Sandra Ardila tiene 46 años y desde 2003 sufre un linfedema localizado en el hueco popitleo de la pierna derecha causado por un liposarcoma mixoide de 9x6x5 cm. Por suerte, en la actualidad no revierte gravedad, pero al principio la tuvo; de hecho, le han operado hasta en siete ocasiones y eso ha facilitado que mejore.
Este domingo, 6 de marzo, precisamente se celebra el Día Internacional del linfedema, un trastorno que se traduce e aumento de volumen por acumulado de líquido en una zona del cuerpo causado por un funcionamiento deficitario del sistema linfático. Para Ardila, todo esto le era desconocido cuando se lo diagnosticaron y las preguntas que le surgieron fueron muchas. “Pensar que toda la vida iba a tener que soportar pesadez, hinchazón, infecciones y dolor y, sobre todo, ver que con 27 años perdía movilidad y veía restringida mis actividades diarias”. Este era uno de sus miedos, como ha contado ella misma a este medio.
Como muchos pacientes, se lanzó a internet para “dar con los mejores especialistas mundiales”, afirma. Pero fue la Asociación de Afectados del Linfedema la que se convirtió en su fuente “imprescindible” de información “para conocer más la enfermedad, los tratamientos, terapias, fisioterapeutas y ortopedias”.
Reconoce que el farmacéutico no fue para ella un referente en cuanto a asesoramiento, aunque señala que le hubiera gustado. “No solamente el farmacéutico -añade- sino el médico de Familia y especialistas vasculares que conocen poco no, nada, las posibles soluciones que hay”. Por eso pide a los farmacéuticos “que conozcan más a fondo esta dolencia” para ofrecer el mejor consejo y no dar palos de ciego con recomendaciones poco eficaces como “los tratamientos de adelgazamiento, que no son los más apropiados” para el linfedema asociado al cáncer, advierte Ardila al colectivo para que tomen nota y no lo aconsejen.
Lo cierto es que tener una formación tan específica no es fácil ni accesible. Pero, en favor de las farmacias comunitarias hay que decir que cada vez son más las que se están formando para ofrecer una atención especializada e individualizada al paciente oncológico. Precisamente, hay entidades que están volcadas con la preparación del farmacéutico en este ámbito, como La Roche-Posay e Hydroskin Oncology. Esta última empresa, que tiene cosméticos específicos para el cuidado de la piel del paciente oncológico, ofrece formación on line a los boticarios sobre distintas cuestiones relacionadas con el cáncer y el consejo farmacéutico ofrecidos por profesionales. En concreto, la última sesión que ofreció fue sobre el linfedema asociado al cáncer, donde se transmitieron consejos que puede dar el farmacéutico para prevenirlo, mejorarlo y para cuidar la piel de la zona afectada, pues es especialmente sensible.
Helena Molero, farmacéutica comunitaria en Tarragona, es un ejemplo de profesional especializada en la atención al paciente con cáncer y conoce en profundidad todo lo relacionado con el linfedema asociado a esta enfermedad. Dice que en España se estima que 1.672.000 personas sufren linfedema, cuya causa principal es el cáncer y, “dependiendo del tratamiento quirúrgico (ya sea una linfadenectomía o masectomía, cirugías que implican la extracción del ganglio centinela o más ganglios), la persona tendrá más probabilidades de sufrir como efecto secundario un linfedema”. Además, “cuantos más ganglios le extraigan, más posibilidades de sufrir el linfedema; según el tipo de cáncer habrá una mayor o menor incidencia en su aparición y, cuanto más agresiva es la cirugía, más probabilidad de sufrirlo”. Según sus datos, los sarcomas son los que tienen mayor probabilidad de desarrollar linfedema; en segundo lugar está el cáncer de mama, después cánceres ginecológicos y melanoma.
Pero también hay otros factores de riesgo que apunta Molero, como tener un índice de masa corporal (IMC) mayor de 25; si, dentro de los quimioterápicos que se le van a administrar al paciente se incluyen los taxanos, y recibir radioterapia y cuánta cantidad se acumula. Conocer estos factores es importante para explicarlos a los pacientes para prevenir la aparición del linfedema y detectar a tiempo síntomas de alarma, como apunta Herminia García, fisioterapeuta especializada en linfedema y participante en el curso ofrecido por Hydroskin Oncology. En esta línea se expresa Molero: “Nuestra función es prevenir que el linfedema progrese y detectar estos signos iniciales para derivar al oncólogo”.
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