La evolución de los conocimientos en Enfermería en los últimos años ha sido constante y en el caso de la enfermería traumatológica y ortopédica la necesidad de una atención y unos cuidados especializados y de calidad es una demanda cada vez más exigente, teniendo en cuenta la vulnerabilidad de una buena parte de los pacientes a los que atienden, debido al alto índice de caídas y fracturas en la población mayor con pluripatología.
El envejecimiento de la población plantea un reto específico para la enfermería traumatológica y ortopédica, según se ha puesto de manifiesto en las 36 jornadas nacionales de Enfermería en Traumatología y Cirugía Ortopédica, celebradas en Oviedo, en la que se insistió en la importancia de abordar al paciente de forma global y tener en cuenta su situación de conjunto y sus necesidades de cuidados, “más allá de las cuestiones específicas relacionadas con la traumatología”, según ha explicado Ana López Arango, del servicio de Traumatología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y presidenta del comité organizador de las jornadas.
En este sentido se presentó una ponencia titulada Hola, me llamo Manuela y no soy una cadera, con la que se quiso resaltar la importancia de trabajar con una visión holística del paciente quirúrgico, “desde unas perspectiva humana e integral”, ha resaltado.
En las jornadas se insistió en la importancia de la Enfermería en la promoción de la salud, divulgando hábitos de vida saludables relacionados con la dieta, el ejercicio físico y el abandono de estilos de vida nocivos para reducir el riesgo de accidentes y patologías. En este sentido se insistió en que “la traumatología no solo son huesos rotos y que la educación para la salud en esta materia es fundamental para favorecer la prevención y evitar complicaciones relacionadas con esta área”.
Autoprotección de los profesionales
Otro de los temas abordados en las jornadas ha sido el referido a la necesidad de mejorar la autoprotección de los profesionales dado que “en ocasiones las enfermeras de traumatología nos vemos envueltas en situaciones no agresivas pero en las que los pacientes pagan con nosotras cuestiones que en nada tienen que ver con nuestro área”.
Por esto es necesario “que sepamos como protegernos tanto física como psicológicamente ante situaciones que nos pueden poner en cierto riesgo. Hay que tener en cuenta además que realizamos muchas maniobras como movilizaciones de pacientes que hacen que nuestra espalda y articulaciones sufran. Y trabajamos con pacientes jóvenes, por ejemplo, en ocasiones con amputaciones graves derivadas de tumores y esto tiene implicaciones psicológicas para nosotras que tenemos que saber cómo abordar, para apoyarlos a ellos y para preservar nuestra propia salud”.
La enfermería ortopédica trabaja habitualmente con pacientes en el postoperatorio tras la colocación de todo tipo de prótesis, tanto de rodilla, como cadera y hombro, entre otras, lo que exige “un conocimiento experto de todas las técnicas que se desarrollan en el quirófano durante la intervención propiamente dicha y también a posteriori para movilizar al paciente, saber como controlar el dolor e indicarle que ejercicios debe realizar y cómo para que no sufra daño y para, a la vez, favorecer su recuperación temprana.
En el caso de la enfermería traumatológica su principal campo de actuación es el abordaje de las luxaciones y fracturas, habitualmente con tratamiento de urgencia, y que a veces derivan en indicación de prótesis.
El aumento en la esperanza de vida hace que el número de pacientes candidatos a recibir una prótesis sea cada vez mayor y que haya aumentado también la edad media de los pacientes.
Y en las jornadas se insistió en la función clave de la enfermería como primer enlace con el paciente, en particular, con el paciente quirúrgico. “Somos el primer eslabón con el que cuenta el paciente, en particular, el quirúrgico, al que sabemos tratar con unos conocimientos y unas evidencias con base científica y a la vez con unas herramientas de comunicación para solventar aspectos como dudas y miedos”.
Trabajo específico
Ana López Arango destacó la importancia de la organización de jornadas científicas como las desarrolladas en Oviedo para dar a conocer el trabajo específico de la enfermera de traumatología porque “la enfermería parece ser como un cajón desastre en el que todo cabe y que valemos para todo pero cada área y cada patología tiene sus especificidades y es muy importante el conocimiento específico que será diferente en vascular, en cirugía o en traumatología, por citar algunos ejemplos, más allá de la base común de la enfermería”.
En las jornadas se abordó también la creciente investigación en enfermería, un campo este en el que la disciplina ha dado un salto importante en los últimos años, “aunque no es algo nuevo pero sí que se está haciendo más visible”.
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