En la República Democrática de El Congo, en concreto en Kinshasa, una población africana muy empobrecida, las madres, con cuatro o cinco hijos, que viven con 1 o 2 euros al día, tienen que enfrentarse con frecuencia a la difícil elección de dar de comer a sus pequeños o llevarlos al médico cuando enferman y comprarles la medicación que necesitan para curarse.
Sí, esto sucede en pleno siglo XXI en un país extremadamente rico en recursos naturales (cobalto, cobre, petróleo, zinc, diamantes, uranio e incluso coltán, un mineral imprescindible para la fabricación de dispositivos de telefonía móvil), pero cuya riqueza no es proporcional a su nivel de desarrollo ni a la capacidad económica de su población. Es más, de los casi 80 millones de habitantes, el 63% vive en situación de extrema pobreza. Tan sólo el 52% tiene acceso a agua potable y el 11%, a electricidad.
La Fundación Amigos de Monkole es consciente de esta realidad y está trabajando desde hace diez años no solo para que estas madres de Kinshasa no pasen por esta situación sino también para mejorar la salud de la población que se articula en torno al Hospital de Monkole, que trata de dar servicio a todos los pacientes, aunque el 48% carece de recursos para costear los gastos de hospitalización. Por ello, la fundación se esfuerza en buscar recursos económicos para financiar los costes hospitalarios de todas las personas que necesiten asistencia sanitaria. Además, está trabajando con los centros de salud de su área para que las familias sin recursos (la mayoría) puedan acudir al médico y adquirir los medicamentos que necesitan.
Precisamente, para llevar a cabo esta labor, ha recibido 5.000 euros de la Fundación Bidafarma, que destinarán a la compra de medicamentos de buena calidad al Departamento de Farmacia del Hospital de Monkole, que se suministrarán a los tres centros de salud de su área de influencia para que se entreguen a las familias y a esas madres de las que nos habla Enrique Barrio, presidente de la Fundación Amigos de Monkole ."Estas clínicas ofrecen atención primaria de salud a la población local a un coste de 1.400 francos congoleños (60 céntimos de euro) por consulta médica. Además, los medicamentos se suministran al 25% de su coste. A veces, en estas zonas, si un día hay que ir al médico y comprar medicinas, no queda dinero para comprar comida y, a la larga, para llevar a los hijos a la escuela".
Con la ayuda de la Fundación Bidafarma, más otros 3.000 euros que aportará la entidad beneficiaria, se comprarán los siguientes medicamentos:
- Analgésicos: Diclofenaco, ibuprofeno, naproxeno, paracetamol y tramadol.
- Anestésicos: lidocaína (para algunas intervenciones en el centro de salud).
- Antianémicos: ácido fólico y sulfato ferroso.
- Antifúngicos: clotrimazol, griseofulvina, ketoconazol, miconazol y nistatina.
- Antinfecciosos: cloxacilina, erotromicina, gentamicina, nitrofurantoina y vancomicina
- Antipalúdicos: artemero y lumefantrina
- Medicamentos para afecciones del aparato respiratorio: beclometasona, codeína, salbutamol y xilometazolina
- Fármacos para patologías dermatológicas: sulfadiazina argéntica, clotrimazol, betametasona y permetrina.
Barrio aclara que los medicamentos que consiguen gratuitamente los dan gratuitamente a quienes lo necesitan. Ahora bien, "cuando tenemos que comprarlos nosotros, les pedimos que paguen algo, un 10%. Lo hacemos así para que también valoren las cosas y que todo cuesta", especifica.
Esta fundación se financia también con otras donaciones de diversas entidades y particulares y de lo recuadado a través de huchas que ponen los farmacéuticos españoles en sus mostradores. "Cualquier farmacia que quiera apoyar el proyecto -añade- puede hacerlo pidiéndolos una hucha a través del mail donativos@fundacionamigosdemonkole.org o haciendo una donación". De hecho, ya hay farmacias que colaboran con huchas como algunas ubicadas en Huelva, Málaga y Madrid, dice Barrio.
Farmacias en el corazón de África
Pero África, como Castilla, es ancha, muy, muy ancha y tiene muchos países con muchas necesidades por cubrir. Uno de ellos es la República Centroafricana. Aquí la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de Bangassou, creada en 2003 por familiares y amigos del obispo de Bangassou, Juan José Aguirre Muñoz, nació para promover acciones centradas en sanidad, educación y bienestar.
En el capítulo sanitario, además de trabajar en las áreas de pediatría, maternidad, atención a minusválidos y personas con lepra y VIH, entre otras acciones, la fundación ha puesto el foco en fomentar el acceso a los medicamentos mediante la construcción de farmacias. "Bangassou tiene 25.000 habitantes y la diócesis de Bangassou tiene entre 300 y 350.000 habitantes en una superficie que es como Andalucía, con lo cual los núcleos de población están muy dispersos y con difícil accesibilidad porque no tienen carreteras, no tienen luz eléctrica y el carburante es muy caro", describe a CF el presidente de la fundación Miguel Aguirre. Por ello, uno de los proyectos que la diócesis ha propuesto a la fundación es dotar a los pueblos con mayor densidad de población de una pequeña farmacia, que se abastecería de los medicamentos esenciales procedentes de una farmacia central, ubicada en Bangassou, que ya se está construyendo",
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