Tres de cada diez consultas en atención primaria y neurología vienen motivadas por dolores de cabeza y cefaleas, según datos aportados por la Sociedad Española de Neurología (SEN). La mayoría son procesos benignos, pero el dolor de cabeza o cefalea mal controlada puede convertirse en una importante causa de limitación funcional y discapacidad, haciendo que las personas que lo sufren tengan repercusiones en todos sus ámbitos, laboral, familiar, ocio, etc., que reduce la calidad de vida de quien la sufre. “Por este motivo -indica Erika Torres, neuróloga especialista en cefaleas de Quirónsalud Torrevieja y Alicante- es fundamental realizar un diagnóstico adecuado y precoz del tipo de cefalea que se padece para realizar el tratamiento indicado, personalizándolo, teniendo en cuenta las características específicas de cada paciente”.
Además, hay que tener en cuenta que este contexto de alta incidencia, alerta Torres, “retrasa el acceso a una consulta especializada y eleva el riesgo de cronificación del dolor e incapacidad al no obtener un diagnóstico, tratamiento y seguimiento adecuado del paciente”.
Según los expertos, son frecuentes las cefaleas que se presentan por situaciones de tensión, estados de estrés, ansiedad o depresión, ya sea en episodios aislados, que pueden fácilmente relacionarse con aquella situación concreta, o de manera crónica, con manifestaciones, incluso, diarias. La localización del dolor puede variar y también llegar a desaparecer durante parte de la jornada, y, en estos casos, la cefalea suele respetar el descanso nocturno del paciente.
Existen varios factores que pueden llevar a la aparición de cefaleas y es conveniente que el farmacéutico las conozca para transmitirlo a sus usuarios y que tomen medidas de prevención. Según Julián Navas Puchades, de Servicios Asistenciales Farmacéuticos y Formación del COF de Valencia, “el primero de ellos es el estrés, seguido del consumo de alcohol con alto nivel de taninos (como el vino tinto)”. También se ha detectado que hay situaciones alimentarias o ciertos alimentos que, pasadas unas horas tras su ingesta, pueden producir en algunas personas cefaleas. “Por ejemplo, una deshidratación o una hipoglucemia pude llevar a la aparición de cefaleas, pero también pueden provocarlas el consumo de alimentos con niveles altos de glutamato monosódico o nitritos”, insiste Navas Puchades.
Respecto a los alimentos asociados a la aparición de cefaleas siempre se ha señalado al chocolate, el café, la vainilla, los quesos curados y fermentados (por su alto nivel de tiramina), las nueces, el plátano o algunos cítricos.
Igualmente influyen los cambios hormonales durante el ciclo menstrual, la falta o exceso de sueño, la existencia de problemas cervicales, el consumo de fármacos o, en algunos casos, cambios en la climatología.
Mención especial merece la migraña, que se caracteriza por una evolución en crisis repetitivas, y por dejar al paciente totalmente asintomático durante los intervalos, como explican desde el Centro de Información del Medicamento (CIM) del COF de Barcelona. Esta sintomatología puede afectar a todas las edades, “pero, principalmente, lo hace entre los 30 y 40 años, con una gran predominancia femenina”.
Las crisis de migraña suelen tener una duración de entre 4 y 72 horas y comportan una incomodidad funcional notable que repercute en la vida profesional, familiar y social. Generalmente, estas crisis son de tipo pulsátil y unilateral, y se localiza en un solo lado de la cabeza. Asimismo, pueden manifestarse en cualquier momento, pero en muchos casos son originadas por desencadenantes que varían según la persona. El factor desencadenante más habitual es el estrés, al que siguen en frecuencia las alteraciones del sueño, ya sea por falta como por exceso. El CIM del COF de Barcelona añade que las crisis de migraña pueden desencadenarse por falta de alimentación durante muchas horas o, incluso, por la ingestión de ciertos alimentos, como, por ejemplo, los alimentos ricos en tiramina (como queso o chocolate), nitritos (que se incorporan como conservantes en las salchichas, jamón, bacon, etc.) o glutamato sódico (otro conservante responsable del conocido síndrome del restaurante chino, que aparece 20 minutos después de haber empezado la comida con una cefalea sorda, discreta y con sensación de tensión). El consumo de alcohol, sobre todo vino blanco y cava, también está involucrado en la aparición de las migrañas.
Evitar la cronificación
Para evitar cronificar las cefaleas, Torres recomienda unos hábitos de vida saludables, no abusar de los analgésicos y acudir al especialista para recibir un tratamiento adecuado. Según el CIM, aunque no existe un tratamiento que cure las cefaleas, sí hay medicamentos que, tomándose lo más rápido posible al inicio de los síntomas, eliminan el dolor de forma eficaz.
El tratamiento inicial en las cefaleas de leves a moderadas será un analgésico y, en los pacientes migrañosos, preferentemente, asociado a un antivomitivo.
Como farmacéuticos, explica el experto del COF de Valencia, “debemos actuar desde la dispensación del analgésico preguntando al paciente por su tratamiento habitual para comprobar que no existe ninguna interacción”. Por ejemplo, en el caso de que tenga una medicación con algún agente antitrombótico, como acenocumarol o clopidrogel, “está contraindicado el uso de ibuprofeno o ácido acetilsalicílico y se debe pautar paracetamol”.
También se debe tener en cuenta cuál es la dosis correcta para la cefalea, ya que aún hay gente que acuda a la farmacia solicitando ibuprofeno 600 mg, cuando con una dosis de 400 mg ya funciona. Y de igual forma hay que educar a los pacientes en que no todos los AINE están indicados para cefaleas y que, aunque los tengan en su botiquín “es importante consultar a su farmacéutico”.
Se puede recomendar acudir al odontólogo para descartar el bruxismo como causa del dolor de cabeza
El profesional farmacéutico también puede dar una serie de recomendaciones dependiendo de qué factor o factores desencadenen la cefalea. “En el caso de alcohol y ciertos alimentos no indicados, con abstenerse de consumirlos puede mejorar el paciente. Asimismo, si se sospecha que el dolor surge como resultado de reacciones adversas a un medicamento, se derivará a su médico para que valore el caso y sustituya la medicación”, remarca Navas.
En cuanto al estrés o la falta de sueño, “también se pueden facilitar complementos de melatonina, valeriana o espino albar para conciliar el sueño”. Desde el COF de Barcelona añaden que “la mayoría de pacientes con migraña encuentran alivio pasando a descansar en ese momento en una habitación silenciosa y oscura”.
Otros consejos de autocuidado son: hacer ejercicio moderado (entre 30 y 60 minutos al día, cuatro o cinco días por semana), controlar la postura, usar gafas de sol si los síntomas se agravan con la luz, evitar los sitios ruidosos, acudir al dentista para descartar bruxismo, revisar la visión y no automedicarse.
Abuso de medicación
“No debe olvidarse que el uso repetitivo de analgésicos en dosis elevadas para cefaleas tensionales crónicas puede ser la causa de la propia cefalea”, concluyen desde el CIM del COF de Barcelona.
En estos casos, la medida que se debe recomendar desde la farmacia es la retirada del fármaco responsable de la cefalea, algo que no está exento de inconvenientes de los que hay que informar, como el empeoramiento temporal de la cefalea y la aparición de náuseas, vómitos, ansiedad e insomnio, como señaló Tamara Peiró Zorrilla, del Área de Servicios Asistenciales del Consejo General de COF, en un webinar organizado por la organización colegial para los farmacéuticos.
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