El equipo de Hepatología del Servicio de Aparato Digestivo, que dirige Rafael Bañares, del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, ha coordinado un estudio multicéntrico, publicado en Hepatology, que ha permitido desarrollar una puntuación de riesgo de hepatocarcinoma en pacientes con fibrosis avanzada y cirrosis por virus de la hepatitis C (VHC) tras obtener una respuesta virológica sostenida con agentes antivirales directos.
El carcinoma hepatocelular es, actualmente, la quinta causa de mortalidad por cáncer en el mundo. En España, se registran entre 5.000 y 8.000 nuevos casos cada año.
El proyecto, que se inició hace tres años, incluye más de 1.000 pacientes de siete hospitales madrileños e identifica, mediante marcadores no invasivos -elastografía de transición hepática, albúmina y FIB-4-, a pacientes con muy bajo riesgo de desarrollar hepatocarcinoma a cinco años.
En ausencia de otras comorbilidades, este subgrupo de pacientes que, probablemente presenta una enfermedad menos avanzada y con mayor capacidad de regresión de la fibrosis, podría no necesitar seguimiento a largo plazo, señala el estudio.
Parámetros que 'cantan'
Rafael Bañares señala a DM que "si estos hallazgos se confirman a largo plazo, clínicamente podríamos identificar que pacientes no necesitan seguimiento, en ausencia de otras enfermedades hepáticas como la relacionada con grasa o alcohol. Esto permitiría ahorrar revisiones ecográficas -que se realizan exclusivamente para el cribado del CHC- en una proporción no pequeña de casos".
Sonia Alonso, de la sección de Hepatología del citado centro y una de las autoras del trabajo, explica que han identificado, en una gran cohorte multicéntrica de pacientes tratados con antivirales directos, cuatro parámetros que se asociaban al riesgo de desarrollar hepatocarcinoma (CHC): el valor basal del fibroscan (HR 1.040), el valor bajo de albúmina sérica (HR 0.40), el descenso del valor de fibroscan al año (delta fibroscan): HR (0,993) y el valor del FIB-4 al año (HR: 1.095).
"Con estos datos, se construyeron dos modelos uno con y otro sin elastografía. En el modelo basado en elastografía el riesgo de desarrollar hepatocarcinoma a los 3 años fue del 0% en aquellos pacientes con fibroscan basal menor a 17,3 kPa, albúmina >4,2 g/dL y descenso de la rigidez hepática en el fibroscan al año superior al 25.5 %".
Bañares destaca que estos parámetros pueden considerarse como de buen pronóstico o de peor pronóstico. Así, algunas de las variables se asocian a mayor riesgo, por ejemplo tener más elevado el fibroscan, y otras, como tener más alta la albúmina, a menor riesgo. "Esto viene determinado por el HR si es mayor o menor de 1".
¿Cribado? Esta es la cuestión
El responsable de Digestivo también subraya que en los últimos dos años se han publicado diversos estudios para responder a la cuestión de qué pacientes con hepatopatía crónica avanzada se benefician del cribado de hepatocarcinoma tras la curación del VHC, según su riesgo individual de desarrollarlo, que no es el mismo en todos los casos.
"Casi todos ellos identifican variables como el fibroscan y la albúmina antes y/o después del tratamiento que predicen el riesgo de hepatocarcinoma. En este sentido, nuestro estudio ha formado parte de una cohorte de validación europea de un 'score' que identifica la edad, la albúmina y la rigidez hepática medida mediante fibroscan tras la respuesta y el consumo perjudicial de alcohol como factores que pueden ayudar a predecir el riesgo de desarrollar cáncer hepático en esta población".
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