Las facultades españolas de Medicina necesitan urgentemente profesores, sobre todo clínicos, y la única manera de garantizar el relevo de los catedráticos y titulares actuales es acreditar con celeridad a los especialistas que quieren compaginar su labor asistencial con la docencia.
Ahora bien, esa necesaria celeridad parece difícil cuando el organismo encargado de acreditar a los futuros docentes, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), admite su impotencia para agilizar el ritmo de evaluación de los expedientes que le presentan los clínicos que aspiran a ocupar una plaza docente fija (catedrático o profesor titular) en la universidad.
Si en el segundo trimestre de 2021, la comisión de Medicina Clínica, encargada de analizar y evaluar los expedientes de los médicos que optan a dar clase en la universidad, tardaba una media de 10,5 meses en responder a las solicitudes de los aspirantes (es decir, sólo en contestarles si su expediente era apto o no para ocupar la plaza deseada), los datos oficiales de Aneca revelan que el ritmo de respuesta se ha ralentizado aún más en el tercer trimestre del año (10,6 meses de media).
Aunque el incremento es sólo de una décima, lo más significativo es que la ralentización se produce en la recta final de un año en que el equipo directivo de la Agencia que preside Mercedes Siles se había marcado como objetivo prioritario reducir a menos de seis meses el ritmo de respuesta de las 22 comisiones evaluadoras (divididas por ramas de conocimiento) que integran el llamado Programa Academia, responsable de la acreditación del profesorado funcionario.
Ese objetivo ideal -que, sobre el papel, debería haberse alcanzado el pasado mes de julio- lo cumplían a finales de septiembre sólo 10 de las 22 comisiones; 15 de ellas evaluaban sus expedientes y daban respuesta a sus respectivos aspirantes en menos de 9 meses de media, y las 7 comisiones evaluadoras restantes, entre ellas la de Medicina Clínica, estaban muy lejos del objetivo que se había marcado ya para mediados de año el equipo de Siles. Sólo las comisiones de Derecho y Ciencias de la Educación han sido más lentas que la de Medicina durante el tercer trimestre del año (con plazos medios de resolución de 16,7 y 11,5 meses, respectivamente), pero el volumen de expedientes que tienen ambas sobre la mesa es muy superior al de Medicina Clínica.
Los últimos expedientes evaluados en septiembre por los 12 miembros que integran la comisión de Medicina Clínica se recibieron en la Agencia nada menos que en diciembre de 2020, tanto para optar a una plaza de catedrático como a una de profesor titular (ver cuadro). La comisión de Química, la más aplicada de la clase, analizaba en septiembre expedientes remitidos sólo dos meses antes, y la de Física dio salida ese mismo mes a solicitudes de profesor titular enviadas en agosto.
Si nos remitimos a los datos globales del Programa Academia, ni siquiera la tendencia general del año le permite sacar pecho a Aneca. A finales de marzo, fecha de cómputo de los resultados del primer trimestre, la media de tiempo para la evaluación de las solicitudes en las 22 comisiones evaluadoras se situaba en 7,8 meses; en junio estaba en 7,6 meses, en julio se redujo a los 6,8 meses, pero en septiembre (último dato hecho público) ha vuelto a subir hasta los 7,3 meses de media.
La inversión en personal y tiempo de trabajo no ha servido para agilizar los expedientes
Ni siquiera los esfuerzos en personal y tiempo de trabajo invertido que la Agencia asegura haber hecho estos últimos meses parecen servir para agilizar el trabajo de determinadas comisiones. Según fuentes de Aneca, el obligado parón de agosto (único mes del año en que no se reúnen las comisiones) se ha compensado con el sobresfuerzo realizado por los evaluadores en julio y septiembre, cuando se han dado salida a un total de 742 solicitudes. En concreto, en julio "se celebraron 45 sesiones colegiadas, la mayoría de 2 días de duración, lo que constituye un récord de actividad muy destacable", aseguran fuentes de la Agencia que preside Siles.
Además, en septiembre, y con el objetivo declarado de paliar los retrasos en las comisiones más lentas, se han incorporado vocales adicionales a parte de esas comisiones, incluida la de Medicina Clínica, hasta completar un total de 12 evaluadores en cada una, el número máximo establecido en el real decreto que regula el funcionamiento del Programa Academia. Pues ni así.
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La admisión de impotencia se hace explícita cuando la Agencia reconoce en su informe de evaluación correspondiente al tercer trimestre del año que "los plazos siguen siendo altos" en las 7 comisiones más rezagadas, y añade que "Aneca comparte la inquietud de las personas que tienen que esperar plazos largos para conocer el resultado de su evaluación". ¿La solución? El equipo de Siles asegura que "se están arbitrando medidas extraordinarias para ayudar a que las comisiones puedan incrementar el número de expedientes evaluados y reducir, así, el tiempo de espera". Lo que no aclara es a qué medidas se refiere cuando comisiones como la de Medicina Clínica ya no pueden incorporar a más evaluadores para agilizar la revisión de sus expedientes.
84% de 'aprobados' en Medicina
La buena noticia -por encontrarle alguna- en el caso de Medicina Clínica es que el 84% de las solicitudes evaluadas en el tercer trimestre del año fueron positivas y obtuvieron, por tanto, la plaza deseada (32 de los 27 expedientes analizados en esos tres meses), lo que supone sólo tres puntos menos que la media de aprobados registrados en las 22 comisiones en el periodo analizado.
Al margen del cien por cien de aprobados computados (43 de 43 expedientes) en la comisión de Especialidades Sanitarias (una de las tres que integran el área de Ciencias de la Salud, junto con Medicina Clínica y Ciencias Biomédicas), las comisiones de Física y Química, además de ser las más ágiles, son también las que mayor volumen de solicitudes aprobadas presentan (96 y 93%, respectivamente). El menor volumen de expedientes aprobados (63% o 24 de los 38 presentados) se registra también en la comisión más lenta a la hora de dar salida a sus expedientes, la de Derecho.
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