"La anestesia y el anestesiólogo deben ofrecer siempre las mejores condiciones a otros profesionales para que estos trabajen y actúen de la forma más adecuada en el tipo de abordaje que sea preciso. Por ejemplo, si una cirugía requiere una tensión arterial baja, anestesia se encarga de que la tensión sea baja; que se precisa de un elevado grado de relajación, se proporciona esa necesaria relajación. Somos una parte que contribuye a mejorar el acondicionamiento quirúrgico para que el cirujano trabaje también en las mejores condiciones. Los especialistas en anestesia se adaptan a las nuevas situaciones porque es parte de nuestro propósito en quirófano", señala a DM Luis Santé, jefe del Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Entre esas nuevas situaciones, los modernos sistemas quirúrgicos asistidos por robótica, como por ejemplo el robot Da Vinci, presentan ciertas peculiaridades a las que el equipo del Clínico ha ido dando, desde el punto de vista anestésico, una óptima respuesta derivada de la amplia experiencia acumulada en los últimos diecisiete años en la utilización del robot quirúrgico.
Este hospital madrileño es, de hecho, uno de los que dispone de mayor experiencia en el uso del robot quirúrgico Da Vinci, por ejemplo, en diversas patologías.
Desde que en 2006 comenzará su programa de cirugía robótica, convirtiéndose en el primer hospital público de España en contar con esta tecnología, computa cerca de 3.000 intervenciones robóticas. Urología es el área con mayor volumen con cerca de 1.700 -de las que el 86% corresponden a prostatectomías radicales-, seguida de Ginecología, con 630 actos quirúrgicos. Le siguen Cirugía General, con 550 cirugías, y las más recientemente incorporadas Cirugía Torácica, con 25, y Cirugía Pediátrica, una de las áreas más novedosas, con 20 intervenciones que posicionan al Clínico como el primer hospital público de Madrid que cuenta con tecnología robótica para pacientes en edad pediátrica.
Próximamente, ORL será otra de las especialidades que se beneficiará de la asistencia robótica y para un plazo no muy lejano de tiempo se contemplaría la posibilidad de que se incorpore la Cirugía Cardíaca.
Los resultados con esta tecnología, en las indicaciones seleccionadas, son muy satisfactorios desde el punto de vista quirúrgico, pero también desde el anestésico, cuyos procedimientos se han analizado, evaluado y adaptado a "ciertas peculiaridades que, desde el punto de vista anestésico, tiene la cirugía robótica. La experiencia quirúrgica ha avanzado en estos años y con ella la anestésica gracias a la capacitación y la adaptación a los nuevos procedimientos", indica Santé.
Posicionamiento del paciente
A pesar de que el acto anestésico adopta una medidas generales que rigen el control de todo acto quirúrgico, si es cierto que las nuevas tecnologías han dado lugar a una especie de 'anestesia robótica' que, además de la vigilancia habitual, contempla y tiene en cuenta diferencias que impone la técnica quirúrgica. Deben ser conocidas y puestas en práctica para que el acto quirúrgico global sea totalmente exitoso.
El posicionamiento del paciente en la sala de operaciones encabeza la lista de las singularidades de la robótica. Es una cirugía que se caracteriza porque necesita posturas especiales, más extremas para el paciente y cuyo propósito es mejorar el campo quirúrgico, explica Santé.
La posición más extrema se traduce en una serie de particularidades en las que varían parámetros como el ventilatorio o el hemodinámico. Desde el punto de vista ventilatorio-respiratorio, las posiciones extremas del paciente durante la cirugía robótica (cabeza abajo y con los pies arriba, básicamente), conducen a las necesidad de diseñar parámetros especiales.
"En esta postura, el abdomen ejerce más presión sobre el sistema ventilatorio -aumentando la presión torácica-, haciendo que los parámetros ventilatorios difieran, no sean los habituales de los una cirugía convencional y, por tanto, sea necesario diseñar ventilaciones con parámetros y características especiales".
Así, por ejemplo, "llevamos a cabo reclutamientos para que el pulmón no se distienda, se contraiga o cierre. Igualmente, y relacionado con los diferentes posicionamientos del paciente, se encuentra el control hemodinámico que también ha de ser estable durante toda la cirugía, al igual que la profundidad anestésica".
El especialista recalca que en en el ámbito de la analgesia, y desde el punto de vista hemodinámico y de profundidad anestésica, "disponemos de aparataje que mide la citada profundidad. En cualquier caso, hay que moverse en la situación ideal: buen nivel de analgesia, de profundidad anestésica, de relajación muscular, de ventilación para conseguir una óptima oxigenación. Todos estos aspectos hacen que la anestesia, exhaustiva en cualquier acto quirúrgico, sea muy refinada en estos casos".
Más alejado del anestesista
Otro de los puntos diferenciadores radica en la accesibilidad. En las cirugías robótica, el paciente está más alejado del anestesista, con lo que muchos de los parámetros habituales en otras cirugías están más alejados para el paciente.
La accesibilidad más reducida del anestesista del paciente, motiva muchos de los parámetros de control anestésico estén más alejados del profesional. "Parámetros que, en cirugía habitual, no son necesarios, como la monitorización del bloqueo neuromuscular, en robótica sí", dice Santé, quien subraya que se trata de pacientes que están un poco alejados del anestesista debido al posicionamiento. Ello hace que "la monitorización y todos los parámetros que debemos evaluar se lleven a cabo 'desde el exterior del paciente'".
Así, por ejemplo, explica que en el ámbito de la relajación muscular se puede utilizar el sistema de 'mirar la pestaña', para comprobar si el paciente está relajado o no, o realizar un electromiograma para comprobar la relajación.
"No hay que olvidar que se trata de pacientes que requieren estar completamente quietos y relajados, no se pueden mover nada. La razón estriba en que una vez que se ha llevado a cabo la calibración robótica, cualquier movimiento descalibraría todo el proceso y habría que volver a empezar. Así, el bloqueo neuromuscular debe ser exhaustivo y controlado con todo el aparataje necesario".
Evitar zonas de presión
Estos condicionamientos y características se han ido observando, aprendiendo y refinando con las experiencias anestésica y quirúrgica. Por ejemplo, otro fenómeno observado con mucha frecuencia en las cirugías robóticas es que este tipo de tratamiento conlleva mucha zona de roce, de contacto.
"Al principio, las cirugías robóticas eran más largas y nos dimos cuenta que era necesario e importante proteger todas las articulaciones y puntos de contacto porque esa posición extrema hacía que el contacto de un hueso, una articulación o un nervio, por ejemplo, podía generar lesiones neurológicas, como parestesias o disestesias” .
De esta forma, los profesionales han llegado a la conclusión de que es necesario que la protección del posicionamiento del paciente sea también extrema y muy cuidadosa para evitar fenómenos derivados de la presión.
"Bien es cierto que la experiencia ha dado lugar a que cirugías robóticas que antes requerían 6 horas de quirófano, en estos momentos se lleven a cabo en 2 horas, con lo cual las alteraciones son mucho menores. Pero, aun así, hay que seguir extremando las precauciones".
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/0VDZ9WU
No hay comentarios:
Publicar un comentario