"El colegiado tiene que saber muy bien a qué se destina su cuota y qué es lo que el colegio le ofrece, hace y puede hacer por él", argumenta Juan Ruiz de Burgos Moreno, uno de los cuatro candidatos a presidir el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (Icomem).
Ruiz de Burgos compite contra Manuel Martínez-Sellés (cuya entrevista puede leer aquí), Francisca García-Moreno Nisa (aquí puede leer algunas de sus propuestas) y Miguel Ángel Sánchez Chillón, actual presidente colegial (en este enlace puede ver su entrevista).
Especialista en Urología y académico de la Real Academia de Medicina, defiende que médicos que practiquen la acupuntura o la Medicina Holística tendrán cabida en el colegio mientras esté demostrado el beneficio para el paciente.
PREGUNTA.- ¿Qué diferencia a su candidatura del resto? ¿Por qué votarles?
RESPUESTA.- Son dos fundamentalmente: una es que somos gestores con experiencia contrastada, y para gestionar una institución como esta, la capacidad tiene que estar demostrada. La otra es que somos una candidatura totalmente independiente, sin compromisos o condicionamiento alguno con nada ni con nadie, salvo con los colegiados. Para tomar decisiones de gestión que puedan llevarse a cabo es necesario estar libre de eso.
Vamos a defender de una vez por todas la dignidad laboral y económica de los médicos, tanto de la Sanidad Pública como No Pública, sin distinciones, apoyando con firmeza y acuerdos todas las iniciativas de asociaciones y organizaciones laborales y sindicales orientadas a este fin.
Los colegiados no sabemos por qué o para qué pagamos una cuota y eso se traduce en una falta de interés por los asuntos del colegio
El Colegio va a tener especial atención a proteger a los médicos en formación, potenciando su asesoramiento y la formación continuada, sobre todo mediante cursos con acreditación oficial para que tengan efecto en la carrera profesional de nuestros colegiados.
Y, además, tal y como llevamos también en nuestro programa, vamos a “abrir las puertas” del colegio a todos los médicos, colegiados y asociaciones médicas, sin distinción, para que puedan servirse de sus servicios e instalaciones. Y vamos a facilitar, dentro de la normativa, las iniciativas que puedan crearse de tipo colectivo o cooperativo, y que sean de interés y beneficio general para los colegiados.
P.-¿Cuál es el servicio al colegiado en el que, en su opinión, hay que poner más el foco en mejorar en el próximo mandato y por qué?
Los colegiados no sabemos por qué o para qué pagamos una cuota, y eso se traduce en una muy baja participación en elecciones anteriores y en una falta de interés por los asuntos del colegio, porque los servicios no responden a las necesidades de los médicos.
Por tanto, hay que mejorar los servicios en asuntos jurídicos, laborales o fiscales, así como de previsión, como los seguros colectivos, la atención y ayuda si fuera el caso al médico jubilado, y mantener adecuadamente otros, como el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime)
El colegiado tiene que saber muy bien a qué se destina su cuota y qué es lo que el Colegio le ofrece, hace y puede hacer por él. En el siglo XXI las cuotas colegiales no pueden ser un gasto, sino una inversión que revierta en beneficios para el profesional. Esto exige reducción de las cuotas (ajustadas a los servicios que se dan), de los gastos o bien la implementación de nuevos servicios según necesidades de los colegiados.
P.-Todas las candidaturas proponen reforzar el servicio jurídico e incluso algunas sugieren crear una figura del Defensor del Médico. ¿Está la profesión médica de alguna forma perseguida?
La profesión médica no está protegida, como demuestra que los médicos durante la pandemia han dado hasta la vida por atender a los enfermos, y el Icomem ni ha defendido, ni ha estado presente, ni ha opinado, ni ha reclamado la protección necesaria de los médicos.
Por el contrario, el colegio ha perdido competencias, ha perdido representación social, no ha hecho una defensa eficaz de la imagen de la profesión, y lamentablemente sólo ha recuperado algo por el espíritu de entrega y sacrificio en situaciones de emergencia como las que nos ha tocado vivir durante la pandemia.
Como llevamos en nuestros diez compromisos programáticos, en los casos de agresión de cualquier tipo al médico, incluidas las de urgencias extrahospitalarias, el colegio se personará mediante sus servicios jurídicos y aquiescencia del interesado como acusación privada para exigir que se aplique la ley con su máximo rigor.
Asimismo, el Colegio debe defender la voluntad mayoritaria de los colegiados sobre las distintas iniciativas legislativas o gubernamentales que puedan afectar al ejercicio de la profesión.
P.- ¿Considera que esto no ha sido así en el pasado?
El Colegio de Médicos es una institución del siglo XIX, que no ha sabido adaptarse a los cambios sociales y a las tecnologías del siglo XXI. Debemos instaurar una democracia directa y participativa. Todas las decisiones deben ser colegiadas, e instalaremos los medios telemáticos necesarios.
P.- Atención primaria lleva años en una crisis continua. ¿Qué propuestas tiene para el primer nivel?
Las situaciones dramáticas vividas durante la pandemia han puesto en evidencia la labor encomiable de la atención primaria.
Creemos en una atención primaria que se va a convertir en el centro del sistema sanitario. No sólo va a ser el primer contacto con el paciente y su enfermedad, sino que debe recuperar su función de prevención primaria y educación sanitaria. Para ello, debe participar en la elaboración de programas educativos para el empoderamiento de pacientes en el autocuidado de las patologías crónicas, la participación en los órganos de gestión de salud pública y ser el nivel asistencial que recopila toda la información clínica del paciente.
No puede ser que a unos médicos que se les exija tanto y que otros puedan entrar por la puerta de atrás….
Desde el Icomem se apoyará la presencia de la Medicina de Familia en la Universidad para acercar al estudiante a su trabajo. También apoyaremos todas las iniciativas encaminadas a defender las contrataciones con salarios adecuados y estabilidad en el puesto, así como convocatorias de oposiciones anuales para asegurar plantillas estables. Queremos defender la dignidad de la labor del primer nivel que se calcula debiera estar por lo menos en el 20% del presupuesto sanitario para recuperar así la merma en salarios sufrida desde 2008.
Nuestro programa apoyará e incentivará todas las iniciativas de implantación de técnicas de digitalización, sobre todo en el primer nivel, que, como exponemos, sufre el mayor exceso de atención personalizada. También apoyaremos la comunicación horizontal primaria-especializada y se informará adecuadamente a las autoridades y medios de comunicación para que puedan promover campañas de información sanitaria dirigida al paciente que potencie el buen uso del sistema sanitario y de las urgencias.
P.- Una de las cuestiones que cita en su programa es la presencia de titulados sin homologación en Madrid. ¿Le preocupa?
Por supuesto, es un tema importantísimo que defenderemos con rigor, porque no podemos permitir competencia desleal entre nuestros médicos y colegiados. No puede ser que a unos que se les exija tanto y otros que puedan entrar por la puerta de atrás…. Esto no es posible en ningún país europeo y no le digo ya en EE.UU. Existen normas y reglas para demostrar la suficiencia de preparación exigible para el ejercicio de la profesión, justo lo que defiende la practica de la buena Medicina de la mala, y que al tiempo es un seguro para la población.
P.- ¿Qué cree que necesitan los colegiados del Colegio de Médicos de Madrid que trabajan para el sector privado?
Debemos buscar la unión entre los médicos. No podemos hacer distinciones por cuestiones que responden a veces a tendencias ideológicas que a la realidad.
Por ejemplo, a la "medicina privada" yo prefiero llamarla "no pública" porque la primera denominación tiene unas connotaciones y tópicos que no responden a la realidad, ya que suelen tener condiciones laborales y emolumentos peores que en la pública.
Por otra parte, son muchos los médicos que trabajan en ambos sectores, porque quieren una mejora económica o porque la necesitan. Además, a los usuarios que tienen pólizas de compañías sanitarias del sector de Medicina No Pública, hay que reconocerles el mérito solidario intrínseco que realizan, porque descongestionan casi un 30 % la asistencia de la Medicina Pública y encima contribuye a su gasto sin utilizarla. Posiblemente deberíamos contemplar cómo coexisten ambos sistemas en el resto de los países europeos y no querer ser tan originales.
Nosotros distinguimos entre la buena y la mala Medicina, nada más, y por ello tendrán cabida toda la práctica médica que tenga demostrado beneficio para el paciente. Me refiero a la Medicina Holística, Psicoterapia, Acupuntura, Cirugía Taurina, etc., etc. En el Colegio caben todos los médicos, que lo son porque así han demostrado serlo, pero eso sí, exigiremos la buena praxis para que la sociedad pueda confiar.
P.- ¿Hay algún colectivo médico o problema que no haya tenido suficiente atención por parte de los colegios profesionales?
Hay que cuidar a la Atención Primaria y la Medicina Rural, es la infantería de la profesión. Lo aguantan todo en primera fila, y hay que dotarlos y cuidarlos en su formación. Cada vez hay más predilección por la asistencia primaria por los licenciados. En el futuro serán los que deben tener capacidad para resolver cantidad de casos que eviten la sobrecarga de los hospitales, y proseguir en la educación sanitaria a la población.
A la "medicina privada" yo prefiero llamarla "no pública"; la primera tiene connotaciones y tópicos que no se corresponden a la realidad
También vamos a apoyar la utilización del big data y todo aquello que la informática ayude a filtrar y evitar la sobrecarga de los servicios, porque también existe mucho abuso de la frecuentación por parte de los usuarios y en esto es importante.
Además, vamos a promover un sistema de becas de intercambio nacional e internacional para estancias inferiores a seis meses, sobre todo para los que hayan terminado la residencia en periodo no superior a cinco años.
P.- ¿Cómo valoran la gestión de la Administración (central y autonómica) de la pandemia de Covid-19?
Dentro de las dificultades de gestionar una pandemia como esta, hay que partir del hecho de que la situación era conocida y las administraciones no contaron ni con la opinión, los conocimientos o el asesoramiento del Colegio.
Por un lado, el Icomem ha estado pasivo, y por otro, ha dejado de lado a los profesionales que más valor le podrían haber aportado para gestionar la crisis. El colegio de médicos debe contribuir en informar a la sociedad no solo en pautas de comportamiento sino en otros estudios como pueden ser la idoneidad de las mascarillas, del tamaño del virus,…
P.- ¿Cómo debe ser la relación entre la OMC y el Colegio de Médicos de Madrid?
Por supuesto, de estrecha colaboración, fluida, y teniendo presente que hay que saber aprovechar la fuerza que dan más de 46.000 afiliados, y de ahí la importancia y peso del nuestro Colegio en cualquier negociación.Creemos que por ello el Colegio tiene margen de maniobra.
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