Los sindicatos de Madrid lo tienen claro: el hospital Isabel Zendal de Valdebebas no puede vivir "de prestado" respecto al resto de centros. Incluso si el grueso de la plantilla del centro son voluntarios (como es intención de la Consejería de Sanidad), no puede ser a costa de reducir el personal, sin tener sustitutos, lamentan los representantes de los trabajadores.
Este miércoles se ha celebrado ya por fin una mesa sectorial referida al polémico nuevo hospital de pandemias, que recibiría a los primeros pacientes en unas semanas. La Consejería de Sanidad pretende abrir 240 de las 1.000 camas que podría tener; 16 serían de UCI y 32 de cuidados intermedios.
Pero el hospital de Valdebebas no tendrá personal ni presupuesto propio. Sanidad quiere a finales de este mes abrir una bolsa de voluntarios, que está negociando con los sindicatos, de momento sin acuerdo. Entre otros motivos, critican, porque Sanidad no ha llegado a concretar cuánto personal necesitaría para poner en marcha el primer pabellón.
La otra dificultad estriba en cómo mantener el equilibrio entre conseguir voluntarios y no dejar en mantillas a los servicios. "Como paso previo, es necesario determinar qué servicios están en condiciones de “prestar” profesionales sin afectar a su funcionamiento. Entendemos que, si se derivan pacientes Covid, en su lugar entrarán otros, necesitando la misma plantilla y, por tanto, su obligada sustitución", apuntan fuentes de Amyts, que siempre se ha manifestado en contra del nuevo centro.
La idea de Sanidad sería "conseguir un buen número de voluntarios neumólogos, internistas, anestesistas, intensivistas, enfermeros, TCAE, celadores, etc., para tener en la bolsa en el caso de que haya que ampliar los pabellones del hospital", apunta Mariano Martín-Maestro, secretario de Acción Sindical de Sanidad de CCOO Madrid.
Si no hubiera suficientes, se recurrirá al personal contratado por la pandemia, cuyos contratos en principio expiran a finales de este año, si bien Martín apunta que Sanidad estaría estudiando prorrogarlos 6 meses más. O dicho de otra forma: se plantea una adscripción forzosa en caso de no existir suficientes voluntarios, "aplicando entre otros el Real Decreto Ley 29/2020 al que nos oponemos frontalmente", apunta Amyts.
Aparentemente no habría incentivos ni económicos ni de otro tipo para el personal que ahí se desplace voluntariamente, en contra de lo afirmado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso. De hecho, Satse, recuerda su secretaria general, Teresa Galindo, se había manifestado en contra de esa posibilidad, al considerar que debía extenderse a todo el personal que hubiera luchado en primera línea contra el virus.
El compromiso de la directora de Recursos Humanos, Raquel Sampedro, sería dejar claro en la norma de adscripción voluntaria que los profesionales mantendrán las condiciones laborales. La parte fija del salario también se mantendría, mientras que la parte variable dependería de la actividad en el Isabel Zendal. Eso sí: como el hospital no tiene partida propia, lo paga el centro de donde viene el profesional.
Los sindicatos, a la espera de un nuevo borrador de la norma que clarifique estas cuestiones, desconfían. Insisten en que las plantillas están demasiado ajustadas como para que esos voluntarios se trasladen a otro centro sin suplentes. Además, varias centrales insisten en que no son 10.000 profesionales los contratados como refuerzo covid-19, sino que no llegan a 8.000.
Galindo expone que todo el proceso despierta muchas dudas. "Por ejemplo, si el profesional desplazado acaba de baja, ¿habrá suplencias? ¿Los refuerzos covid-19 serán penalizados si no quieren ir al Isabel Zendal?". Las centrales esperan tener respuestas a lo largo de esta semana.
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