La red de farmacias española ha tenido un protagonismo fundamental durante la emergencia sanitaria provocada por la Covid-19, principalmente en tres ámbitos: estratégico para el sistema sanitario, social y profesional, ofreciendo, en todo momento, un servicio que ha estado permanentemente operativo y disponible para las personas.
Valor estratégico
La pandemia ha hecho visible el valor estratégico de las farmacias. En el conjunto del estado, se estima que han prestado asistencia a más de 30 millones de personas durante el primer mes de confinamiento. Además, 2,2 millones de personas han recibido atención telefónica por parte de los farmacéuticos y 850.000 han recibido atención en su domicilio, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
Por otra parte, las farmacias han complementado y colaborado durante la crisis y a lo largo de todo el periodo de estado de alarma en las tareas desplegadas por el mismo sistema sanitario, trabajando para descongestionar los servicios básicos de atención primaria, urgencias y emergencias.
Más de un 80% de las farmacias ha atendido a personas que manifestaban tener síntomas de la Covid-19 y que no habían podido acceder a los servicios públicos de salud, según la encuesta realizada por la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (Fefac).
Aportación social
830.000 españoles han recibido atención en su hogar gracias a los servicios de atención farmacéutica domiciliaria, y 7.000 se han beneficiado de la dispensación de medicamentos hospitalarios durante el confinamiento. Además, hay que destacar la vigilancia de personas en riesgo de exclusión social, víctimas de violencia de género, así como la protección de los más débiles, prestando actividades de atención domiciliaria a personas frágiles, dependientes o de riesgo.
Otro ejemplo es la campaña Mascareta Salut, promovida por la Generalitat de Cataluña, la Cámara de Comercio de Barcelona y los mayoristas, sin ningún retorno económico, considerándola una acción de RSC. Según el COF de Barcelona, se han distribuido más de nueve millones de mascarillas de forma equitativa, controlada y a precio reducido a través de la tarjeta sanitaria, que han contribuido a impedir el colapso del sistema, prevenir la expansión de la enfermedad y evitar la especulación.
Ámbito profesional
Más del 90% de la población ha reconocido el servicio público profesional prestado por las farmacias, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Además, un 76,2% de los titulares afirma que la crisis ha reforzado el papel de la farmacia en el sistema sanitario, según la encuesta de Fefac.
Las farmacias han dado cobertura a las necesidades de protección de los ciudadanos en condiciones de desabastecimiento. Las farmacias catalanas han dispensado con regularidad elementos de protección. A pesar de los problemas de suministro, un 74,8% han ofrecido geles y soluciones hidroalcohólicas, un 54,9% mascarillas quirúrgicas y un 50,2% mascarillas FFP2, según la encuesta de Fefac.
Se ha dado servicio a la distribución de los medicamentos de dispensación en farmacia hospitalaria para evitar desplazamientos y situaciones de riesgo. Se han evitado casi dos millones de visitas a los centros de Atención Primaria (CAP) gracias a la reimpresión de planes de medicación, garantizando el acceso de los pacientes a los tratamientos sin tener que ir al CAP. También se han creado nuevas herramientas, como servicios de prescripción electrónica para la receta privada y de mutuas públicas y privadas, y se ha prestado servicio a los Hoteles Salud.
Estas conclusiones refuerzan las tareas desarrolladas por la farmacia y potencian su valor a escala sanitaria, social y estratégica para el sistema sanitario. La suma de estos valores tiene un coste, y para saber si la aportación es coste-beneficio eficiente hay que comparar valor frente a coste. La red de farmacias cuesta a la Administración del orden de 2.300 millones de euros, descontando del margen de la farmacia las aportaciones del usuario y los retornos vía RD y normativas. A esta cifra puede descontarse también el pago del IRPF y las cuotas por los 80.000 puestos de trabajo creados.
El retorno para para la sociedad es más que favorable. La red de farmacias suma y aporta, haciendo llegar los medicamentos a los ciudadanos en cualquier momento y lugar, de manera inmediata, acompañados de un consejo profesional. Este es el gran valor, evidenciado durante la pandemia, de la que debemos extraer los aprendizajes para avanzar hacia una mejor integración en el sistema. Solo sumando todos conseguiremos multiplicar los resultados para lograr una mejor calidad de vida.
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