La infección causada por el SARS-CoV-2 ha provocado la mayor crisis sanitaria mundial en muchos años. Han resultado damnificadas millones de personas infectadas. Sin embargo, la sombra de esta pandemia ha traspasado la frontera de los afectados directamente por el virus y ha repercutido en la evolución de los enfermos crónicos y en el diagnóstico de enfermedades graves como el cáncer. Así lo han vivido en los últimos meses los profesionales de medicina interna de nuestros hospitales y así se ha reflejado en el 42 Congreso Nacional que la Sociedad Española de Medicina Interna está celebrando en Santiago de Compostela. Es una consecuencia que agrava la tendencia prepandemia de aumento de los pacientes crónicos complejos y pluripatológicos que llegan al hospital.
La presidenta del comité científico del congreso, Juana Carretera Gómez, ha destacado problemas de salud importantes que se han agravado en pacientes diabéticos y personas con sobrepeso u obesidad: “Nos están llegando niveles de glucemia de más de 10 y 11, niveles que no veíamos con esta frecuencia y que van a derivar en más enfermedades cardiovasculares”. Ha significado también aumentos del peso corporal asociados al confinamiento y al sedentarismo: “Se han producido incrementos del peso de tres y cinco kilos, y hasta de 15 kilos en personas con obesidad mórbida”.
Actualmente, el 50% de las altas de medicina interna obedece a pacientes crónicos complejos cuyas patologías se han descompensado. El control de parámetros en insuficiencia cardiaca también ha empeorado (una de cada tres altas corresponde a una insuficiencia cardiaca descompensada) y los nuevos cánceres están siendo detectados en fases más avanzadas, según los expertos de la SEMI. Todo ello es producto fundamentalmente de tres motivos: los pacientes durante los primeros meses de la pandemia no consultaron, las consultas de atención primaria se mantuvieron cerradas y las de los hospitales igualmente porque los servicios de medicina interna estaban volcados en la covid-19.
La SEMI aboga por actualizar la Estrategia Nacional de Cronicidad, ya que hasta el 61% de los pacientes de medicina interna son pacientes crónicos complejos, con una alta carga de enfermedad crónica, generalmente de edad avanzada, frecuente fragilidad, disminución de la autonomía personal, deterioro funcional y cognitivo, polimedicación y con altas necesidades de soporte social y recursos sociosanitaros.
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Consecuencias en la salud del cambio climático y la contaminación
Una de las mesas novedosas del congreso está dedicada a las consecuencias en la salud del cambio climático y la contaminación medioambiental. Se presentará un sondeo de la SEMI según el cual el 90,8% de los internistas españoles considera que son amenazas importantes para la salud y que las medidas de acción climática emprendidas a nivel global son insuficientes. El 37,3% están preocupados, el 26% bastante preocupados y el 16,5% muy preocupados “porque pueden afectar a la salud de sus pacientes, habitualmente frágiles y vulnerables”, como ha señalado la responsable del comité científico.
Juana Carretero ha aprovechado para sacar a colación el documento “Cambio climático y salud”, elaborado por la SEMI en 2018 en colaboración con Lancet Countdown”, que concluyó que por cada grado que aumenta la temperatura ambiente, la mortalidad se incrementa un 4%.
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