La pandemia por Covid-19 ha puesto en jaque la educación y todo su sistema ha tenido que adaptarse para ofrecer las máximas garantías de seguridad sanitaria a sus alumnos. Las academias que preparan para los exámenes MIR, FIR y EIR también han tenido que hacerlo y, aunque muchas de ellas ya contaban con formación online, como es el caso de Promir con el cien por cien de su contenido online, los cursos presenciales han tenido que reconvertirse en virtuales.
Desde que el Gobierno anunciara el cierre de los colegios y centros educativos, las academias se pusieron en marcha para amoldarse a esta nueva situación y 'ponerse las pilas' para mantener la formación de sus estudiantes.
En el caso de Grupo CTO, que prepara tanto para el examen MIR como para el EIR, las clases presenciales se han sustituido por sesiones vía streaming en directo y así seguirán, al menos, hasta diciembre. Aseguran tener previstos diferentes planes para los posibles escenarios que se presenten en función de la evolución de la pandemia "siguiendo la normativa de la Comunidad de Madrid y del Ministerio de Sanidad", aunque no comentan los detalles.
Cambios en la programación, ampliación de los recursos informáticos, así como la reconversión de espacios para transformar las aulas en puestos para dar clases online, es lo que hicieron en pocos días en la Academia Amir, según explica el equipo de docencia del centro.
La Academia Ifses, especializada en preparar para el examen EIR, qué ya contaba con algún curso virtual, también está impartiendo sus clases presenciales vía streaming desde que comenzó el confinamiento, aunque desde el centro aseguran que no saben cuándo podrán volver a las aulas. "Preferimos esperar a que realmente se pueda garantizar la seguridad de los alumnos y profesores más aún teniendo en cuenta que muchos de ellos son los que están actualmente trabajando en los hospitales".
Ventajas de la enseñanza online
Ya antes de la pandemia, la enseñanza online cada vez era más demandada por los opositores debido a la personalización del aprendizaje, flexibilidad y comodidad que ofrece, así como el ahorro de tiempo de desplazamiento y la posibilidad de formarse desde cualquier punto geográfico.
Para esta modalidad existen dos formas de acceder a los contenidos impartidos por los profesores: a través de clases en directo retransmitidas por streaming o de clases grabadas en vídeo.
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En el primer caso, la clase se desarrolla igual que si el alumno estuviera en el centro, con la posibilidad de participar en cualquier momento para resolver sus dudas. De igual forma, el profesor también ve al alumno como si estuviera en el aula, por lo que la sensación de 'dar clase' es más real que si tienen que hablar a una cámara. "El alumno, al sentirse 'observado', como ocurriría en las aulas normales, mejora su concentración y aprendizaje respecto a una clase online tradicional donde no existe interacción", dicen desde Amir. Además, la sesión se graba para que el alumno pueda visualizarla cuando lo necesite.
Para las clases grabadas, destaca Hugo Brik, presidente de Editorial Médica Panamericana, de Promir, que "es importante que estén muy enfocadas, no sean demasiado largas y sirvan verdaderamente al alumno para repasar temas concretos".
Para mantener el contacto entre alumno y profesor, las aplicaciones formativas incluyen apartados de comunicación entre ambos en los que resolver dudas, aconsejar, motivar y atender cualquier inquietud que tenga el opositor referente al proceso de formación. Esta comunicación debe ser fluida y rápida para dar respuesta en el menor tiempo posible a los estudiantes.
Todas las academias insisten en que teniendo una formación online de calidad el alumno puede prepararse perfectamente con todas las garantías de contenido y técnicas que si fuera a clase.
Ahora bien, el componente social es irremplazable. Pero eso, ¿es bueno o malo para el estudiante? Depende de cómo se mire. Desde Amir aseguran que los meses en los que el estudiante están inmerso cine por cien en el estudio sólo salen a la calle para hacer los simulacros o asistir a clase y "perder este momento de 'socialización' ha sido lo más difícil para ellos". Para suplirlo, tras el confinamiento puro y duro algunos alumno se reunían, manteniendo las medidas de seguridad, para ver las clases conjuntamente, lo que ha sido "un respiro y motivación".
Otra visión es la de Promir, desde donde aseguran que los alumnos que estudian una oposición en la modalidad online "viven la preparación con más calma y equilibrio, enfocado en lo que tiene que hacer, sin los nervios del 'grupo', ni sentidos de urgencia magnificados en la épica del MIR, que a veces desestabilizan mucho al alumno".
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