Ramon Valls, reumatólogo del Hospital de Palamós, en Gerona, estaba el pasado 30 de agosto acabando sus vacaciones –“paseo en barca, arroz negro para comer…”- cuando empezó a notar cierto malestar, algo de febrícula, pérdida del gusto... . Su mujer, abogada, le dijo: “A ver si va a ser otra vez la covid-19”. Al día siguiente, ya con pérdida de olfato y gusto y sintiéndose peor, fue a su centro de primaria a pedir una prueba PCR que, al día siguiente, confirmó algo inesperado: “Positivo”. Era la segunda vez; la primera, en marzo.
A principios de la primera ola de la pandemia en España, cuando Valls llevaba pocos días dedicado a los pacientes con covid-19, notó por primera vez síntomas de infección por el SARS-CoV-2 – “febrícula, pérdida de olfato, infección buco-amigdalar,…”- y, al hacerse la prueba de PCR, dio positivo. “No tengo noción de contacto claro con algún paciente infectado, pero estaba en un ambiente hospitalario y en un momento en el que no había distancia de seguridad ni mascarillas, y yo visitaba en planta, en el hospital de día, en urgencias y en consultas externas”.
A partir de ahí, se confinó, pasó leve la infección y trabajó desde casa, manteniendo contacto telefónico con sus pacientes de Reumatología. Cuando finalizó el estado de alarma, volvió a las visitas presenciales, a urgencias…-“en un hospital pequeño hacemos de todo”- y, tras un pequeño paréntesis vacacional, a final de agosto es cuando se confirmó su segundo contagio.
Pero en esta ocasión el cuadro clínico fue más severo: estado más deteriorado que en la primera ocasión, lo que le llevó a acudir a urgencias de su hospital y, de inmediato, quedar ingresado por problemas respiratorios (consumo de oxigeno bajo). Con su caso de reinfección, explica, saltaron todas las alarmas. Sus compañeros del Hospital de Palamós contactaron con los colegas del Hospital Germans Trias de Badalona, el centro de agudos terciario de referencia en la zona, que sugirieron su traslado, pero Valls prefirió quedarse en Palamós cumpliendo el protocolo para casos graves.
Tres días más tarde -sigue con su relato- ya presentaba neumonía bilateral y con la mascarilla de oxigeno normal no tenía suficiente. Ahí fue cuando admitió su traslado de urgencia al Germans Trias, donde al llegar le pusieron gafas nasales de alto flujo. “Es como un respirador pero no te marca el ritmo y es increíble lo que hace; es como un fogonazo en la nariz”, apunta.
Cumplido el protocolo en la Unidad de Semicríticos y tras 18 días de ingreso entre Palamós y Germans Trias, Valls volvió a casa a recuperar no sólo su función pulmonar: había perdido masa muscular y estaba muy débil. “Caminar un kilómetro era todo un éxito; ahora lo son ya 6-7 kilómetros”. Era la primera vez que estaba ingresado, la primera que cogía una baja…sus 62 años, hasta esa segunda infección, no le pesaban: futbol de competición, carreras de 100 kilómetros al día, ningún tipo de medicación; “nada”.
4 casos de reinfección documentados por el Germans Trias
El suyo es uno de los cuatro casos de reinfección documentados por el Germans Trias y, además, ha sido el más grave. En todo el mundo los casos descritos están creciendo. Valls fue sometido a todo tipo de pruebas para buscar una explicación a lo sucedido y la conclusión fue que “en la primera infección no había adquirido suficiente tasa de inmunidad”.
Por eso, pasados más de 5 meses (en marzo la primera y la segunda en agosto) y tras estar de nuevo en contacto con el SARS-CoV-2, volvió a contraer la covid-19. “En la primera infección no se sabe qué cepa del virus era pero en la segunda sí, se secuenció y parece que es diferente a la de marzo”.
Valls continua de baja y espera que, tras nuevos análisis en el Hospital Josep Trueta de Gerona y en el Germans Trias de Badalona y recuperar su estado físico, pueda volver al trabajo.
¿Cómo está psicológicamente? “Ahora bien, pero esta segunda vez ha sido duro. Tan duro físicamente como psicológicamente. Recuerdo las dos primeras noches en el Germans Trias, con angustia, insomnio…; tenía miedo de quedarme dormido y no respirar. Llegué a pensar que no lo aguantaría, siempre pendiente de la respiración”. También dice que se sintió solo pero que descubrió la importancia del teléfono móvil, gracias al cual pudo conectarse con su familia.
Sobre si la experiencia le hará cambiar su práctica asistencial dice que no lo cree, que el trato humano es su cultura y la de su hospital. No obstante, admite que ha reflexionado y pensado en que “quizá toque aflojar un poco”.
Del SARS-CoV-2, como médico, destaca que “es un virus traidor, porque cuando empieza no te hace ir rápido a urgencias. Ahí está el engaño. No haces nada hasta que te llega la infección respiratoria, pero, si esperas demasiado, es un peligro. Tienes que acudir a donde puedas a buscar oxígeno y protocolo terapéutico. Que nadie baje la guardia. Las medidas de prevención hay que cumplirlas todas”. ¿Piensa ponerse la vacuna contra el SARS-CoV-2 en cuanto salga la primera? “Creo que sería conveniente vacunarme pero no como una prioridad. Podría esperar un tiempo”.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/32p85W4
No hay comentarios:
Publicar un comentario