La agresión fue salvaje. Lo dice el auto judicial que ha enviado a prisión al presunto agresor: un joven de 20 años, coreado en su hazaña por su madre, según varios testimonios.
El detenido -en prisión comunicada y sin fianza- no pertenecía al centro de salud de Los Castros, donde se cometió la agresión el pasado 5 de mayo. El celador del centro así se lo hizo saber y la reacción del joven fue arremeter contra el mensajero con un puñetazo.
En defensa del celador salió el médico residente, quién recibió la peor parte: un cabezazo y nueve puñetazos en el ojo. Fue atendido en el Hospital de Valdecilla. Ahora se recupera en su casa, donde atiende la llamada de este diario. No quiere dar su nombre ni difundir su imagen. Solo le interesa dejar su testimonio para "darle la mayor visibilidad a lo ocurrido y que se pueda solucionar. Ya me ha pasado a mi, me gustaría que no volviera a pasarle a nadie más".
Entrevista a 'Roberto'
Roberto, nombre elegido para referirnos al médico protagonista de esta historia, admite que nunca había pensado que pudiera ser víctima algo como lo sucedido. Sabía de las agresiones a sanitario, pero "desde mi ignorancia, lo entendía como algo más liviano. Me refiero a, por ejemplo, un mal gesto, una mala contestación. Lo más que había oído fue el caso de una compañera que le habían pegado un empujón y ya me parecía bastante potente".
Lleva diez años atendiendo a pacientes y es médico adjunto. Responde a este medio después de la revisión del oftalmólogo. He pasado de un 0% inicial de visión en el ojo derecho tras la agresión a un 5% y ahora estoy en un 10% de visión. El pronóstico es que lo pueda recuperar, lo que me cuentan mis compañeros es que va más lento de lo que esperaban".
Sobre la agresión recuerda que intentó hablar con el paciente, mientras arremetía contra el celador. "Intenté mediar palabra con él. Mis palabras fueron: tranquilo, que te vamos a atender. Entonces fue cuando intentó agredir al celador y me pegó un cabezazo que caí al suelo y no recuerdo. Fue todo muy rápido".
Pregunta: ¿Qué medidas cree que serían necesarias para que estos episodios de violencia no se volviera a producir?
Respuesta: Creo que esto no depende de nosotros, los sanitarios. Nosotros estudiamos diez años para salvar, para cuidar, para acompañar, pero no para pelear con nadie. Entonces, creo que igual ahí es donde nos estamos equivocando. Vamos a un trabajo. No vamos a la guerra. Y estamos normalizando que nuestro trabajo es como la guerra e igual ese es el problema. Si para construir un edificio hacen falta diez albañiles, por qué cuando hacen falta cinco médicos, lo tienen que hacer dos. Igual eso es lo que no podemos normalizar. No somos Superman.
P.: Se refiere a aumentar el número de médicos por paciente...
R.: Creo que es necesario reducir la carga asistencial para que nuestra labor sea lo mejor posible y, por otro lado, creo que hay que explicar a la población cuál es nuestra labor dentro de la sociedad, lo que podemos y lo que no podemos hacer y hasta dónde podemos llegar, porque no estamos para pagar la frustración de nadie. Pero ni nosotros, ni un policía, ni un profesor... creo que son cosas que se tienen que atajar en otro sitio.
Es que si yo voy a un banco y no me dan una hipoteca porque no cumplo los criterios, no puedo arremeter contra la persona que está en la sucursal bancaria. Ni me lo planteo. Entonces, por qué la gente tiene la libertad de plantearse agredir a un médico cuando el diagnóstico no les gusta o cuando no eres capaz de cumplir sus expectativas. Así se está perdiendo el respeto y la veracidad científica, porque no podemos trabajar con coacción, no puedo diagnosticar pensando en si ese diagnóstico le va a gustar a la persona, o no, y si no le gusta, me puede dejar sin un ojo. Eso no es medicina.
Reacción a la agresión
El Colegio de Médicos de Cantabria, la Organización Médica Colegial, la Consejería de Sanidad de Cantabria y el Gobierno de esta comunidad, en definitiva, la profesión ha salido a las calles para denunciar los hechos. Además, también se han personado en el proceso judicial como acusación y anuncian cambios en los protocolos de actuación ante las agresiones a sanitarios.
El viernes, 13 de mayo la Consejería de Sanidad de esta comunidad celebró una reunión de urgencia con el Foro Sanitario para hablar de las agresiones, fue la segunda reunión de este tipo que se celebra en una semana. Y se llegó a las siguientes conclusiones: instalación de cámaras de seguridad en las Urgencias de Atención Primaria, la elaboración de un mapa de riesgos de los centros en cuanto a violencia en ámbito sanitario, instalación de la aplicación AlertCops en los teléfonos corporativos del SCS para comunicar con las Fuerzas de Seguridad. Además, se unificarán los protocolos entre las gerencias, y se fomentará la sensibilización social y la formación a los profesionales.
Roberto reconoce no estar al corriente de estas informaciones. "Por mi paz mental no estoy viendo ni leyendo nada", asegura.
P.: ¿Cree que poner cámaras de seguridad en el centro de salud podría ser una buena medida?
R.: A mi ¿para qué me sirve una cámara? ¿Para verme volar por los aires en Youtube? Sinceramente, creo que mentalmente prefiero no acordarme de cuando me dieron un cabezazo y caí al suelo, que tener que verlo. No creo que algo que no conlleve una coacción monetaria al agresor sirva para nada.
P.: Después de sufrir un episodio así, ¿Cómo afrontar la vuelta a la consulta?
R.: Tengo miedo. No sé qué va a pasar, porque si a día de hoy, y sé que es pronto, pero no salgo de casa, solo para las consultas médicas. No sé lo que va a pasar. Me gustaría volver a pasar la consulta con la libertad y la alegría que lo he hecho siempre. Hay que imponer medidas ejemplarizantes para que eso no ocurra más.
Datos de agresiones
La situación es muy grave, según coinciden en valorar los implicados a los que ha preguntado este medio. La "punta del iceberg" del problema ya quedó bien reflejada en los datos sobre agresiones que ofrecen anualmente tanto la Organización Médica Colegial (OMC) como la Policía Nacional.
El número de agresiones a médicos registradas en 2021 alcanzaron los 612 casos, un 39% más que el año anterior, según los datos que ofreció a mediados de marzo el Observatorio de las Agresiones de la OMC. En total, desde 2010 el Observatorio ha registrado 5.649 agresiones, siendo 2021 el año con más notificaciones tras 2019. De media, suponen 2,2 agresiones por cada 1.000 facultativos con Cataluña (5,3); Cantabria (4,1) y Extremadura (3,6) siendo las de mayor incidencia respecto al número de colegiados.
Los datos de la Policía Nacional también han mostrado ese incremento. La cifra de denuncias por agresiones a sanitarios registradas en España en 2021 fue de 225, lo que supone un aumento del 14% respecto a las presentadas el año anterior.
Si bien, estos datos, solo sirven para atisbar la dimensión del problema, pues, como apuntan los expertos, la mayoría de los médicos no denuncian las agresiones que sufren y, además, hay que tener en cuenta que en 2020 el número de actos violentos contra los sanitarios disminuyó porque se interrumpió buena parte de la actividad asistencial de manera presencial.
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