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martes, 10 de noviembre de 2020

Innovación en oncología: fármacos degradadores

Oncología
carmenfernandez
Mar, 10/11/2020 - 17:55
Cáncer de páncreas
Cristina Mayor-Ruiz.
Cristina Mayor-Ruiz.

“Queremos encontrar nuevos fármacos degradadores con un efecto beneficioso en cáncer de páncreas, que tiene una supervivencia a los 5 años de sólo el 10%”. Este es el objetivo que se ha marcado Cristina Mayor-Ruiz, que, a punto de incorporarse al Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB Barcelona), ha recibido una beca de 80.000 euros de la Fundación FERO y la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) (la primera conjunta de las dos entidades) para su proyecto, titulado: “Targeted Protein Degradation: drug discovery innovation for cancer treatment".

“El proyecto de investigación ha conseguido el premio gracias a su innovación en materia de investigación de nuevos tratamientos contra el cáncer. Hasta ahora, el desarrollo de fármacos contra el cáncer ha estado centrado en la búsqueda de inhibidores para bloquear proteínas con cavidades accesibles; tratamientos que dejaban fuera al resto de proteínas de la célula. El proyecto del IRB Barcelona busca romper esta barrera e investigar nuevos paradigmas transformadores en el desarrollo de fármacos mediante la degradación dirigida de proteínas (TPD en inglés)”, informan las entidades que le han otorgado la beca.

“La técnica de degradación dirigida de proteínas se basa en un proceso de degradación propio de las células, descubierto por Aaron Ciechanover, Avram Hershko e Irwin Rose y que fue galardonado en 2004 con el Premio Nobel de Química. El objetivo de esta metodología es vincular una proteína diana (por ejemplo, una proteína mutada que causa cáncer) con la maquinaria que dirige la degradación de proteínas en nuestras células. Al inducir esa proximidad, las proteínas diana quedan marcadas para su destrucción, afectando a la viabilidad de la célula cancerosa”, añaden.

El proyecto de Mayor-Ruiz, en el que empezará a trabajar a partir de enero y que inicialmente durará dos años, busca desarrollar nuevos degradadores que permitan eliminar proteínas de interés terapéutico en cáncer y la técnica de degradación de proteínas es una novedosa estrategia terapéutica que ha conseguido eliminar proteínas que hasta ahora se consideraban inalcanzables utilizando inhibidores.

“A pesar del gran progreso que se ha llevado a cabo en el desarrollo de inhibidores para terapias contra el cáncer, más del 80% de las proteínas humanas quedaban fuera del alcance de éstos. Entre ellas, proteínas que cuando mutan son muy relevantes en el desarrollo de tumores. Es muy importante conseguir acceder farmacológicamente a un mayor número de proteínas humanas para poder atacar con mayor eficacia aquellas que contribuyen al desarrollo de los tumores. Gracias a la Ayuda FERO-ASEICA podremos estar un paso más cerca de descubrir nuevos tratamientos contra el cáncer”, dice Mayor-Ruiz.

Precisa, en declaraciones a Diario Médico, sobre las proteínas que, "vistas en 3D tienen cavidades para las que se han encontrado 'llaves', pero para el resto, el 80%, no, y con los fármacos degradadores no se necesita que encajen a la perfección sino que se unan como una ventosa". Ya hay algunos fármacos en desarrollo con este nuevo paradigma que incluyen algunos desarrollados racionalmente. Mayor-Ruiz ha venido trabajando hasta ahora, precisamente, en una estrategia racional para hallar fármacos (químicos) degradadores.

Mayor-Ruiz (Soria, 1989), con una trayectoria en investigación oncológica y experta en el campo de la degradación dirigida de proteínas, se incorporará al IRB Barcelona para dirigir un laboratorio de nueva creación. Según informa el IRB, por su parte, "la técnica de degradación dirigida de proteínas trabaja con dos tipos de fármacos degradadores que acercan las proteínas diana a la maquinaria celular que dirige la degradación: los PROTACs (o PROteolysis TArgeting Chimeras), que son fármacos con dos módulos de unión: uno se une a la proteína diana y otro recluta la maquinaria celular que dirige la degradación, y los 'pegamentos' moleculares (molecular glues), que, en cambio, aunque realizan la misma función, solo se componen de un módulo, lo que dificulta enormemente su diseño racional. La mejor alternativa es intentar encontrarlos entre colecciones de miles de compuestos químicos que se conocen como 'librerías de fármacos', utilizando técnicas de cribado".

En el CNIO...

Mayor-Ruiz es licenciada en Biotecnología por la Universidad de Salamanca. Llevó a cabo sus estudios de doctorado en Biología Molecular en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en el laboratorio de Óscar Fernández-Capetillo, donde se centró en mecanismos de resistencia a terapias para el cáncer. Posteriormente, se unió como investigadora postdoctoral al laboratorio de Georg Winter en el Research Center for Molecular Medicine (CeMM) en Viena (Austria), donde se encuentra en la actualidad.

Su trabajo ya ha generado 8 artículos científicos, 5 de ellos como primera autora, incluyendo artículos en revistas como Nature Chemical Biology o Molecular Cell.

Cristina Mayor-Ruiz se incorpora al IRB de Barcelona para desarrollar una novedosa estrategia terapéutica que ha conseguido eliminar proteínas que hasta ahora se consideraban inalcanzables. On C.F. Barcelona Profesión Off

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