Suena el teléfono. Un escalofrío me recorre el cuerpo. Es el teléfono de una centralita. Descuelgo. Una voz al otro lado se identifica como enfermera de Salud Laboral. Pregunta por mí.
-Sí, soy Diana.
-Antes que nada, ¿qué tal estás?
En ese preciso momento se me hiela la sangre. Me imagino lo que viene a continuación, pero no quiero creerlo. Hace apenas 48 horas me tomaron muestras para una PCR, ya que hace unos días he empezado a sufrir síntomas compatibles con infección por coronavirus. Estoy esperando los resultados. Esa voz, al otro lado del teléfono, me confirma que soy positiva. De repente, todo parece moverse como a cámara lenta... Los pájaros que veía por la ventana, ahora, vuelan más despacio. Los farolillos de la pérgola, antes mecidos por el aire, parecen inmóviles. (...)
Sé lo que este virus puede hacer y, aun así, mi cabeza sólo es capaz de pensar en los demás
Sé lo que este virus es capaz de hacer y, aun así, mi cabeza solo es capaz de pensar en los demás. En mis padres. En mi novio. En mi familia. Y ahora, ¿qué? ¿Podré con esta enfermedad o podrá ella conmigo? Quiero pensar que sí, que podré con ella. Pero ¿y si no puedo? Soy consciente de que el coronavirus afecta en las formas más graves a personas de edad avanzada y con patologías previas, pero, aun así, siempre hay excepciones. He visto a alguna persona joven y sana empeorar y ponerse muy muy malita. Todavía veo las caras de los pacientes que hemos tenido que intubar a la desesperada. Esas caras de terror y miedo absoluto a no saber qué será de ellos y si despertarán. (...) Vuelvo temblando a la cocina, donde Turo (mi chico) está preparando la comida. Supongo que olerá genial. Lo supongo, porque hace varios días que apenas puedo oler nada. (...)
-Él pregunta: ¿Quién era?
Yo solo puedo romper a llorar. Miro su cara de incertidumbre. No sabe qué pasa. No entiende nada. Cuando, por fin, soy capaz de hablar, le suelto la bomba. Su gesto se desfigura. El ceño fruncido que tenía antes da lugar a unas cejas arqueadas con los ojos abiertos de par en par. (...) Lejos de lo que podría esperar, me abraza y, aunque intento alejarme, me aprieta con más fuerza. Repite, una y otra vez: “Todo va a ir bien, todo saldrá bien”. (...)
Lo superaré y volveré al hospital a seguir luchando para acabar con la enfermedad
Hoy la enfermera se convierte en paciente. Hoy, en mi caso, como en muchos otros compañeros que han tenido la mala suerte de contagiarse, los que cuidamos, tenemos que ser cuidados. Ahora, toca aislarse y controlar los síntomas, para solo acudir a urgencias si mi estado empeora o si empiezo con dificultad respiratoria. Eso no va a ocurrir, estoy segura. (...) Lo superaré y volveré al hospital, junto a mis compañeras, a seguir luchando para acabar con esta enfermedad y a cuidar a los que necesiten un poquito más de ayuda para salir adelante.
*Extracto del libro ‘Coronavirus’ que publicará esta semana la editorial Zenith.
'Diana', la revista de las Terapias Avanzadas
Diana Off Ana Polegre. Enfermera en apuros Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3ejyzx6
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