El huevo ha sido desde la antigüedad un alimento fundamental para el hombre y hoy en día sigue siendo objeto de estudio desde diversos ámbitos.
Sin embargo, el huevo es, junto a la leche, uno de los alimentos que con más frecuencia produce alergia entre los niños, afectando al 2-9% de la población mundial de entre 1 y 3 años.
En España, la alergia al huevo representa, tras la leche de vaca, la causa más frecuente de alergia en los menores de 3 años, la cuarta entre los niños de 3 a 5 años y la tercera entre los de 6 y 15 años.
El huevo forma parte de la composición de multitud de alimentos preparados y es utilizado tanto en la restauración como por la industria alimentaria. Por ello, los niños que padecen alergia a este alimento tienen mayor riesgo de sufrir reacciones por su ingestión inadvertida.
Podemos decir que la alergia al huevo afecta a la calidad de vida relacionada con la salud de los niños, impactando en sus actividades diarias y en las de sus familias. El hecho de evitar estrictamente este alimento es complejo, por lo que el riesgo de transgresión, y en consecuencia de reacción, es elevado. Si a esta restricción añadimos la asociación con la alergia a otros alimentos, la limitación se extiende al plano nutricional.
Por otro lado, conviene recordar que, hasta hace poco más de una década, la eliminación de la dieta del alimento responsable de la alergia y el uso de adrenalina inyectable para el tratamiento de las reacciones alérgicas, habían sido las únicas medidas eficaces para el tratamiento de la alergia al huevo.
En la actualidad están siendo investigadas diferentes estrategias para proveer otras alternativas. Por un lado, la de tratamientos activos como la inmunoterapia, cuyo objetivo final es la curación de la enfermedad, y por otro, la introducción precoz del alimento en la dieta de los lactantes, para prevenir el desarrollo de la enfermedad.
Esta última se encuentra en una fase incipiente de investigación y los estudios realizados hasta la fecha han ofrecido resultados dispares. Mientras que en algunos casos se ha observado un efecto protector frente al desarrollo de la enfermedad, en otros estudios no se han observado diferencias significativas entre los niños a los que se introduce el huevo en la dieta de forma temprana (4 a 7 meses) y aquellos en los que se siguen las recomendaciones de diversificación alimentaria de las sociedades científicas (más de 10 meses).
Se pueden distinguir dos tipos de inmunoterapia: la específica y la no específica. En la primera, se utiliza el propio alimento responsable de la alergia como tratamiento, que puede ser administrado por diferentes vías. Hasta ahora, la más utilizada es la oral.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/Xb495zS
No hay comentarios:
Publicar un comentario