El cáncer de colon supone la segunda causa de muerte por cáncer en España tras el tumor de pulmón. Los programas de cribado que analizan la sangre oculta en las heces se dirigen a las personas entre 50 y 69 años con el objetivo de detectar el tumor en fases precoces. Bien implantados, los cribados reducen la mortalidad de la enfermedad a corto plazo entre un 30% y un 35%, según apunta la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Para impulsar este tipo de test, la asociación ha puesto en marcha hoy 31 de marzo, Día Mundial contra el Cáncer de Colon, la campaña “El otro test”. Con ella, la AECC invita a la población a participar en los programas de cribado en España y recuerda que este otro test (que no tiene nada que ver con el de la covid-19) “puede ayudar a superar este tipo de tumor en el 90% de los casos si se detecta a tiempo”.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) así lo corrobora, al situar la detección del cáncer en estadios iniciales como uno de los factores de pronóstico favorable: “La supervivencia a los cinco años de los pacientes con cáncer de colon en estadios precoces supera el 90%, mientras que en estadios más avanzados se sitúa en torno al 50-70%”. Por ello, indican desde la SEOM, “los programas de cribado que vienen implantando las comunidades autónomas de forma progresiva son básicos para disminuir la mortalidad, estimándose que una vez implantados podrían evitar un tercio de las muertes por cáncer colorrectal y salvar más de 3.600 vidas al año en nuestro país”.
La eficacia del test de sangre oculta en heces es inapelable. La AECC recoge datos del Programa Poblacional del País Vasco, que han demostrado un incremento de la supervivencia a 5 años del 23,4% en las personas participantes de los programas de cribado.
Acceder al beneficio de la detección precoz
El País Vasco es, junto con Navarra, una comunidad modélica en la ejecución de este cribado iniciado en 2009 con experiencias pilotos que poco a poco se han ido expandiendo, pero parece que no lo suficiente. Así lo destaca Luis Bujanda, jefe del Área de Enfermedades Hepáticas y Gastrointestinales del Instituto Biodonostia, quien expone a DM que “en 2014, se consiguió en el País Vasco que la invitación a participar en el cribado alcanzara al 100% de la población diana (personas de 50 a 69 años). En cambio, en 2017 aún había comunidades donde no se había invitado ni al 50% de la población”. Luis Bujanda reconoce que es difícil cuantificar las diferencias entre comunidades, porque no hay datos oficiales accesibles, pero apunta que “mientras en el País Vasco íbamos por la quinta ronda, otras comunidades aún no han llegado a todo su objetivo poblacional. Son desigualdades importantes, porque implican que hay personas que no se han beneficiado de la detección precoz del cáncer colorrectal. Un 70% de los tumores de colon que se detectan en los programas de cribado son precoces y se pueden curar con endoscopia, sin necesidad de cirugía ni quimioterapia”.
El planteamiento “exitoso” en la comunidad vasca, según destaca el profesor Bujanda, catedrático de Medicina en la UPV/EHU y presidente de la Fundación de la Asociación Española de Gastroenterología, consiste en enviar la invitación al cribado al domicilio (participa más del 70% de la población invitada). En otras comunidades, como Cataluña, el protocolo cuenta con la colaboración de las farmacias, donde se recogen las muestras. Una vez realizado el test de sangre oculta en heces, si el resultado es positivo, se lleva a cabo una colonoscopia para conocer el origen del sangrado. Si es negativo, se emplaza a un nuevo test en dos años.
Para conseguir el impacto positivo de los programas de cribado es necesario alcanzar una participación de la población diana superior al 65%, afirman desde la AECC. Solo Navarra y el País Vasco superan esa participación, con un 73% y 72% respectivamente. “Por debajo de esos porcentajes, se sitúa La Rioja, con un 60% en participación y, en el extremo opuesto, Ceuta, con un 22%, lo que viene a mostrar la participación variable dependiendo de la comunidad autónoma” y, por tanto, desigualdad en la prevención.
Desde la Asociación recuerdan que “solo el 50% de la población sabe de la existencia de los programas de cribado en cáncer colorrectal, siendo la colonoscopia la principal prueba diagnóstica que se conoce en cáncer de colon. Respecto a la prueba del TSOH [test de sangre oculta en heces] como método de diagnóstico, solo el 30% la conoce, lo que hace que el nivel de participación en las pruebas de detección precoz sea muy bajo”.
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