Durante el confinamiento estricto del año pasado se dejaron de administrar muchas vacunas, tanto a los niños como a los adolescentes y adultos. Esto ha condicionado la necesidad de poner el calendario de vacunación al día desde que se produjo la desescalada. Un calendario a través del cual se dispone de vacunas desde la etapa del nacimiento hasta el final de la vida, y gracias al que algunas enfermedades han quedado erradicadas.
“España es un país con elevadas coberturas, aunque no tanto con la vacunación frente a la gripe”, ha explicado Rosa Sancho, durante la segunda sesión de la 4ª edición de las jornadas Light on Vax, que organiza Sanofi Pasteur y que se prolongarán a lo largo de esta semana. Organismos como la OMS y Unicef pusieron de manifiesto el peligro que supone reducir estas coberturas infantiles a causa de la paralización que supusieron las primeras olas de la covid-19.
En lo que respecta a España, se ha observado "una disminución importante de las vacunaciones, si se comparan la fase prepandémica y la pandémica, sobre todo en el caso de la de neumococo y la triple vírica en primera dosis”, ha especificado Sancho, responsable del Área de Vacunas del Servicio de Epidemiología en la Subdirección de Salud Pública y Adicciones de Gipuzkoa y vicepresidenta de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac). Los datos revelan que las cifras se han ido recuperando, pero no se han vuelto a alcanzar los niveles de cobertura de primovacunación de neumo y triplevírica, que aún son inferiores a los de 2019, siendo la dificultad del acceso a los servicios sanitarios la causa principal de estos datos.
Recuperando índices prepandémicos
A partir de mayo del año pasado, la estrategia a seguir fue dar prioridad a la inmunización en los niños de hasta tres años de edad, haciendo especial hincapié en el grupo de hasta 15 meses. “Hay que destacar que hay vacunas que no permiten la recuperación de este período, como la del rotavirus, cuya primera dosis ha de ser administrada antes de las 15 semanas de edad”, ha subrayado Alfonso Martín, coordinador de Enfermería y de la Unidad de Estudios e Investigación del Grupo IHP, miembro de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
“Debemos aprovechar lo aprendido en la pandemia y reutilizar las formas de hacer llegar las campañas a grupos que siempre han sido más complicados, como los adolescentes”, ha especificado Martín. Recomendando que de aquí en adelante se utilicen, por ejemplo, la cita por mensaje o incluso las redes sociales, para contactar con ellos e informarles sobre la importancia de continuar su inmunización de enfermedades como la meningitis o la difteria tétanos.
Durante la mesa redonda, los expertos han destacado la importancia también de la vacunación en adultos de la gripe, el neumococo y los recuerdos de difteria y tétanos, además de la vacunación en las embarazadas.
Para devolver la confianza hacia los centros de salud y el acceso al servicio hospitalario, Martín recomienda alimentar la idea de que los centros sanitarios no son ambientes de alto riesgo. También es importante optimizar las visitas a estas instalaciones, así como el oportunismo de captar para la vacunación a un paciente que acude a realizarse unas pruebas. Por último, aprovechar la confianza en la vacuna de la covid-19 para conseguir un alto nivel de cobertura respecto a otras enfermedades, y recuperar los índices prepandémicos.
Nietos y abuelos protegidos de la gripe
La gripe es una enfermedad grave con consecuencias a nivel cardíaco y respiratorio, y la vacunación es una estrategia clave en la prevención de esta infección y sus complicaciones. Afecta más a niños pequeños y a mayores de 65 años y, la principal diferencia entre estos dos grupos es la mortalidad, siendo mayor en el grupo de más de 65.
Sin embargo, la incidencia es notablemente más alta en la población pediátrica, que hace las funciones del vector más importante de propagación. ”Son supertransmisores”, ha señalado Ángel Valls, pediatra Centro Salud Nazaret, de Valencia. “Diseminan más cantidad de virus y durante más tiempo. En concreto, pueden llegar a contagiar hasta un mes después de la infección”, ha añadido. A pesar de esto, la vacunación antigripal en niños se recomienda únicamente en los grupos de riesgo, aún teniendo en cuenta que entre el 20 y 30% de los escolares se infectan por gripe estacional en España.
Mayor mortalidad en mayores
Luchar frente a la gripe es una estrategia mundial recogida por la OMS, que de cara al 2030 pretende reducir la carga de enfermedad que tiene la gripe estacional y minimizar el impacto de la gripe pandémica. La prioridad en cuanto a la protección va dirigida a los grupos más vulnerables, en concreto, el grupo de los más mayores.
“La clave está en implantar políticas y programas de vacunación basados en datos científicos que permitan reducir la mortalidad”, ha explicado Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid. La incidencia anual de la gripe en los grupos de 65 años en adelante aumenta de una forma considerable. “Los datos empiezan con 5 en el caso de los más jóvenes, a 3,1 y 6,4 en los grupos de entre 14 y 44 años, y hasta 20 por 100.000 en los mayores de 65 años”, ha especificado.
En el caso de la mortalidad, los picos son similares, “mostrando que realmente la gripe tiene un impacto tremendamente grande de carga de enfermedad en las personas de 65 años o más”, ha sentenciado Gil. Esta infección puede complicarse en caso de tener una patología previa y, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud en España, por encima de los 65 años casi el 90% dice que tiene algún problema de salud. Es muy importante implementar la vacunación en este grupo de edad, puesto que su calidad de vida se ha constatado que mejora notablemente.
“Quiero destacar que este año en España, en las residencias de ancianos se han utilizado las vacunas contra la gripe de alta carga, con hasta cuatro veces más cantidad de antígeno, que han tenido un éxito tremendo de aceptabilidad, y han demostrado una eficacia superior a la vacuna de dosis estándar, con valores tales como un 40% de eficacia relativa frente a la mortalidad por neumonía o gripe y un 18% frente a hospitalizaciones por eventos cardiorrespiratorios”, ha concluido Gil.
Mayor incidencia en niños
“Cada año, entre el 5 y el 10% de los adultos se infectan con gripe estacional, pero en niños estamos hablamos de hasta el 20 y 30%”, ha explicado Alejandro Orrico, senior manager y farmacéutico responsable de los ensayos clínicos del área de Investigación en Vacunas de Fisabio, Salud Pública Valencia. La incidencia acumulada durante la temporada 2019/2020 para mayores de 64 años fue de 545 casos por 100.000 habitantes. En menores de cinco años la cifra asciende hasta los 6.244 casos por 100.000.
En cuanto a los casos graves de hospitalización, la tasa acumulada es mayor en menores de cinco años que en mayores de 65, con hasta 52 casos por 100.000, mientras que en el otro grupo bajan de 40. “Entre los niños hay una mayor incidencia y una menor mortalidad. Aunque no hay que perder de vista los datos, en España mueren al año de 6 a 14 menores de 18 años por gripe. Siendo en su mayoría menores de siete años”, ha resumido Orrico. "Aun así, y pese a que la OMS recomienda desde 2012 la vacunación de niños entre los 6 meses y los 5 años, en este grupo de edad vacunamos solo a los grupos de riesgo, aunque las coberturas son bajas”, ha especificado Valls.
Asimismo, las vacunas antigripales de uso pediátrico que están aprobadas en España son igualmente eficaces, lo que se observa mediante una vigilancia anual a través de estudios observacionales.
Cómo alcanzar los objetivos de coberturas vacunales
Todos los años se fijan objetivos en las coberturas de vacunación y las autoridades sanitarias trazan diferentes estrategias, a todos los niveles de recomendación, para alcanzarlos. Además, los profesionales sanitarios juegan un papel fundamental en la recomendación de la vacunación, ya que, si acompañan la recomendación con ejemplaridad, consiguen mayores tasas de vacunación entre sus pacientes.
Durante la pasada campaña de vacunación se llevaron a cabo multitud de planes concretos, tanto a nivel local como nacional, para alcanzar los objetivos previstos. Por ejemplo, en el caso de los profesionales sanitarios, su campaña de vacunación comenzó una semana antes que la general.
“Algunas de nuestras estrategias para motivar la vacunación entre las personas del sector sanitario consisten en la motivación general del beneficio propio, la seguridad del propio paciente y ser un ejemplo para los pacientes”, ha destacado Víctor del Campo, médico especialista en Medicina Preventiva, con especial dedicación a la epidemiología de enfermedades transmisibles, la vacunación de profesionales sanitarios y la consulta del viajero internacional.
Por tratarse de un colectivo expuesto, tienen un mayor riesgo de padecer la enfermedad y, además, pueden contagiar a compañeros y pacientes, sobre todo si trabajan en sectores de alto riesgo como el bloque quirúrgico, hematología o con neonatos. Además, para una mayor comodidad se facilita la vacunación a lo largo de la jornada y sin cita previa.
Patologías cardíacas
Por su parte, Alberto García, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, de Madrid, se ha centrado en las patologías cardíacas. “Las personas mayores de 60 años vacunadas tienen un menor riesgo de infarto, algo que se repite incluso fuera del periodo epidémico. Por lo que se constata que el beneficio de la vacuna persiste”, ha destacado.
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