"Tenemos que estar muy agradecidos a las vacunas frente al SARS-CoV-2 basadas en vectores como el adenovirus -como la de AstraZeneca- y a las basadas en ARNm -como las de Moderna y Pfizer/BioNTech- porque nos protegen de una patología importante, pero nos han vacunado ya tres veces y todavía nos infectamos, replicamos el virus, lo transmitimos e infectamos a otras personas. Y eso no es una vacuna buena, ¿no?" Luis Enjuanes, jefe del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología y profesor de Investigación del CSIC, ha lanzado esta pregunta en una ponencia celebrada hoy en Infarma para explicar a continuación los frutos de su trabajo de más de 35 años con coronavirus y las posibles alternativas en las que su equipo trabaja.
Según Enjuanes, pese a que las vacunas disponibles, como las de Moderna y Pfizer, "son una bendición", llevan un ARNm que codifica la proteína S, pero nos da únicamente un microgramo de ese ARN. "Nosotros hemos desarrollado un ARN que se replica y autoamplifica e induce una respuesta muy potente", ha señalado, aunque ha añadido que también tiene un inconveniente: requiere "un motor que amplifica el virus mil veces, por lo que hay que hacer más pruebas para demostrar que es segura"; eso sí, en ratones, "funciona muy bien". Según la OMS, se están haciendo más de 180 vacunas, pero solo 5 vacunas en desarrollo están basadas en un ARN que se amplifica.
Tipos de inmunidad
Enjuanes ha insistido en que las vacunas basadas en proteínas que no se replican no funcionan para inducir inmunidad en mucosas. "Hay 2 tipos de inmunidad: la sistémica, que se induce muy bien con un pinchazo intramuscular, como las de la polio, sarampión y viruela, que con una dosis nos mantienen vacunados 60 años después, y la de las mucosas, que no se induce con un pinchazo intramuscular, como se administran las vacunas disponibles en la actualidad, que apenas inmunizan en las mucosas".
El investigador ha explicado que un virus causa patología si lleva genes de virulencia; "unos genes que el virus no necesita para replicarse, pero que ha conservado en la evolución porque algunos casos nos inactivan la respuesta inmune". Cuando estos virus infectan, se expresan esos genes de virulencia, inactivan la respuesta inmune, y el virus "entra a saco" en el organismo. Enjuanes ha afirmado que en su laboratorio fueron "los primeros del mundo en 2000 en hacer estos virus por ingeniería genética, quitando uno a uno estos genes de virulencia para observar después la evolución de ratones transgénicos al infectarlos quitando esos genes. "Si les inyectábamos el virus y no se morían, le habíamos quitado un gen de virulencia; esos son los virus atenuados" ha señalado, es decir, "una vacuna en potencia, como lo es la vacuna de la polio".
Resultados previos en MERS
El equipo de Enjuanes ya había obtenido resultados positivos con un coronavirus previo, el MERS, mucho más peligroso que el SARS-CoV-2, que modificaron eliminando en él la proteína E. En este caso observaron también que a los 3 y 6 días los pulmones seguían sin virus, es decir, que éste no se no se propaga, "luego es una vacuna segura". Vacunamos a los ratones y 3 semanas después les administramos 100.000 unidades infectivas (con una vale para matar) y seguían bien".
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