La pandemia de covid-19 arrasó con todo tipo de actividades formativas que exigían la presencia física de los participantes: clases tanto escolares como extraescolares, universitarias, magistrales, particulares, etc.; catequesis y grupos de autoayuda; congresos, simposios y mesas redondas; charlas, conferencias, talleres y seminarios. Todo pasó, de un día para otro, a impartirse de modo virtual a través de la pantalla del ordenador o de un dispositivo móvil.
Para calificar las actividades formativas que piden la asistencia en persona lo tenemos fácil: presencial. Pero no veo a casi nadie usar un antónimo englobador de todo tipo de actividad formativa a distancia; por oposición a ‘presencial’, hay quienes dicen virtual, en línea, telemático, internético (o por Internet), vía Zoom, telefónico, por YouTube...; pero yo diría que la mayor parte de ellos son más restringidos y no engloban todas las formas de impartir una actividad formativa a distancia.
La solución es sencilla: si para indicar presencia hemos formado ‘presencial’, ¿qué problema habría en acuñar distancial para indicar distancia? A mí, por lo menos, expresiones como «cursillo distancial», «consulta distancial» y «charla distancial» me parecen prácticas, sencillas y claras; fáciles de entender incluso por quien nunca antes haya oído el neologismo, sin necesidad de más explicaciones.
Fernando A. Navarro
Tras esta pandemia de covid-19 que ha arrasado con todo tipo de actividades formativas que exigían la presencia física de los participantes, ¿no deberíamos ir pensando en acuñar un antónimo de 'presencial'? Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3gYRKPH
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