La cancelación casi total de cirugías programadas, pruebas diagnósticas y consultas desde los meses más duros de la pandemia de Covid-19 hasta ahora mismo hace temer un gran incremento en las listas de espera.
Sin embargo, la única forma de conocer este incremento es, prácticamente, en números absolutos, por número de pacientes incluidos en la lista; y es de esperar que no se produzca el mismo crecimiento en comunidades densamente pobladas como Madrid que en otras como La Rioja.
En realidad, la comparación entre comunidades autónomas no era posible hasta ahora. El trabajo de los participantes en el Proyecto Venturi, coordinado por Antonio Burgueño, director de Enclave Salud, ha generado un Índice de Posicionamiento según el estado de las listas de espera “en que se combinan indicadores que las hacen comparables”, como el número de pacientes en espera ajustados por población, el tiempo medio de espera y el porcentaje de pacientes con más de seis meses de demora, según explica Burgueño.
Resultados
En el primer avance del índice resultan ser las comunidades de Murcia y País Vasco, junto a la ciudad autónoma de Melilla, las que mejor resultado obtienen. En el otro extremo están Andalucía y Cataluña, la primera condicionada por la revisión de los datos realizada en 2018 y el enorme incremento de pacientes en lista contabilizados.
El objetivo de este proyecto, según su responsable, es proporcionar información válida para la toma de decisiones en un contexto tan complejo como el de una pandemia. Así, el siguiente paso será llevar el índice a la demora diagnóstica y de consultas, “y comenzar el desglose por comunidades autónomas en aquellas que tengan los datos lo suficientemente detallados por áreas, como Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana”.
Cálculo de la demanda
Sin embargo, el Proyecto Venturi busca ir mucho más allá: “Las listas de espera no son más que la punta del iceberg, tanto en volumen como en riesgo”, afirma Burgueño. Y es que el principal problema generado por la pandemia no está en las personas que ya están en el sistema y han visto sus intervenciones aplazadas, sino “todos aquellos que han dejado de acudir por miedo a entrar en un hospital”.
Por ejemplo, “según las estadísticas que maneja SEOM, debe de haber unas 80.000 personas con cáncer que no han sido diagnosticadas porque no han acudido al médico ante algún síntoma menor”. Lo mismo sucede con otras patologías potencialmente graves, como las cardiovasculares o dolencias crónicas que se reagudizan.
Por ello, la primera fase del proyecto, ya en marcha y en la que se incluye el Índice de Posicionamiento, busca “cuantificar la demanda asistencial real”, lo que permitiría “reasignar recursos sobre una base sólida”.
En este sentido, el proyecto "recogerá datos de recursos asistenciales, públicos y privados, y en qué medida pueden complementarse”. Así, a su juicio, “el sector privado no tiene por qué ocuparse solo de descargar lista de espera quirúrgica, sino que podría ocuparse de procesos asistenciales complejos y completos”.
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