Miguel Ángel Sánchez Chillón se presenta una vez más a las elecciones del Colegio de Médicos de Madrid, con la diferencia de que esta vez pretende revalidar el cargo con un equipo, Médicos Madrid 2020, fundamentalmente continuista.
Sánchez Chillón tiene otros tres competidores en las elecciones del próximo 17 de septiembre: Manuel Martínez-Sellés (cuya entrevista puede leer aquí), Francisca García-Moreno Nisa (aquí puede leer algunas de sus propuestas) y Juan Evangelista Ruiz de Burgos Moreno.
"Como colectivo debemos ser un referente social y debemos tener la consideración debida en todos los aspectos", apunta. En cuanto al mandato que ahora cierra, este médico de Familia reconoce que uno de los 'debe' que deja la actual directiva es el cambio de estatutos y promete, entre otras cuestiones, impulsar una gran base de datos abiertos.
PREGUNTA.- ¿Por qué deberían los médicos de Madrid volver a apoyarle? ¿Qué le diferencia del resto de candidaturas?
RESPUESTA.- Nuestra lista es completamente independiente de sindicatos, empresas y no tiene afiliación política.
Tras cuatro años de mandato se han visto nuestras verdaderas propuestas, la transparencia y la
gran participación del colectivo, manteniendo el respeto a la pluralidad de la medicina
madrileña. Hay un futuro halagüeño con la consolidación de lo ya iniciado y los grandes proyectos de ampliación institucional y de presencia en la sociedad.
P.- Pasados cuatro años, en perspectiva ¿qué proyecto les hubiese gustado dejar acabado en
este mandato y les gustaría que la siguiente directiva retomara -gane su candidatura u otra-? ¿Qué ha fallado?
La reforma estatutaria que, estando avanzada, ha quedado a expensas de cambios previos
que no la han hecho posible. También es muy importante la gestión de recursos humanos y su repercusión en el presupuesto colegial. Por otra parte, el proyecto del Museo Cátedra Ramón y Cajal, que darían imagen institucional y sostén económico al Colegio, compensarían con los beneficios el mantenimiento del histórico edificio.
El Icomem no tiene ni intereses políticos ni ánimo de lucro; no necesita construir ventajas competitivas basadas en el control de los datos
P.- ¿Cuál es el servicio al colegiado en el que, en su opinión, hay que poner más el foco en
mejorar en el próximo mandato y por qué?
En este momento, la defensa de la dignidad profesional y el respeto a la labor de la medicina
madrileña es fundamental. Como colectivo debemos ser un referente social y debemos tener la consideración debida en todos los aspectos. La labor colectiva que hacemos en el siglo XXI es fundamental, como hemos podido ver.
P.- Todas las candidaturas proponen reforzar el servicio jurídico e incluso algunas sugieren crear una figura del Defensor del Médico. ¿Está la profesión médica de alguna forma
perseguida?
La figura del defensor es una propuesta reiterada y fracasada. La encarna el propio colegio en su conjunto y así figura en sus estatutos: todos y cada uno de los órganos
colegiales tienen la función de regular, pero, además, defender a la colegiación.
La asesoría jurídica actual cubre parcialmente las necesidades que tenemos; el crecimiento como institución conllevará un servicio más completo, más especializado y, sobre todo, más
funcional para los colegiados y la corporación.
P.- ¿En qué consiste su proyecto de datos abiertos?
Numerosos autores han denominado a los datos como el “nuevo petróleo” de la actual
revolución industrial. Sin embargo, al contrario que el petróleo y otros recursos, los datos no
se agotan cuando se comparten.
Por este motivo, el potencial impacto de una cultura de compartir datos en el ámbito de la
salud es enorme. Por desgracia, hay ciertos incentivos en marcha que dificultan que los datos sanitarios generados durante la actividad asistencial o investigadora sean compartidos.
Entendemos que el Icomem, como corporación profesional, se encuentra en una posición
privilegiada para impulsar una cultura de datos sanitarios compartidos entre los propios
colegiados y con la sociedad en general.
Los médicos extracomunitarios viven en un limbo de acreditaciones y contratos que
deberían ser competencias de los colegios
Al no ser una empresa con ánimo de lucro, no necesita construir ventajas competitivas basadas en el control de los datos y, por otra parte, tiene la suficiente independencia como para no verse condicionada a compartir u ocultar datos sanitarios por cuestiones de agenda política.
P.- ¿Qué se proponen hacer en atención primaria si renuevan? Parece que está peor que nunca...
La actitud de nuestro mandato ha sido siempre propositiva para tratar de solucionar los déficits detectados, con un espíritu de colaboración con las administraciones. Sin entrar en funciones sindicales, sí es verdad que los colegios pueden exigir a las administraciones mejoras en las condiciones laborales y de seguridad, ampliación de plantillas y, sobre todo, proponer líneas de mejora de los aspectos profesionales.
En concreto, nuestra candidatura exigirá una imprescindible ampliación de plantillas y una
reducción de la burocracia que permita a los médicos centrarse en la asistencia clínica.
P.- ¿Qué cree que necesitan los colegiados del Icomem que trabajan para el sector privado?
Una entidad que represente a todos los colegiados a nivel estatal para poder reivindicar unas condiciones laborales y retributivas, que, ahora mismo, están limitadas por ley y que, de forma aislada, cada colegio no puede negociar.
P.- ¿Hay algún colectivo médico o problema que no haya tenido suficiente atención por parte de los colegios profesionales?
Los médicos extracomunitarios viven en un limbo de acreditaciones y contrataciones que
deberían ser competencias de los colegios por nuestra función reguladora de la profesión y
la de garante de la calidad científico-técnica de nuestros colegiados.
Se está tardando demasiado en reforzar lo deficitario, sin olvidar nuestro talón de Aquiles: la asistencia sociosanitaria
Que estos médicos formados en nuestro país tengan que emigrar buscando mejores
condiciones laborales es un asunto que se debería revisar con especial interés.
P.- ¿Cómo valoran la gestión de la Administración (central y autonómica) de la pandemia de
Covid-19?
Comprendiendo la falta de experiencia generalizada para asistir a lo que se ha convertido
en la pandemia más importante en los últimos 100 años, opinamos que las administraciones deberían haber dado más voz a los expertos, médicos, instituciones y organizaciones capaces de coordinar mejor la respuesta a una situación atípica que llevó al colapso parcial de lo que creíamos un sistema sanitario robusto.
Se está tardando demasiado en reforzar lo que ya sabemos que es deficitario, sin olvidar el talón de Aquiles de nuestra sociedad, que es la asistencia sociosanitaria.
Desde el colegio se ha hecho una cerrada defensa de las condiciones de trabajo de nuestros
colegas con un registro de situaciones de riesgo laboral, tanto para ejercicio privado como
en la sanidad pública. Por ejemplo, se ha propuesto la consideración como enfermedad profesional para la afectación por la Covid-19 en el ejercicio de la Medicina. Asimismo, se ha facilitado la posibilidad de realizar pruebas diagnósticas a los médicos que no tenían empresas contratantes, o éstas no se las hacían.
P.- ¿Cómo debe ser la relación entre la Organización Médica Colegial (OMC) y el Colegio de Médicos de Madrid?
El Colegio de Médicos de Madrid, por su relevancia e influencia, debe tener un estatus
especial dentro de la OMC. Desde el punto de vista económico, la elevada aportación del
Icomem no se corresponde con la participación y peso institucional que merecería; por lo
que se está trabajando en equilibrar esa situación. La presencia de médicos madrileños en
las comisiones nacionales de las distintas especialidades, en la Comisión Central de
Deontología y en los patronatos de las tres fundaciones dependientes de la OMC, debería
ser proporcional a ello y, sin embargo, es anecdótica.
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