Como dice el refrán no es oro todo lo que reluce ni todo lo que se dice que es natural realmente lo es. Para separar la paja del trigo en esto de los productos naturales, muchos de venta en farmacia, hay una norma, la ISO 16620-2, que, con un método homologado internacionalmente, determina cuánto de natural es. “Esto es aplicable tanto a los complementos alimenticios a base de plantas como a la cosmética”, señala Josep Allué, vocal de Plantas Medicinales del COF de Barcelona y ponente en Infarma, para quien el concepto natural se ha utilizado muchas en vano para promocionar productos que, en algunos casos, “de natural les queda muy poco o nada”.
Según Allué, “lo que tienen que ver los farmacéuticos es que el concepto natural no se puede utilizar tan a la ligera. Los farmacéuticos tenemos claro cómo se piden los datos técnicos y científicos, pero también hay que conocer cómo pedir otros más de carácter normativo” y, por ello, el motivo de su intervención.
Aunque lo ideal es que los farmacéuticos comprueben las características del producto que le vende un comercial como natural para ver que realmente lo es, reconoce que no siempre hay tiempo para hacerlo. Sin embargo, propone que, al menos, pregunte a ese comercial “si cumplen o no la norma ISO”. “El problema que hay con los complementos alimenticios de plantas es que hay una proliferación de empresas que ofrecen estos productos y algunas de estas empresas son muy comerciales y muy poco técnicas -lamenta-. Por ello, hay que pedir que demuestren cuánto de natural es ese producto, porque hay una norma que cumplir igual que se le puede pedir que cumplan la norma de buenas prácticas de manufactura de alimentos”.
Por otra parte, insiste en que lo natural no es sinónimo ni de eficaz ni de seguro. “De los complementos alimenticios, algunos dicen que es el cajón de sastre para hacer productos de mala calidad. Yo no lo creo, porque hay productos muy buenos y, aunque no son medicamentos, bien usados tienen ventajas”, apunta el experto, quien añade que cuando va a dar conferencias a farmacéuticos muchos le hacen la pregunta del millón: “¿Qué empresas hacen complementos alimenticios buenos?”. Y es que “saben que hay empresas que no pueden garantizar la calidad porque solo hablan de lo bueno que es, pero no aporta estudios que lo respalden, por lo que deben exigir conceptos que el farmacéutico maneja, como seguridad, calidad y eficacia”.
Protocolización
Allué ha presentado una serie de protocolos sobre fitoterapia, que han elaborado varios vocales de Plantas Medicinales de COF provinciales bajo el amparo del Consejo de COF y el apoyo de Arkopharma, con el fin de ayudar al farmacéutico a que “la dispensación de plantas en la farmacia sea más fácil y ágil, porque, muchas veces, el problema es decidirse por una planta”.
En total, hay nueve protocolos -accesibles desde la página web del Consejo de COF y que se pueden descargar- que abordan varias temáticas: trastornos digestivos; síntomas articulares; sobrepeso; astenia, cansancio y fatiga leve; gripe y resfriado; trastornos del sueño; los asociados a la elevación del colesterol; trastornos urinarios leves y vasculares.
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