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martes, 9 de noviembre de 2021

Risto Miettunen: “Los hospitales hemos aprendido que tenemos que ser más ágiles para hacer frente a las catástrofes”

Profesión
Rosalía Sierra
Mar, 09/11/2021 - 08:00
Congreso Mundial de Hospitales
Risto Miettunen, presidente de IHF
Risto Miettunen, presidente de IHF. (Foto: Jaume Cosialls)

La importancia de las nuevas tecnologías, la necesidad de espacios más flexibles y equipos multidisciplinares o lo fundamental de crear redes asistenciales en las que coordinar el trabajo de hospitales, atención primaria y centros de servicios sociales son algunas de las lecciones que ha dejado la pandemia de covid-19.

Sobre estos asuntos y muchos más se está debatiendo estos días en Barcelona, en el marco del 44º congreso anual de la Federación Internacional de Hospitales (IHF, por sus siglas en inglés) y cuyo organizador local es La Unió Catalana d’Hospitals. Para saber más acerca de todo ello hemos entrevistado a Risto Miettunen, presidente de IHF y director ejecutivo del Hospital Universitario de Kuopio, en Finlandia. 

Pregunta. ¿Qué lecciones han extraído los hospitales de la pandemia? ¿Habrá un antes y un después en este ámbito asistencial? 

Respuesta. Lo primero que tengo que decir es que todavía no se ha acabado la pandemia de la covid-19. Por ejemplo, todavía son necesarias algunas medidas especiales, como el uso de la mascarilla o el pasaporte de vacunación, para celebrar este congreso. Es cierto que estamos cerca de la normalidad, pero también tenemos que asumir que la covid-19 no desaparecerá y tenemos que aprender a convivir con ella, y por eso tiene una especial importancia la vacunación, que se tiene que promocionar al máximo.  

Dicho esto, una de las lecciones que hemos aprendido ha sido la importancia de las nuevas tecnologías, que nos han permitido seguir cerca de nuestros pacientes en los peores momentos y que todavía se siguen usando. La atención en remoto ha sido importante, asumiendo que nunca reemplazará la atención cara a cara y que, en un futuro, estaremos hablando de un modelo híbrido. Como este propio congreso, en el que más de mil personas estamos participando de forma presencial, pero que también lo están siguiendo otras cuatrocientas a través de internet. 

P. Durante la crisis de la pandemia también se vio cómo fue preciso adaptar las estructuras de los hospitales para poder disponer de más unidades de cuidados intensivos. ¿Quizás las estructuras físicas serán, a partir de ahora, más flexibles para poder adaptarse con agilidad a necesidades imprevistas? 

R. Por supuesto que sí, pero no fue solo importante que las estructuras físicas se pudieran adaptar. También fue necesario que lo hicieran los profesionales, que en muchos casos tuvieron que cambiar su rol asistencial. Y, mientras lo hacían, nos tuvimos que preocupar por su bienestar, cuidándolos y protegiéndolos. Todo ello además en competencia con los servicios de otras patologías, lo cual estresó mucho a esos profesionales.  

Es fundamental la capacidad de resiliencia del sistema sanitario y esto solo puede derivar de poder adaptarse

Lo importante que tenemos que aprender de todo esto es cómo podemos salir reforzados de cara al futuro. Los hospitales tienen que ser ágiles y poder adaptarse a situaciones imprevistas. Que puede ser una pandemia nueva, pero también catástrofes naturales, como fueron los incendios de Australia. Es fundamental la capacidad de resiliencia del sistema sanitario y esto solo puede derivar de poder adaptarse. La principal enseñanza de la covid-19 ha sido sin duda la necesidad de ser más ágiles

P. También en la pandemia se vio cómo fue necesario un trabajo multidisciplinar, colaborando los virólogos con los intensivistas o los neumólogos, entre otros. ¿Se ha demostrado que la multidisciplinariedad es clave para el futuro? 

R. Es cierto que tanto los médicos como las enfermeras han aprendido nuevas formas de trabajo. Hubo que cambiar los roles de algunos profesionales para hacer frente a necesidades como la realización de las PCR.  

Risto Mettienen, presidente de IHF
Risto Mettienen, presidente de IHF. (Foto: Jaume Cosialls)

Y también se pudo ver que las decisiones que se tomaban no solo afectaban al plano asistencial. Si alguien tenía que afrontar una cuarentena, esto también incidía en su familia y tuvieron que intervenir otros profesionales, como los trabajadores sociales, para poder salir delante de la mejor forma posible.  

Así que el trabajo multidisciplinar no solo fue de profesionales sanitarios, sino de muchos más colectivos, y para el futuro ha quedado también esta forma de trabajar colaborativa de diferentes ámbitos. 

P. Además, pudimos ver cómo el big data o la inteligencia artificial, que ya se veía antes de la pandemia que cada vez tenían más importancia en la atención sanitaria, adquirían un papel determinante. ¿Qué expectativas están generando ahora estas tecnologías? 

R. Sin duda han tenido un papel muy importante en la atención sanitaria durante la crisis, pero no solo ellas, tampoco podemos olvidar el papel que tuvo la tecnología remota, que nos ayudó en gran manera en la toma de decisiones y mejoró la eficiencia.  

Esto ahora plantea interesantes cuestiones: ¿tiene la gente que desplazarse y perder tiempo en ello para recibir una atención sanitaria? Esto cambiará sin duda nuestra forma de trabajar, aunque la atención en remoto no reemplazará totalmente el cara a cara. La relación del médico y el paciente tiene que ser física, porque es posible desarrollar un sentimiento que no se consigue a través de una pantalla. Quizás para renovar una prescripción médica la atención remota pueda ser la solución y ser también un instrumento muy útil para una toma de decisiones más efectiva, ayudándonos a ganar eficiencia y tiempo. 

Los datos solo son útiles cuando se puede trabajar con ellos

P. Los laboratorios, durante la crisis sanitaria, también tuvieron un papel muy destacado. ¿Cuál cree que puede ser su papel en el futuro de la atención sanitaria? 

R. Los laboratorios han demostrado que son extremadamente importantes, porque nos ayudan generando una gran cantidad de datos. Lo que sucedió con los test de coronavirus es solo un ejemplo de su potencial.  

Pero los datos solo son útiles cuando se puede trabajar con ellos. Ahora es necesario desarrollar herramientas que nos permitan filtrar toda esa información generada y aprovechar la que nos pueda ser más útil. Es un gran reto ser capaces de conectar toda la información que se genera para conseguir un conocimiento útil. Y este es otro de los aprendizajes de los muchos que nos ha dejado la covid-19. 

P. En España, al menos todavía, se nota la obsolescencia tecnológica en los hospitales, resultado de los recortes que se realizaron a raíz de la crisis económica de 2008. ¿Cuál es la situación a nivel europeo? 

R. El problema de la crisis económica fue común en muchos países, y algunos de ellos, que estaban todavía saliendo de ella, se han tenido ahora que enfrentar con la crisis de la covid-19. Esto ha motivado que en algunos países no haya suficientes recursos y ha generado respuestas diferentes.  

Pero, en algunos casos, quienes peor han salido parados han sido los hospitales, que han sufrido pérdidas y han tenido que prescindir de personal, con todo lo que esto supone. Todavía estamos en esta situación, y España no es de los países que está en una peor situación, reconociendo que todavía tiene camino por mejorar. 

P. ¿Se está produciendo un cambio en el modelo de compra, yendo más allá de los concursos basado en el precio? 

R. Esto depende de cada país, pero yo sin duda creo que el mejor modelo es el de compra basada en el valor. Pero para esto es importante involucrar al paciente, al que le tenemos que preguntar por su satisfacción y ofrecernos información sobre su experiencia.  

Estamos ante un modelo asistencial que está cambiando, donde hemos dejado de ofrecer servicio a una masa de personas para personalizar cada tratamiento. Esto hará que cambie nuestra forma de trabajar, aunque no es algo fácil, pero es crucial poner al paciente en el centro de nuestras actuaciones. 

P. La traslación del conocimiento biomédico al tejido industrial es una asignatura pendiente en España. ¿Cómo se puede mejorar? 

R. Este problema no es exclusivo de España, sino que se produce en muchos otros países y tiene implicaciones éticas muchas veces. Cuando se desarrolla un nuevo tratamiento no solo es una cuestión de saber si funciona o no, sino también de valorarlo en el conjunto de toda la actividad asistencial y tener en cuenta cuál es su coste-beneficio. Los reguladores tienen la difícil tarea de administrar los recursos, que son limitados, y decidir cuándo una de estas innovaciones puede ser interesante para que se incorpore a la actividad asistencial, para lo que es fundamental desarrollar herramientas que ayuden a valorar cuál es la innovación que es útil. 

La pandemia ha supuesto un importante aprendizaje de cómo debemos mantener la calidad incluso en los momentos más complicados

P. Durante muchos años se habló de la importancia de la calidad y la excelencia, así como de la humanización de la atención sanitaria, pero con la pandemia estas cuestiones parece que se dejaron de lado. ¿Cuál es su opinión al respecto? 

R. Nadie se esperaba la pandemia de covid-19 y todo lo que supuso. Pero esto no significa que en ningún momento tengamos que dejar de lado la calidad asistencial y la humanización del trato.  

Sin duda la pandemia ha supuesto un importante aprendizaje de cómo debemos mantener la calidad incluso en los momentos más complicados. En muchos países en Europa fue posible lograrlo.  

Es cierto que en un primer momento la pandemia nos golpeó fuerte y eso pareció que nos dejara atolondrados, lo que se tradujo en un principio catastrófico en todos los países. Pero, después de ese primer choque, gracias al trabajo de muchos profesionales que realizaron una gran labor, fue posible recuperarse y no perder la calidad

P. Otra cosa que ha puesto en entredicho esta crisis en España es la necesidad de relacionar más y mejor los hospitales con la atención primaria, la atención sociosanitaria, la salud mental y las residencias de ancianos. ¿Esto es igual en otros países? 

R. La integración de los diferentes servicios es una gran cosa, y en España tenemos un ejemplo de ello. Pero también se está llevando a cabo en otros países, por supuesto. En Finlandia, por ejemplo, esperamos culminar un plan para 2023 que integre los servicios sociales con la atención hospitalaria. Y en el Reino Unido, el National Health System ha llevado a cabo una reestructuración, en la cual han creado 42 unidades integradas para las diferentes regiones. En Estados Unidos, aunque tienen un sistema sanitario muy diferente, también hay organizaciones que están llevando a cabo estos procesos de integración. 

P. ¿Qué modelo de hospital cree que es más adecuado en vista de todos estos cambios que se están produciendo? ¿Un hospital que hace de todo o un centro de referencia para algunas cuestiones? 

R. Esto depende mucho del tipo de población y de sus necesidades. Yo diría que, en una gran ciudad, con mucha población, el mejor modelo es el de hospitales muy especializados. En cambio, en entornos rurales o más despoblados, lo que funciona mejor es un hospital generalista, que pueda ofrecer servicios básicos y que se complemente con una red de centros de referencia. 

P. ¿Qué aporta la IFH a sus socios? 

R. Nosotros somos, sobre todo, un servicio de información. No tenemos capacidad regulatoria y tampoco es lo que pretendemos. Nuestro valor es el de funcionar como una plataforma de intercambio de conocimiento. Explicamos cuáles son las buenas prácticas y también cuáles han sido las que no han funcionado, de las que también se puede aprender.  

El objetivo no es otro más que el de compartir conocimiento que ayude a nuestros socios luego a mejorar sus condiciones locales, facilitando este intercambio de información.  

Y, para esto, nuestro congreso es sin duda la cita más importante del año, pero nuestra actividad no se limita a él. Seguimos trabajando de forma continua a través de grupos de interés que abordan cuestiones determinadas, como puede ser la sostenibilidad del sistema, el big data o las competencias de los profesionales. 

La pandemia de covid-19 ha obligado a los hospitales a afrontar grandes cambios, aprendiendo importantes lecciones de cara al futuro. Off Miguel Ramudo Off

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