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jueves, 24 de septiembre de 2020

"Hay que dejar de fiscalizar a los investigadores y facilitarles su labor"

Oncología
naiarabrocal
Jue, 24/09/2020 - 17:00
Día Mundial de la Investigación en Cáncer
Anna Bigas, directora científica del Ciber de Cáncer (Ciberonc).
Anna Bigas, directora científica del Ciber de Cáncer (Ciberonc).

El 24 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Investigación en Cáncer, una enfermedad que ocasiona cada día 300 muertes en España y que este año se está viendo eclipsada por la nueva pandemia de coronavirus. Anna Bigas, directora científica del Ciber de Cáncer (Ciberonc), lamenta la gran repercusión del coronavirus en la asistencia y la investigación en enfermedades oncológicas. En el caso concreto del Ciberonc revela que el impacto ha sido "enorme" por el alto coste que ha supuesto recuperar los experimentos que se vieron obligados a parar.

El Ciber es un consorcio dependiente del Instituto de Salud Carlos III cofinanciado por fondos europeos. Su Área Temática de Cáncer (Ciberonc) se creó a inicios de 2017. Aunque el Ciberonc tiene solo tres años de recorrido, muchos de los grupos de investigación acumulan una trayectoria en cooperación que se forjó en la Red de Cáncer del Instituto de Salud Carlos III. 

En estos momentos lo conforman medio centenar de grupos de investigación pertenecientes a 27 instituciones entre hospitales, universidades y centros de investigación. Entre sus áreas de interés están los mecanismos de resistencia a los tratamientos, la inhibición del sistema inmunológico y los procesos que controlan las metástasis.

 

PREGUNTA. ¿Cómo se afronta el Día Mundial de la Investigación en Cáncer en el actual contexto de pandemia?
RESPUESTA. El Día Mundial de la Investigación en Cáncer tiene este año más sentido incluso del que ha tenido en ocasiones anteriores. Aunque somos más conscientes de lo importante que es la investigación biomédica, la situación de emergencia ha hecho que nos olvidásemos de enfermedades como el cáncer, que condiciona la vida de millones de personas en el mundo y son especialmente vulnerables a situaciones de pandemia como la que hemos vivido. En este contexto, la importancia de reivindicar unas políticas de investigación que permitan recuperar el tiempo perdido y acuerdos que protejan los recursos dedicados a investigar en cáncer es una obligación moral de los investigadores, de los pacientes, pero también de todos los ciudadanos y sobre todo de aquellos que tienen responsabilidades políticas, que son los que pueden hacer que las cosas cambien.

P. ¿Cuáles son sus retos más inmediatos como directora científica del Ciberonc?
R. En cuanto a la organización, mi prioridad es agilizar los trámites burocráticos que en muchos casos obstaculizan la investigación. El reto más importante es conseguir una estructura más dinámica que pueda dar respuesta a los problemas de los investigadores del Ciberonc de forma rápida y eficiente. Esto implica un apoyo directo a los investigadores, especialmente a los jóvenes, un relevo generacional transparente y competitivo, un sistema ágil de contratación de personal y de ejecución de presupuesto que ayude a consolidar las líneas de investigación. En cuanto a presupuestos, conseguir un plan de financiación a cinco años que nos permita optar a proyectos más ambiciosos. El presupuesto se decide anualmente y en ocasiones a principios de enero los investigadores todavía no saben de cuánto dinero disponen para ese año. Por último, en el plano científico, tenemos excelentes proyectos en cada uno de los programas que abarcan investigación en muchos tipos de tumores y queremos potenciar proyectos en los que converjan el máximo número de grupos para aprovechar el conocimiento que existe en el Ciberonc de forma sinérgica. Vamos a dedicar todos los fondos que podamos para fomentar la colaboración en investigar sobre puntos clave para mejorar los tratamientos en pacientes, como son los mecanismos de resistencia terapéutica o la inmunología del cáncer.

"Es una obligación moral reivindicar políticas de investigación que permitan recuperar el tiempo perdido"

P.  ¿Cuáles son las principales fortalezas del Ciberonc para investigar en cáncer en España?
R. La principal es la posibilidad de colaboración entre los grupos del Ciberonc, pero también de otras áreas del Ciber. En el Ciberonc contamos con líderes en la mayoría de los ámbitos de la investigación en oncología clínica y molecular. Tenemos la responsabilidad de explotar al máximo este potencial para contribuir al avance de la investigación en cáncer. Sin embargo, tenemos que convencer a estos excelentes investigadores de que el Ciberonc es una oportunidad para mejorar su investigación y para que llegue más allá de forma más rápida. Para conseguirlo, necesitamos una estructura que sea flexible y dinámica, porque si no, a los mejores no les compensa dedicarle tiempo al Ciberonc.

P. ¿Cuáles son algunos de los principales desafíos científicos en cáncer a los que están intentando dar respuesta en estos momentos?
R. El Ciberonc cuenta con 48 grupos de investigación clínica y básico-translacional en los que se llevan a cabo proyectos para entender las bases moleculares de los distintos tumores, así como los mecanismos implicados en la resistencia celular a los tratamientos, la inhibición del sistema inmunológico y los mecanismos que controlan los procesos de metástasis. Uno de los retos del Ciberonc, además de los ya mencionados, es proporcionar herramientas para que el trabajo sea cooperativo y podamos plantearnos proyectos más ambiciosos de los que podría un grupo aislado.

Contribución a la Ciencia

P. ¿Cuáles son algunas de las contribuciones recientes más destacadas de sus investigadores en cáncer?
R. El Ciberonc tiene sólo tres años de recorrido, pero muchos de los grupos que lo componen tienen una larga trayectoria de cooperación que se forjó con la anterior Red de Cancer del Instituto de Salud Carlos III. Así que en estos tres años se han recogido muchos frutos de los trabajos que se gestaron entonces. Se han hecho contribuciones relevantes en múltiples aspectos. Puedo destacar las investigaciones para descifrar el genoma y epigenoma de neoplásicas como la leucemia linfática crónica, distintos tipos de linfomas o del mieloma múltiple, que son referencia mundial. Las investigaciones en inmunoterapia son pioneras en aspectos para descifrar mecanismos de control inmunológico del cáncer, búsqueda de nuevos tratamientos o estrategias para aplicar inmunoterapia, o investigaciones clínicas para mejorar los tratamientos de inmunoterapia en cáncer de pulmón o cáncer de mama. Además, el Ciberonc cuenta con grupos de referencia en investigación molecular que han hecho grandes aportaciones a los mecanismos básicos de la progresión tumoral.

"Reactivar los experimentos que teníamos en marcha ha sido mucho más difícil y caro que pararlos"

P. ¿Cómo trabajan para que los hallazgos de la investigación se incorporen a la práctica clínica?
R. El Ciberonc debería de ser un escenario ideal para que se dieran las condiciones de transferencia del conocimiento a la práctica clínica, ya que se compone de investigadores básicos y clínicos que son referencia mundial en sus disciplinas. Facilitar la transferencia de conocimiento a la práctica clínica es una prioridad importante y para ello se han creado unos módulos de trabajo dirigidos a implementar nuevas tecnologías de diagnóstico y seguimiento de pacientes por biopsia líquida o nuevos tratamientos como la inmunoterapia que ayuden a generalizar su utilización en los distintos centros nacionales. También se ayuda a la transferencia tecnológica, haciendo los estudios para la protección legal de descubrimientos y ayudando a gestionar las patentes.

Perjuicio de la pandemia

P. ¿De qué forma ha alterado la pandemia la actividad del Ciber?
R. A los investigadores no se nos ha considerado trabajadores esenciales, así que la actividad en nuestros laboratorios se ha paralizado completamente. La repercusión es enorme, porque volver a poner los experimentos en marcha ha sido mucho más difícil y caro que pararlos. Parte de nuestro ajustado presupuesto se ha tenido que utilizar para reactivar los experimentos, y aunque las agencias han ampliado plazos de ejecución para los proyectos, no ha habido ayudas adicionales para estos gastos extraordinarios. Por otro lado, muchos de nuestros investigadores son oncólogos o patólogos con una responsabilidad asistencial en los hospitales de referencia del país. Estos profesionales y sus actividades asistenciales han estado desbordados por la pandemia y esto ha afectado al diagnóstico y seguimiento de pacientes; y sigue afectando, ya que en muchos casos el diagnóstico que debería haber sido precoz, no ha ocurrido por múltiples razones y actualmente los casos que se están viendo son mucho más graves.

P. ¿Cuál es el estado de salud de la investigación oncológica en España?
R. El estado de salud no es nada bueno, al igual que la mayoría de la investigación biomédica. Venimos de años de recortes que han mermado el sistema y todavía no hemos recuperado nada de las inversiones perdidas. Los jóvenes se han quedado en países donde los recursos y los salarios son mucho mejores y con los que España no puede competir para atraer talento. Así que el plan de choque es cada minuto que pasa mucho más que urgente. Afortunadamente el país cuenta con investigadores de excelencia que en muchos casos son capaces de atraer fondos europeos, sin embargo, esto no es suficiente y además estamos en profunda desventaja cuando competimos con nuestros socios europeos.

"Los fondos europeos tienen que llegar a la investigación de forma ágil, transparente y competitiva"

P. ¿Cuáles entiende que son los principales retos para continuar investigando en España tras declararse la pandemia?
R. El principal reto es económico, pero también administrativo. Hay que dejar de fiscalizar a los investigadores y facilitarles su labor. En los últimos años se ha invertido más en fiscalizar la ciencia, poniendo cada vez más obstáculos, que en la propia investigación. Los que hemos trabajado en otros países, la mayoría de los investigadores, donde existen políticas más favorables para la investigación, sabemos que se puede hacer mejor. Tenemos la oportunidad de cambiar el motor de nuestra economía e invertir en innovación y desarrollo, pero hay que ser valiente y tener visión de futuro para tomar estas decisiones y hasta ahora no veo a ninguna administración que esté por la labor. Los fondos europeos, por ejemplo, tienen que llegar a la investigación de forma ágil, transparente y competitiva. Esto haría que pudiéramos reparar algunas de las deficiencias que venimos padeciendo y que los jóvenes quisieran volver a investigar en España.

P. ¿Hasta qué punto se está viendo comprometida la investigación en cáncer en España y en el mundo a causa de la pandemia?
R. Debido a la pandemia, la investigación en cáncer ha pasado a un segundo plano obviamente por la necesidad de buscar soluciones a la covid-19, sin embargo, el cáncer continúa afectando a millones de personas en el mundo cada año. Los diagnósticos se han retrasado, algunos ensayos clínicos se han aparcado y los laboratorios se han cerrado durante meses, así que la situación, que era preocupante, es ahora mucho peor. La investigación biomédica en España se ha desarrollado en gran parte gracias a la excelencia de la investigación oncológica y la falta de inversión en este campo repercute en todos los demás ámbitos de investigación biomédica. Así que necesitamos todo el apoyo que podamos conseguir de instituciones, fundaciones, ciudadanos, pero sobretodo gobernantes para fortalecer el sistema investigación nacional.

Anna Bigas, directora científica del Ciberonc, critica que en España "se ha invertido más en poner obstáculos a la ciencia que en la propia investigación"
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