para las personas que no acuden. Como en la anterior franja de edad, las enfermeras acudirán al domicilio de las personas inmovilizadas.
A todos ellos, se les ofrece inocularles la vacuna contra la gripe. En este sentido, Trinidad Gamarra comenta que, a diferencia de la temporada pasada, este año se están recibiendo las vacunas contra la gripe una vez están administradas el 75% de las que disponen.
Apuntes sobre Asturias
En Asturias la tercera dosis de la vacuna frente a la Covid-19 se está administrando simultáneamente con la de la gripe a la población mayor de 70 años, excepto en el área sanitaria IV con cabecera en Oviedo, en la que excepcionalmente no se están haciendo coincidir ambas vacunas y se dejan pasar al menos siete días entre una y otra. Y en todas las áreas se está administrando en los centros de salud, excepto de nuevo en el área IV y en el área V, esta última con cabecera en Gijón, donde se han organizado puntos de vacunación masiva.
En el área V, la de mayor población de Asturias, se está dispensando en tres puntos de vacunación masiva, ubicados en Candás, Gijón y Villaviciosa, a donde debe acudir población que vive tanto en áreas urbanas como rurales. En el Principado de Asturias hay 3.372 habitantes en pueblos de menos de 500 vecinos.
En el área IV, además de en los centros de salud se administra en el HUCA y en el Hospital Monte Naranco. Y es en las áreas de Oviedo y Gijón donde se han registrado esperas y colas en algunos momentos, que desde el Simpa explican que ha sido porque se cita a varias personas a la misma hora. La Consejería de Salud describe esas esperas como “situaciones puntuales”.
En el caso de las personas institucionalizadas o que por su situación no se puedan desplazar al centro de salud o al punto de vacunación la tercera dosis les es administrada en el centro sociosanitario o en su hogar, según explican desde la Consejería de Salud.
Fin de la historia de la movilización en Salamanca
De vuelta a las comarcas charras y cuando ya han transcurrido más de dos semanas de la movilización descrita es posible conocer la repercusión que ha tenido. La protesta se cerró con un acuerdo, que los mayores no acudieran a la cita para vacunarse esperando a recibirla en su consultorio o en casa. El Sacyl respondió y empezó a vacunar en consultorios y centros de salud de las poblaciones más grandes, como Lumbrales, donde se pinchó la tercera dosis a sus vecinos.
Sin embargo, eso no impidió que los octogenarios de pueblos más pequeños tuvieran que movilizarse para recibir el pinchazo o los pinchazos, si también se ponían la de la gripe. Así le ocurrió a Belisario (90 años) y a su mujer Elisa (88 años) a los que su hija Ana, que vive y trabaja en Madrid, tuvo que llevar al frontón de Aldeadávila de la Rivera para que se pusieran el tercer pinchazo contra la covid. Fueron temprano, a las 9:00 de una mañana de sábado con niebla estaban allí. No recibieron la vacuna hasta las 13:00, por el camino hubo que reponer dosis porque se quedaron sin ellas. "Fue un pequeño caos, pero ya, por lo menos, mis padres tienen sus vacunas", apunta Ana.
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