Farmacia Almeiras, en Culleredo (La Coruña), es una de las boticas de nueva apertura de la zona que tiene mayor potencial, según Geofarma, que se encarga de buscar localizaciones adecuadas. “Elegimos el polígono de Culleredo para abrir esta farmacia porque, a pesar de que está en una zona con una gran dispersión poblacional, sus 3.220 habitantes tienen esta botica más cerca que cualquier otra. También hemos calculamos que hay unos 6.000 trabajadores y potenciales clientes en la zona”, explica Nicolás Seco, arquitecto de aQtue.
Las oficinas de farmacia situadas en polígonos y naves industriales deben contar con unas características específicas para hacerlas más visibles y atractivas. “El diseño de Almeiras es muy llamativo. Su fachada y tamaño del local son lo más grandes posibles para captar la atención y referenciarse: 250 m2 de superficie repartidos en dos plantas, 12 metros lineales de fachada y un aparcamiento para los clientes”.
El diseño elegido permite una gran flexibilidad a la hora de categorizar, pudiendo ampliar o reducir secciones con facilidad gracias al tipo de mueble y rotulación empleados. “La idea era lograr una farmacia que estuviese siempre actualizada y que respondiese a las necesidades cambiantes del sector. Para ello, se aprovecharon los condicionantes del local existente, el cual disponía de una gran altura, una luz natural espectacular y un muro de bloque de hormigón que se optó por dejar visto. El diseño pasa a ser una colección de texturas en tonos claros, solo interrumpidas por la madera y los toques negros del mobiliario metálico”.
Así, en una misma gama cromática, Seco explica que conviven el terrazo, el mármol y el bloque de hormigón pintado en blanco. “También aparece el metacrilato y el vidrio estriado para dar matices de reflejos y proporcionar complejidad a un espacio más simple. Por otro lado, y dada la gran altura del local, se decidió suspender la iluminación, pasando a ser un elemento más de composición que dialoga con el mobiliario metálico diseñado”.
Al tratarse de un local industrial, el cual dispone de texturas frías, Seco explica que se utilizó la madera como contrapunto para aportar calidez en los distintos puntos de encuentro con el cliente, como en el gran mostrador, la zona central de dermocosmética y el córner destinado a ortopedia. En el resto de zonas aparece el mármol y el terrazo, que son texturas naturales que contrastan con el hormigón, el vidrio y el acero presentes en el local.
“El diseño está pensado para su titular, Marta Fonticoba. Buscaba un espacio amplio, claro, limpio y ordenado, así como disponer de espacios de atención personalizada que diferenciasen su farmacia de las de la zona. Una de las principales premisas fue buscar un diseño atemporal”, concluye.
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