El Hospital Gregorio Marañón de Madrid ha llevado a cabo un trasplante simultáneo de corazón e hígado en un paciente con una cardiopatía congénita por primera vez en España. Su vida corría peligro, ya que presentaba una cirugía de Fontan fracasada, así como un fallo cardiaco y hepático terminal. La intervención se llevó a cabo con éxito y el paciente ya ha recibido el alta hospitalaria. La operación duró más de 12 horas e involucró a 30 profesionales de todos los servicios que trabajan habitualmente en el programa de Cardiopatías Congénitas del Adulto, la Unidad de Trasplante Hepático, el Servicio de Cirugía General y en el Banco de Sangre, esencial en esta operación, que requirió muchos componentes sanguíneos.
Dada la magnitud del proceso, sólo su planificación conllevó la elaboración consensuada de un protocolo multidisciplinar específico de actuación para abordar decisiones rápidas en todos los escenarios posibles en un trasplante tan complejo a nivel logístico, médico, quirúrgico, anestésico y de enfermería. Este logro se ha conseguido gracias a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que coordina específicamente este tipo de intervenciones, y al trabajo conjunto multidisciplinar que se desarrolla habitualmente en el Hospital Gregorio Marañón dentro de los programas consolidados de trasplante cardiaco y hepático.
Se trata, por tanto, de un hito más en la exitosa historia del trasplante de órganos en España, así como un avance y esperanza para el tratamiento de adultos con cardiopatías congénitas terminales y fallos secundarios de múltiples órganos vitales, muchas veces huérfanos de terapias eficaces.
El paciente, que no pertenece a la Comunidad de Madrid, fue tratado en el Hospital Gregorio Marañón como Centro de Referencia Nacional (CSUR) en Cardiopatías Congénitas. Tras la larga intervención, en la que primero se realizó el trasplante de corazón y posteriormente el de hígado, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos Postcirugía Cardiaca, de la que, en pocos días, pasó a la planta de hospitalización de Cardiología por su buena evolución, donde permaneció hasta su alta hospitalaria. Todo ello no habría sido posible sin la colaboración y coordinación con el hospital donde se produjo la donación de órganos, otro centro de la Comunidad de Madrid, además de la generosidad de la familia del donante.
Aumento de la supervivencia
Los pacientes adultos con cardiopatías congénitas están aumentando debido a la prolongación de su supervivencia gracias a los avances en los tratamientos médicos, quirúrgicos y percutáneos en la edad pediátrica. En algunas ocasiones, como en este caso, en fases finales de la enfermedad terminan necesitando un trasplante cardiaco como última terapia cuando fracasan las cirugías paliativas que se les han realizado previamente.
En el caso concreto tratado en el Gregorio Marañón, el individuo fue sometido previamente a una cirugía de Fontan, una intervención quirúrgica muy compleja que consigue separar la circulación del cuerpo y de los pulmones de los bebés nacidos con un único ventrículo. Se suele realizar cuando el paciente es pequeño, lo que permite a la mayoría de ellos alcanzar la edad adulta y consigue una muy buena calidad de vida durante décadas, pero puede fallar al cabo de años. En este punto, la única solución es un trasplante cardiaco.
Otra consecuencia de la cirugía de Fontan es la afectación a largo plazo de otros órganos, especialmente al hígado. Así, en las fases más críticas, puede llegar a producir una enfermedad grave similar a la cirrosis y terminar comprometiendo la llegada al trasplante cardiaco e, incluso, la vida del paciente. Por eso, cuando la situación del hígado es grave e irreversible, el único tratamiento viable es el trasplante combinado de corazón e hígado. Actualmente, existen pocos centros en el mundo con experiencia en este tipo de cirugías, puesto que conllevan un procedimiento quirúrgico de enorme complejidad.
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