Es una realidad que la situación de la investigación clínica en nuestro país no ha hecho más que mejorar en las últimas décadas. En la actualidad, ostenta una posición de referencia internacional, como ha quedado demostrado durante la pandemia. A tenor de los datos que maneja la patronal Farmaindustria, España ha sido el primer país de Europa y el cuarto del mundo en los estudios realizados para luchar contra el coronavirus SARS-CoV-2. Sin embargo, existen todavía algunos retos regulatorios, científicos y tecnológicos por enfrentar y superar.
Uno de esos desafíos es conseguir la descentralización de los ensayos, ya que se concentran en dos comunidades autónomas: Madrid y Cataluña, que acaparan el 56% de los hospitales que participan en los ensayos clínicos oncológicos en marcha. Globalmente, los ensayos en oncología están reclutando un 92% de los pacientes previstos, pero las diferencias entre comunidades autónomas son enormes: mientras unas superan las tasas inicialmente previstas, otras no llegan a cubrir ni la mitad.
Concentración
Ander Urruticoechea, oncólogo médico de la Unidad de Gestión de Cáncer de Guipuzkoa y miembro del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), explica los motivos de esa concentración: los hospitales de estas dos regiones tienen una masa crítica de pacientes elevada, el perfil profesional de esos centros, con experiencia en ensayos clínicos, y las gerencias fomentan la investigación porque "ensayo llama a ensayo", como explica: "Cuantos más haces, más vas a hacer porque la empresa farmacéutica tiene en cuenta los resultados de los ensayos anteriores, y si éstos son buenos, te va ofrecer más".
Federico Martinón, jefe de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago y coordinador del Grupo de Genética, Vacunas, Infecciones y Pediatría (Genvip), entiende que Madrid y Cataluña acaparen más ensayos clínicos y su argumentación es similar: "Los ensayos clínicos se tienen que hacer con una masa crítica suficiente, personal preparado y con una buena práctica clínica. No es tan importante el sitio como que se hagan bien".
Sin embargo, existen consecuencias, sobre todo relacionadas con una atención igualitaria. "Evidentemente, esto implica una falta de equidad. No parece justo que una persona tenga acceso a una innovación terapéutica dependiendo de su código postal", razona Ander Urruticoechea.
Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), significa precisamente la importancia de que todos los pacientes tengan un acceso igualitario: "Los ensayos clínicos descentralizados suponen una oportunidad para las personas con dificultades de acceso a las innovaciones. Hay que evitar las desigualdades entre pacientes". En su opinión, España cuenta con los mimbres para una descentralización exitosa: "Hay centros de investigación comercial y no comercial. Hay que aprovechar el tejido que tenemos de buenos investigadores y plataformas. Es cuestión de voluntad y de poner unos objetivos claros".
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