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jueves, 4 de agosto de 2022

Identifican 8 subtipos diferentes de leucemia linfática crónica

Hematología y Hemoterapia
carmenfernandez
Jue, 04/08/2022 - 17:00
Investigación
Martí Duran-Ferrer, Iñaki Martín-Subero, Elias Campo i Ferran Nadeu, del Idibaps, son co-autores del estudio. Foto: IDIBAPS
Martí Duran-Ferrer, Iñaki Martín-Subero, Elias Campo i Ferran Nadeu, del Idibaps, son co-autores del estudio. Foto: IDIBAPS

El análisis de los genomas de 1.148 pacientes con leucémica linfática crónica (LLC) ha  permitido identificar más de 100 nuevos genes implicados en la enfermedad y definir un total de 8 grupos (hasta ahora eran dos) de enfermos con diferente pronóstico, lo que en adelante guiará con mayor precisión a los investigadores básicos y clínicos para mejorar las estrategias de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

El estudio, publicado hoy en Nature Genetics, se ha realizado bajo la coordinación del Idibaps-Hospital Clínic y la Universidad de Barcelona, la Universidad de Oviedo y el CIBERONC; Dana-Farber Cancer Institute, Broad Institute del MIT y Harvard University, de Boston, y la Ulm University de Alemania. Sumando esfuerzos, y financiación, a lo largo de los últimos 4 años han logrado nada menos que completar el mapa de alteraciones genómicas de la LLC.

Para entender bien este estudio hay que remontarse a otro publicado en 2011 en Nature, que fue resultado del trabajo de un grupo de investigadores de distintos centros y universidades españolas, en el que se recogió la secuenciación del genoma completo de pacientes con LLC y se identificaron mutaciones que aportaron nuevas claves sobre la enfermedad. Ese trabajo representó la primera contribución de España al Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer (ICGC), el mayor proyecto de investigación contra el cáncer de la historia y en el que participaron científicos de 11 países para secuenciar los 50 tipos de cáncer más importantes. Este estudio lo dirigieron Elias Campo, jefe del grupo Patología molecular de las neoplasias linfoides del Idibaps e investigador del CIBERONC, y Carlos López-Otín, de la Universidad de Oviedo. El trabajo tuvo tanta trascendencia científica y social que se presentaron los resultados en el Ministerio de Ciencia e Innovación, en Madrid, del que entonces era titular Cristina Garmendia.

Aquel estudio fue fruto de la tecnología de la época: se acababan de desarrollar las técnicas de secuenciación y lo que hicimos fue secuenciar el genoma completo de 4 pacientes, un trabajo que entonces llevaba de 2 a 5 meses por paciente y mucho dinero para poder hacerlo. De ahí salieron las primeras mutaciones pero relativas únicamente a esos 4 pacientes”, precisa Campo, que también es co-autor del estudio que ha publicado hoy Nature Genetics.

En 2015, más de 60 investigadores de distintos centros españoles, lograron secuenciar los genomas de las células normales y tumorales de hasta 506 pacientes de LLC e identificaron 60 genes claves cuyas mutaciones provocan el desarrollo del tumor y, por primera vez, se incluyó también como causa de esta leucemia mutaciones en zonas del lado oscuro del genoma o ADN basura. Los resultados se publicaron en Nature, en un artículo que firmaron científicos del Consorcio Español del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica (LLC), entre ellos Campo y López-Otín y Xose S. Puente (como primer firmante).

Pasados seis años, Campo dice sobre este estudio de 2015 que “secuenciando el ADN de más de 500 pacientes vimos que la variabilidad era extraordinariamente alta, que cada uno tenía perfiles muy diferentes. Y que los más frecuentes se daban en un 15% de ellos. Como había tantas mutaciones, a través de estudios estadísticos entendimos que para sacar conclusiones teníamos que secuenciar al menos más de 1.000”. Las secuenciaciones de muestras de los 506 pacientes se realizaron en el Centro Nacional de Análisis Genómico en Barcelona y el consorcio tardó en hacerlas y analizaras cerca de cinco años. Estas revelaron que cada tumor había acumulado unas 3.000 mutaciones, aunque solo unas pocas contribuyen al desarrollo tumoral, mientras que el resto solían estar relacionadas con el envejecimiento.

En 2018, un equipo de investigadores del Idibaps, del grupo de Campo, desveló por primera vez el epigenoma completo de la LLC, en un estudio que se publicó en Nature Medicine. Proporcionó un mapa en alta resolución de las funciones del genoma y supuso una nueva aproximación a la investigación molecular del cáncer. “En ese se analizó, en concreto, las proteínas y modificaciones alrededor del ADN”, indica Campo.

Y hoy ve la luz en Nature Medicine lo que ha dado de sí el estudio de más de 1.100 pacientes, que ha tenido por objetivo proporcionar un catálogo prácticamente completo de todas las alteraciones genómicas que causan la LLC y sus subtipos moleculares. Campo informa de que, junto con investigadores de Harvard, unieron toda la información relativa a la muestra de pacientes y la analizaron con nuevas técnicas informática de big data. “Hay nuevos sistemas de lectura del ADN para acceder a regiones que en los primeros estudios no existían y que, junto a una muestra tan grande, tienen un poder estadístico muy potente”, destaca Campo. Pone, a modo de ejemplo, que en los primeros estudios había un 15-20% de pacientes para los que no había explicación y ese grupo, con este nuevo estudio, se ha reducido a únicamente el 1%.

El estudio ha permitido identificar hasta 8 grupos de riesgo (subtipos) de LLC con diferente pronóstico. Imagen: IDIBAPS

El impacto en clínica vendrá derivado, a su juicio, de que, al hallar explicación de las mutaciones, en la práctica totalidad de los pacientes se podrán diseñar tratamientos dirigidos a esas alteraciones (dianas).

"Ahora hay más finura"

Destaca asimismo que este estudio ha permitido identificar hasta 8 grupos de riesgo (subtipos de LLC) con diferente pronóstico, de peor a mejor, Cuando antes solo eran 2. “Ahora hay más finura”, declara Campo.

El grupo de más riesgo tendría una supervivencia de poco años y requeriría más intensidad en el tratamiento y el seguimiento; y el de menos, son pacientes con una vida tan normal como si no tuvieran enfermedad y, por tanto, requieren un seguimiento periódico pero no intenso y pueden no recibir ningún tratamiento, lo que implica evitarles posibles efectos adversos.

Casi cada paciente con LLC tiene alteraciones moleculares distintas, CAR-T ARI-0001: dos hitos en uno para la sanidad española, Nuevas combinaciones aterrizan en la primera línea frente a la leucemia linfática crónica
Al precisar mejor las causas de la LLC otra ventaja será una búsqueda mejor orientada de nuevas terapias, más precisas para cada paciente. ¿Sirve e
El estudio del genoma de 1.148 casos, co-liderado por españoles, afina el pronóstico de los pacientes, algunos de los cuales sobreviven sin tratamiento. Off Carmen Fernández. Barcelona Oncología Anatomía Patológica Medicina Interna Off

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