1 de marzo de 2022. La Dirección de Recursos Humanos del Servicio Madrileño de Salud reúne en mesa sectorial a todos los sindicatos y les comunica que de los 11.100 contratos covid que se firmaron en la comunidad para reforzar las plantillas durante la pandemia, solo 3.937 se quedarán en el Sermas más allá del 31 de marzo y se convertirán en contratos estables; el 60% restante no será renovado.
2 de marzo de 2022, 10.06 horas. La Seguridad Social hace públicos los datos de afiliación del mes de febrero: el sector sanitario perdió 5.165 contratos a lo largo de ese mes, que se suman a los 1.647 que se extinguieron en enero, en plena sexta ola de la pandemia; el sindicato CSIF denuncia que, siguiendo la estela de Madrid, las 16 autonomías restantes prescindirán en marzo de cerca de 50.000 contratos covid.
2 de marzo de 2022, 20.30 horas. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, presenta, tras el Consejo Interterritorial, la quinta actualización del estudio oficial de necesidades de especialistas: entre 2018 y 2021, el número de médicos en España se redujo un 1,77% (un 2,14% en primaria); los mayores de 60 años suponen ya un 21% del total (frente al 9,7% en 2007), y varias especialidades deficitarias, como Medicina de Familia, Anestesiología, Psiquiatría y Radiodiagnóstico, van a necesitar aumentar aún más sus plazas MIR...
...la sucesión cronólogica de acontecimientos, aparentemente inconexa, tiene, sin embargo, para los profesionales consultados por DM un denominador común que impacta sobre la base del Sistema Nacional de Salud (SNS) desde hace décadas: la ausencia de una política coordinada de recursos humanos y la falta de planificación de plantillas a largo plazo.
La cuestión no es baladí, porque si actualmente las autonomías lamentan que no tienen médicos suficientes para atender las necesidades de la población, el déficit va a seguir en aumento. Según el Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035, la falta actual aumentará hasta 8.949 en 2027, un 4,59% por encima de los disponibles ese año, según la proyección realizada por el equipo EcoSalud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Dos notas positivas: a partir de ese año, aunque seguirán faltando médicos según esta simulación, la brecha entre la oferta y la demanda se iría cerrando hasta que el déficit se reduzca a un 0,45% (menos de un millar de médicos) en 2035. Y las previsiones han mejorado: el informe anterior, de 2018, estimaba que para 2030 el déficit de especialistas alcanzaría globalmente un 12%.
Corto y medio plazo
El estudio maneja dos horizontes temporales: 2028 y 2035. En el segundo caso, las previsiones "no se deben considerar más que una tendencia. Nosotras hacemos más hincapié en 2028, a corto plazo, siempre que no cambien los condicionantes externos”, apunta Patricia Barber, una de las autoras del informe, que propone que las conclusiones se tengan en cuenta de cara a planificar la oferta de plazas MIR de 2023, que se irá concretando durante los próximos meses. Mientras tanto, Sanidad y autonomías deberán buscar medidas a corto plazo para solucionar la falta de médicos fruto, entre otras cosas, de la falta de planificación del pasado.
El estudio no detalla las cifras concretas de dicho déficit por especialidades, pero se definen las previsiones de necesidades a través de una comisión de expertos (que incluye al Ministerio de Sanidad, comunidades y comisiones de especialidades) y teniendo en cuenta las proyecciones de población, los datos de edad y sexo de las plantillas de la sanidad pública y de la privada, la oferta MIR, etc. Concretamente, el estudio define si las especialidades médicas se encontrarán en situación de déficit (por encima del 5% respecto a la oferta de médicos), en superávit (por encima del 5% respecto a la demanda) y en equilibrio (entre el 5% de déficit y superávit).
Muchas de las que actualmente se consideran deficitarias, como Medicina de Familia, Anestesiología y Reanimación, Psiquiatría y Radiodiagnóstico, seguirán con problemas de efectivos en 2028 si de mantienen las condiciones de demanda y oferta actuales. A estas habría que sumar también Medicina del Trabajo -aunque el balance previo considere que hoy está en equilibrio- y varias especialidades de laboratorio compartidas con otras titulaciones debido a las renuncias de los MIR.
La falta de médicos seguirá aumentando hasta llegar a casi 9.000 en 2027, pero la brecha se irá cerrando hasta un déficit de un millar de profesionales en 2035
A medio plazo, la mayoría de las especialidades mencionadas seguirán teniendo problemas en 2035, excepto en el caso de Radiodiagnóstico, que pasaría a una situación de equilibrio. Otras en las que faltan actualmente efectivos, como Geriatría y Rehabilitación, también mejorarían en 2028, e incluso la segunda alcanzaría el superávit dentro de 13 años si se mantienen las variables, como un aumento de plazas MIR similar al de los últimos tres años.
Beatriz González López-Valcárcel, la otra autora del estudio demográfico, afirma que la planificación de profesionales sanitarios "tiene sentido en un plazo de 10 o 15 años, que es lo que tarda en materializarse la inversión en capital humano".
Barber reconoce que "planificar las plantillas médicas no es fácil, es como conducir con movimientos suaves hacia una dirección; los volantazos tienen malas consecuencias", y añade que el debate sobre cómo abordar las necesidades de médicos es "una obra de teatro con muchos actores, casi siempre con intereses contrapuestos".
Y en ello no ayuda nada que el Registro Estatal de Profesionales Sanitarios lleve más de una década sin ver la luz. Creado en 2012, en diciembre de 2021 constaban 42.331 médicos registrados, el 69% con ejercicio público y el 79% a jornada completa. Suponen solo un 31% de los 136.344 médicos declarados por las comunidades en el SNS para el último informe demográfico.
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