Desde este jueves el uso de la mascarilla es obligatorio a partir de los seis años en espacios públicos cerrados y abiertos, siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad. Si bien la Orden publicada este miércoles en el Boletín Oficial del Estado se decanta preferiblemente por el uso de mascarillas higiénicas y quirúrgicas, hay determinados pacientes, como los crónicos y los inmunodeprimidos, para quienes la mejor opción es la de tipo FFP2, al ser de mayor filtración. Por ello, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) ha solicitado al Gobierno que “debe garantizarse el acceso de los pacientes a mascarillas FFP2 a través de su inclusión en la receta electrónica”.
En este sentido, desde la POP aseguran que, desde el inicio de la pandemia “hemos reclamado al Ministerio de Sanidad que en las comunicaciones se incluyese específicamente información destinada a las personas de riesgo, que tienen unas necesidades específicas y, dos meses después, vemos que nuestras peticiones no han sido atendidas”. No en vano, indican que estos pacientes tienen un doble miedo: el del contagio y el del empeoramiento de su patología, "y debemos ser capaces de ofrecerles la información y las medidas de protección adecuadas".
Este jueves, además, el BOE publica otra Orden ministerial que regula el uso de las mascarillas en los medios de transporte, tanto privados como públicos, que modifica una anterior del 3 de mayo, y entrará en vigor a las 00.00 horas de este jueves. Así, hace también obligatorio su uso en autobús, ferrocarril, medios de transporte aéreo y marítimo, y en vehículos privados (incluidas motocicletas) cuando no viajen convivientes.
Fuentes de la distribución aseguran a CF que la mayoría de proveedores de todo tipo de mascarillas sigue siendo china. De hecho, la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar)acaba de inaugurar un corredor aéreo con China, de modo que el pasado lunes llegó al aeropuerto de Ciudad Real un avión procedente de Guangzhou (China) cargado con unos dos millones de mascarillas.
Uso de mascarillas autofiltrantes
Luis Gil, secretario general de la Asociación de empresas de equipos de protección individual (Asepal), comenta a CF que de todas sus empresas asociadas sólo dos fabrican mascarillas EPI en España: Climax y Sibol, pero de momento no han querido hacer declaraciones. Y, casualmente, la mayoría de las que presenta irregularidades proceden de allí: "Las fabrican bajo la norma china, pero para introducirlas en el mercado español necesitan su certificación si se quieren comercializar con el marcado CE. Entonces, vemos que directamente le ponen el marcado CE sin atender a ás criterios de comercialización, y ponen incluso el marcado de la norma europea. Una cosa es que sean equiparables y otra que cumplan con ambas normas, porque eso requeriría el proceso en un laboratorio".
"La mayoría de mascarillas con irregularidades proceden de China"
Eso sí, Asepal comenta que este tipo de equipos sólo debe ser usado por el personal que tome las muestras clínicas, atienda a casos en investigación, probables o confirmados o las personas que entren en la habitación de aislamiento (familiares, personal de limpieza...). "El uso generalizado por parte de la población de este tipo de EPI podría suponer un grave problema de suministro para los profesionales que deban hacer uso de estos EPI, o para otros sectores de la población para los cuales, el uso de estos equipos, haya sido específicamente prescrito", señalan textualmente.
Sin embargo, una de sus empresas asociadas, la alemana Dräger, admite en un comunicado que la FFP2 y la FFP3, ambas sin válvula de exhalación ya que a través de esta existe posibilidad de contagio, son las recomendables frente al coronavirus porque sirven para evitar contagiar y contagiarse. Eso sí, en declaraciones a CF, lo matiza: "Estas mascarillas, en principio, no están destinadas a su uso para la población en general, por lo que las farmacias no suele ser su canal de distribución habitual", indican.
Dräger fabrica mascarillas autofiltrantes FFP destinadas a la protección de los trabajadores en sectores industriales que se enfrentan a ambientes de trabajo polvorientos, principalmente. Señala a CF que sus plantas de fabricación están en Suecia y Sudáfrica: "Hemos vivido un fuerte incremento en la demanda de mascarillas de protección respiratoria en todo el mundo. Nuestros centros de producción están funcionando a pleno rendimiento las 24 horas al día. No obstante, nuestra participación en la capacidad de producción global es muy pequeña, al igual que la participación de este negocio en nuestras ventas netas".
La empresa explica, además, que las mascarillas autofiltrantes, que son equipos de protección individual y deben cumplir con unos requisitos esenciales recogidos en la normal europea EN149, son las que ofrecen una mayor variedad, con tres subclases: FFP1, que frena al menos 78% de las partículas; FFP2, que frena al menos 92% de las partículas; y la FFP3, que frena al menos 98% de las partículas.
Consultas de farmacéuticos
Gil, de Asepal, explica que tienen un departamento técnico al que diariamente llegan consultas sobre mascarillas y otras EPI, no sólo por parte de sus empresas asociadas, sino también de farmacéuticos, profesionales sanitarios, Ayuntamientos...
En el caso de los sanitarios, Gil comenta que el canal sanitario presenta ciertas diferencias respecto al canal general, dado que la normativa es más laxa. Se refiere a la resolución del 23 de abril de la Secretaría General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, referente a los equipos de protección individual en el contexto de la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19.
Ésta establece, entre otros puntos, la compra o adquisición pública de equipos de protección individual sin marcado CE. "Estamos viendo cosas que nos llaman bastante la atención. Por ejemplo, hemos visto mascarillas certificadas respecto a normas brasileñas que no están equiparadas en esta resolución del Gobierno. También hemos visto mascarillas que llevan los cuatro dígitos junto a la marca CE, que realmente no se corresponden con un organismo notificado acreditado para certificar mascarillas", apunta.
En cuanto a las mascarillas KN95 procedentes de China distribuidas por la Comunidad de Madrid a las farmacias, donde Asepal detectó una veintena de errores sobre normativa, Gil es claro: "Enviamos un informe tanto al Ministerio de Consumo como Industria para su consideración. Nosotros no hicimos ningún comunicado sobre ésto, pero la prensa se enteró", matiza, al tiempo que señala no haber recibido aún respuesta por parte de ninguno de los dos ministerios.
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