Padres que no quieren llevar a sus hijos al colegio por miedo a que los niños se contagien. Padres que no quieren que sus hijos lleven ocho horas al día la mascarilla en clase. Padres que no saben cómo se las ingeniarán para cuidar de sus hijos si algún niño de la clase se contagia y todos los del aula tienen que guardar 14 días de cuarentena. Trabajadores que se resisten a reincorporarse al trabajo presencial por miedo a contagiarse o que buscan forma de no tener que llevar la mascarilla durante toda su jornada laboral. Niños y padres sanos sin riesgo que conviven con hermanos o padres de muy alto riesgo a los que temen contagiar si se reincorporan a las aulas o los trabajos…. La casuística es enorme, pero acaba casi siempre de la misma manera: en las consultas de atención primaria reclamando un justificante para ausentarse del colegio o una baja laboral.
Médicos de Familia y pediatras de atención primaria temen que a partir de la semana que viene, a medida que se produzca la vuelta al cole en las autonomías se produzca una avalancha de consultas en los centros de salud para pedir esta clase certificados que justifiquen ausencias laborales o escolares.
“Tememos que los padres traten de trasladar a los médicos la responsabilidad de la decisión de no llevar a sus hijos al colegio y, aunque legalmente el médico tiene la capacidad de hacer certificados sobre el estado de salud del niño no hay base ética ni médica que nos permita emitir un justificante que exima de ir al colegio si no hay detrás una patología grave que lo justifique”, explica Francisco José Sáez responsable de Salud Laboral de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Su temor es compartido. La propia Junta de Extremadura ha hecho un llamamiento a la población para que no sature las consultas con esta clase de peticiones. Y aunque esa saturación aún no se ha producido, Pedro Gorrotxategi, vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, también comparte el temor de que crezcan la consultas por esta razón en las próximas semanas. “Los padres pueden solicitar y el médico tiene la obligación de realizar certificados de la situación sanitaria del niño”.
Pero esa “certificación sería relativa al estado de salud, no juicios de valor sobre la aptitud de los pacientes relativos a su escolarización o exención de asistencia a las aulas. Por ejemplo para un niño con asma leve o moderada, se puede certificar que el niño padece asma, pero no que esa enfermedad le impida acudir al centro escolar por la situación de pandemia”, aclara Gorrotxategi adelantándose al conflicto que puede surgir.
El caso del asma es uno de los más claros y que más quebraderos de cabeza ha dado desde casi el inicio de la pandemia. “Nos ocurrió con ya los adultos, que pedían certificados para no tener que llevar la mascarilla, cuando no hay nada que indique que esté contraindicada para personas con asma; al contrario, son pacientes que deben protegerse y la mascarilla ayuda a ello. Y les ocurrió también a los psiquiatras a los que se les reclamaron esta clase de certificados para eximir a los pacientes de llevar mascarilla”, detalla Saenz.
Patologías que justificarían no ir a clase
Las patologías consideradas de riesgo para la Covid-19 y que justificarían que los niños no asistieran a las clases presenciales serían, de hecho, según explica Gorrotxategi muy pocas y muy concretas: inmunodeficiencias primarias, niños en tratamiento inmunosupresor o de quimioterapia, trasplante de órganos y determinados casos de infección VIH. También los que tuvieran cardiopatías con repercusión hemodinámica, hipertensión pulmonar o cirugía cardíaca reciente.Los que sufrieran patologías respiratorias crónicas como fibrosis quística, displasia broncopulmonar, traqueostomía, oxigenoterapia domiciliaria y asma grave. Y también los que estén en diálisis o se encuentren en situación de drepanocitosis y diabetes mal controlada, detalla el vicepresidente de los pediatras de atención primaria.
Se trata en su opinión de casos muy concretos y por eso “consideramos que siempre que el estado del niño lo permita debe acudir al centro escolar, conociendo y respetando las recomendaciones del Ministerio de Sanidad”.
Cuarentena para toda el aula
Al margen de la presión de algunos padres para que se exima a sus hijos de acudir al colegio en el actual estado de evolución de la pandemia, el problema más grave que esperan afrontar las consultas de primaria es qué hacer con los padres de un niño que está cuarentena porque alguno de sus compañeros de clase ha dado positivo por coronavirus pero él tiene una PCR negativa o no tiene aún los resultados.
“Con la ley en la mano, solo los padres del niño que ha dado positivo son contacto estrecho, deben guardar cuarentena y tienen derecho a baja. Pero los padres del resto de niños que queden en cuarentena no son contacto estrecho del positivo, sino contacto de un contacto estrecho y por tanto no deben guardar cuarentena ni tienen derecho a baja”, explica Fernando León, del grupo de Lex Artis de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria.
Esto implica que tendrán a sus hijos en casa al menos los 14 días correspondientes pero como trabajadores tendrán que seguir acudiendo a su puesto de trabajo "¿y quién cuidará entonces de ese niño?”, reflexiona Sáenz, vaticinando que en la práctica esto va a suponer una enorme presión en las consultas de los médicos para que sean éstos los que gestionen bajas o emitan certificados a los padres recomendando que no acudan físicamente a sus trabajos.
El portavoz de Salud Laboral de SEMG advierte que sobre esta cuestión “hay incluso discrepancias dentro del propio gobierno sobre qué hacer con esos padres. La ministra de Educación opinó que había que concederles una baja laboral y el ministerio de Trabajo dice que su situación debe enmarcarse en el programa Me Cuida”, un programa que permite al trabajador pedir reducciones de la jornada laboral de hasta el 100% para cuidar a sus hijos pero que implica también las consiguientes reducciones de sueldo, en lugar de percibir pagos de la Seguridad Social como si se tratase de una baja por enfermedad.
Discrepancias en el Gobierno
Las discrepancias sobre esta cuestión han crecido esta semana: la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, aclaraba el martes a la prensa tras el Consejo de Ministros que los padres de los niños en cuarentena pero con PCR negativa no tendrían derecho a baja laboral retribuida. El aviso de Montero se acogió por autonomías como Madrid con fuertes críticas: "Desde la Comunidad de Madrid defendemos que esta baja laboral remunerada y a cargo del Estado debe concederse a todos los padres cuyos hijos se tengan que quedar en casa sin distinción porque solo así los padres tendrán la certidumbre mínima necesaria para poder llevar a sus hijos con tranquilidad colegio", afirmaba al respecto poco después el consejero de Economía, Empleo y Competitividad, Manuel Giménez. Pero también con críticas internas en el seno del propio Gobierno.
El vicepresidente Pablo Iglesias ha desdicho a Montero apenas un día después, afirmando este miércoles que los ministerios de Trabajo y de Inclusión y Seguridad Social trabajan ya para ampliar de forma inminente el derecho a baja por incapacidad temporal a los padres de niños que tengan que cuidar a un niño con síntomas pero sin PCR positiva todavía o a niños en cuarentena que no estén contagiados. “Es una cuestión de salud pública. No les podemos decir a los padres que no sean responsables”,ha dicho el vicepresidente Iglesias, mientras la propia Montero recordaba que la baja es un acto médico.
“Existen ya situaciones en las que un padre no enfermo es dispensado de acudir a trabajar con efectos muy semejantes al de una baja, como en el caso de niños con cáncer, pero el concepto y los fondos con los que eso se paga son completamente diferentes”, explica León, lo que puede estar provocando parte de las discrepancias internas del Gobierno sobre cómo gestionar esta situación.
Con la cuestión todavía abierta, León advierte que otro de los problemas que van a surgir es quién certifica esa necesidad del padre de quedarse con el niño. "¿El pediatra? ¿El médico de Familia? -se pregunta- Corremos el riesgo de que se exija al médico de Familia que empiece a emitir certificados para que los padres puedan quedarse en casa con los niños en estas situaciones cuando en realidad eso no es un acto médico y va a saturar las consultas. No es un acto médico ni está en la mano del médico de Familia saber si ese padre realmente es el que está a cargo de los niños o si viven con otra persona o… Si la decisión se adopta para cuidar al niño, no por una cuestión clínica, el trámite no debería asumirlo el médico”, concluye.
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