El grupo de Hematología y Oncología Médica Clínico-Experimental del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) ha descrito que una variante genética que afecta al 30% de los españoles podría ser la causante de complicaciones en la recuperación de determinadas enfermedades inflamatorias, tales como la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) o la sepsis. Dicha variante genética se encuentra en miR-146a, una molécula presente en todos los seres vivos.
Casi un tercio de la población porta esta alteración genética que puede reducir los niveles de expresión de miR-146a hasta en un 50%. La molécula miR-146a es capaz de controlar en parte la inflamación en el organismo. “Hay gente que tiene el 100% y otras personas solo un 50%. Es como conducir un coche con la mitad de los frenos. Si vas cuesta abajo, tienes más posibilidades de accidente”, explica Rocío González-Conejero, una de las investigadoras responsables del estudio, que ha sido publicado en la revista Haematologica.
Otros factores de riesgo
Aunque en condiciones normales esta alteración no supone ningún riesgo para la salud, ante ciertos estímulos o enfermedades dicha deficiencia sí puede suponer un problema. Los pacientes con niveles más bajos de miR-146a presentarán síntomas más severos, tendrán mayores complicaciones cardiovasculares y la terapia que se les administre durante los primeros días tendrá más probabilidades de ser ineficaz. En general, se enfrentarán a una recuperación más compleja y lenta.
Este descubrimiento podría tener grandes implicaciones en el futuro. “Muchos grupos están estudiando el papel de este pequeño elemento. Si se consiguen aumentar los niveles de este microARN en el organismo, quizás sirva como arma terapéutica y los pacientes respondan mejor a los tratamientos”, explica Constantino Martínez, miembro del grupo de Hematología y Oncología Médica Clínico-Experimental del IMIB, que dirige Vicente Vicente.
La relevancia clínica de este hallazgo se mostró en un estudio realizado en pacientes con NAC en colaboración con el Servicio de Neumología del Hospital La Fe (Valencia). Esta investigación detectó que los pacientes con menores niveles de miR-146a tenían mayor tasa de eventos cardiovasculares; es decir, mayor riesgo de trombosis.
Su papel en la trombosis
La deficiencia de miR-146a aumenta el riesgo de sufrir episodios trombóticos tanto ante enfermedades infecciosas, tales como la NAC, como en afecciones no infecciosas, como la fibrilación auricular. Aquí entra en juego el papel de los neutrófilos, las células encargadas de eliminar los gérmenes de la sangre. Para hacerlo, expulsan una especie de tela de araña denominada NET, que atrapa y destruye las bacterias.
Sin embargo, lo que en un principio parece ventajoso podría derivar en una trombosis. Esto se debe a que una alteración de este sistema podría activar en exceso la coagulación en la sangre y, con ello, provocar trombos. En este caso, la presencia de la alteración genética en miR-146a puede facilitar la formación de los NET en la sangre, incrementando la tasa de eventos cardiovasculares durante la enfermedad.
No es el único factor de riesgo que propicia la formación de esta red. También otros estímulos como el tabaco o el colesterol pueden aumentar los riesgos. A partir de estos resultados, los investigadores confían en que se pueda identificar esta molécula como una posible diana en la que intervenir para evitar o mitigar los episodios trombóticos.
Se localiza en la molécula miR-146a, capaz de controlar en parte la inflamación en el organismo. Off Redacción Hematología y Hemoterapia Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/35kvSbo
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