El presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), José Ramón Martínez-Riera, ha sido uno de los encargados de clausurar el I Congreso Nacional Covid-19, que se ha celebrado esta semana y que ha planteado de forma multidisciplinar el abordaje y lucha contra la pandemia del CoV-SARS-2 en España.
“Estamos aquí para clausurar un evento que ante todo ha puesto el foco en la importancia de trabajar, desde la generosidad, el respeto, la gratitud y la solidaridad. Estoy convencido de que este ha sido el talante de todos cuantos han participado de una u otra manera en este importante congreso”.
Durante su intervención, Martínez-Riera (que también es miembro del comité organizador del congreso), ha querido dar voz a los profesionales de enfermería, cuya participación dice que ha sido clave durante esta crisis de salud pública sin precedentes.
“Se ha estado analizando de qué situación partíamos, qué ha supuesto esta pandemia y qué podemos plantear, entre todos, para reformular una sociedad que cuenta con tantos activos de salud. Tratemos de ver siempre el vaso medio lleno y, desde una actitud de resiliencia, generar una sociedad sana, solidaria, equitativa, participativa, libre y no exenta de reflexión y pensamiento crítico para propiciar el debate y el consenso ante esta pandemia que a todos nos afecta, aunque no nos contagiemos”, ha señalado el presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria.
En este sentido, Martínez-Riera también ha explicado “que estos planteamientos son los que las enfermeras y enfermeros aplicamos en la prestación de nuestros cuidados profesionales -que se caracterizan por ser integrales, integrados e integradores-, contemplando las dimensiones física, social, psicológica y espiritual en una sociedad plural, global, multicultural y altamente heterogénea en la que no es razonable la imposición de ninguna cultura".
Se trata, en definitiva, "de cuidados que aúnan ciencia, humanización y técnica para fortalecer la salud y combatir la enfermedad” ha continuado.
El contexto de los cuidados, al descubierto
Si algo ha dejado al descubierto la pandemia, según el presidente de la AEC, ha sido el contexto de cuidados en el que se va a tener que reformular la convivencia.
“Desde nuestro punto de vista no se trata tanto de crear una nueva normalidad, sino de pensar qué es lo que entendemos por normalidad y si podemos aportar algo para lograr modificar los patrones de normalidad, que creemos que sí es posible”.
En su opinión, solo hace falta proponérselo, en lugar de hacer de ello un nuevo motivo de conflicto, confrontación o utilización interesada.
“Abogamos por un contexto de cuidados en el que la cronicidad, el envejecimiento, la soledad… no sean identificados exclusivamente como enfermedad, ya que este abordaje impide o limita vivirlos desde una perspectiva saludable a pesar de las carencias, limitaciones o falta de autonomía que los mismos puedan provocar”.
Ha recordado, además, que no se trata de engañar a nadie con estados utópicos de salud, pero tampoco sumirlos en la desesperanza de una normalidad en la que no encajan como consecuencia de los patrones de esa normalidad que se ha implantado.
Abogamos por un contexto de cuidados en el que la cronicidad, el envejecimiento, la soledad… no sean identificados exclusivamente como enfermedad
“Reformular la normalidad pasa por incorporar a estas personas en espacios saludables en los que puedan desarrollar con plenitud sus capacidades y que, incluso, puedan aportar valor añadido a través de su experiencia y vivencias en lugar de contribuir a que queden enterradas en contextos de aislamiento”.
Más allá de la ausencia de enfermedad
Los cuidados -ha apostillado Martínez-Riera- vuelven a ser el elemento clave de estas actuaciones integrales, integradas e integradoras, que deben procurar la interrelación intergeneracional en lugar del distanciamiento o el aislamiento, que finalmente supondría un desprecio a tanto talento acumulado y disponible.
“La salud es demasiado importante para que esté en manos tan solo de un sector, unos profesionales o una administración”, ha añadido.
De hecho, en su opinión, la salud va mucho más allá de la ausencia de enfermedad y que requiere un permanente equilibrio que depende tanto de las acciones individuales como de las que se generen en los entornos donde vivimos las personas.
“Se trata de entornos en los que debemos cuidar el medio ambiente y tratar de conjugar comodidad con sostenibilidad, accesibilidad con equidad, tranquilidad con libertad, ocio con respeto, educación con oportunidad… evitando los espacios y poblaciones vulnerados por falta de recursos, atención o prejuicios. Nuestra sociedad (políticos, profesionales, ciudadanía…) debe tratar de reformular un conjunto equilibrado, articulado y accesible de espacios saludables que respeten la singularidad y especificidad de cada uno de ellos, pero en los que no se perciban diferencias en la generación, desarrollo y mantenimiento de salud”.
Todo ello -ha asegurado el presidente de la AEC- desde el trabajo trasndisciplinar que impida la parálisis y motive el trabajo compartido.
Mantener sanos a los sanos
Martínez-Riera también ha señalado que las sociedades científicas de enfermería a las que representa en este congreso (AEC, Aeesme, AET, FAME, AEEP, ANDE y Seegg), junto al resto de sociedades que han participado en este congreso, “consideramos que tenemos que lograr por todos los medios mantener sanos a los sanos, sin que ello impida la máxima atención hacia la población enferma o que requiera de recuperación”.
Precisamente por ello, ha recordado que desde la salud mental, la salud laboral, la salud de las personas mayores adultas, la salud infantil, la salud comunitaria, la salud de la mujer y la gestión de los cuidados, “las enfermeras hemos venido demostrando el valor de nuestras aportaciones junto a las del resto de disciplinas y sectores de nuestra sociedad, sin las que resulta de todo punto imposible hacer frente a una pandemia como la de la Covid-19”.
Precisamente por ello, ha dicho que no se trata de ganadores o perdedores, de vencedores o vencidos, “sino de trabajar unidos para lograr alcanzar una manera de vivir autónoma, solidaria y feliz, como definía Jordi Gol la salud en 1981”.
Finalmente -ha concluido- “lo verdaderamente importante no es quien lo hace, sino lo que se hace”.
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