La administración de células asesinas naturales (NK) junto a un anticuerpo biespecífico -AFM13, diseñado para unirse a CD16 A en las células NK y a CD30 en las células tumorales- puede convertirse en un tratamiento útil en pacientes con linfoma T CD30+ en recaída, una enfermedad para la que no hay muchas opciones terapéuticas.
Un equipo del Centro del Cáncer M. D. Anderson de la Universidad de Texas ha presentado en la reciente reunión de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR) resultados positivos de un estudio piloto con esta estrategia.
El investigador principal del ensayo, Yago Nieto, profesor en el Departamento de Trasplante de Células Madre y Terapia Celular del citado centro estadounidense, detalla a este medio que el tratamiento se ha ensayado en “linfomas CD30+ (Hodgkin y linfomas T) refractarios a brentuximab vedotin”.
Según ha expuesto Nieto, los pacientes, de edades entre 15 y 75 años, estaban muy pretratados y contaban con un número mediano de siete líneas de tratamiento previas.
“Dos tercios de ellos habían ya recibido un trasplante de células stem. Todos los pacientes se encontraban en progresión tumoral al reclutamiento”.
Respuesta global y completa
El tratamiento obtuvo un 83% de respuesta global en el conjunto del estudio y el 100% en la cohorte tratada a la dosis recomendada para fase II; la tasa de respuestas completas fue del 53% en el global del estudio y del 62% en la cohorte que recibió la dosis recomendada. Dos pacientes se mantienen en respuesta completa sin tratamiento posterior 11 meses después.
El especialista destaca la excelente tolerancia del tratamiento. “No vimos ningún caso de síndrome de liberación de citocinas, neurotoxicidad o enfermedad injerto contra hospedador (EICH). La incidencia de reacciones infusionales fue baja (5%). La mielotoxicidad que vimos (neutropenia y trombopenia) era la esperable con la combinación de fludarabina y ciclofosfamida necesaria para supresión inmunitaria (linfodepleción) del paciente, pero no hallamos ningún caso de fiebre neutropénica ni hemorragia. Hemos tratado a 22 pacientes con dos ciclos de AFM13-NK. Hasta ahora hemos intentado consolidar las respuestas completas con un trasplante cuando era posible. Ahora vamos a empezar a usar cuatro ciclos para explorar el potencial curativo del tratamiento por sí solo”, anuncia.
Un anticuerpo afín a dos antígenos
El anticuerpo AFM13 tiene especificidad por CD30 en las células tumorales y por CD16A en las células NK. Es tetravalente, lo que le confiere alta afinidad por ambos antígenos. Las NK se obtuvieron de sangre de cordón puesto que aquí están más presentes (30%) que en sangre periférica (10%).
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