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martes, 6 de octubre de 2020

Las enfermeras escolares hacen un balance negativo de las primeras semanas de la apertura de las aulas

Profesión
aliciaserrano
Mar, 06/10/2020 - 12:56
Pandemia y colegios

Ha pasado casi un mes desde que los colegios abrieron sus aulas tras el confinamiento del pasado mes de marzo y el balance no es nada positivo, según han explicado a este periódico la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (Amece) y la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (Aceese).

“Desde prácticamente el inicio de este curso escolar se han ido produciendo de forma continua incidentes y confinamientos de clases debido a la covid-19 en todas las escuelas de las distintas comunidades autónomas”, asegura Engracia Soler, presidenta de Aceese.

Recuerda que las medidas tomadas por Educación y Sanidad de tener profesores referentes en la covid-19 que estén en contacto con Atención Primaria o Salud Pública (donde la figura de contacto con las escuelas no suele ser una enfermera ni personal sanitario), “no ha ayudado al desarrollo inicial del curso escolar de una forma  más o menos normalizada”.

No obstante, en aquellas escuelas donde ya estaban las enfermeras escolares o las han incorporado (aunque se desconoce su número), “se ha podido gestionar de forma más resolutiva y rápida la detección, seguimiento y confinamiento de los positivos de la comunidad educativa, que formaban parte  de la escuela. Aunque para ello las enfermeras en los centros educativos han incrementado sus horas de trabajo para dar una respuesta a tiempo”, añade la presidenta de Aceese.

Cambios continuos en los protocolos

Las enfermeras escolares recuerdan que durante septiembre y los últimos 10 días los cambios de protocolos ha sido continuos en todas las comunidades autónomas.

“Ha variado el periodo de cuarentena de 14 a 10 días, ya no se realizan PCR a los contactos estrechos y ha habido un cambio de registros en la recogida de datos poco ágiles que no están en concordancia con criterios de expertos sanitarios y epidemiológicos”, denuncia Natividad López Langa, presidenta de Amece.

Las autoridades sanitarias, que son las que adaptan los protocolos, deberían modificarlos en función de los datos epidemiológicos y actualización de medidas contrastadas, “de manera que no entendemos, como tampoco lo hace la mayoría de la población, que los criterios puedan cambiar casi de un día para otro”, dice.

Ante esta situación, las enfermeras se están encontrando con verdaderas dificultades para seguir los protocolos que marcan sus autonomías (cada una tiene el suyo propio), con cambios constantes que crean confusión en el trabajo diario.

“Nos encontramos con protocolos de Educación que dicen que hay que seguir una norma mientras que el protocolo de Salud Pública tiene otras directrices que no van en la misma dirección y que pueden llegar, incluso, a contradecirse”, denuncia Soler.

Falta de comunicación y saturación de Salud Pública

Además del excesivo trabajo burocrático, las modificaciones casi diarias de instrucciones y protocolos, las quejas de las familias de los alumnos que no entienden tanto cambio y, en algunos casos, la no coordinación en el colegio con los equipos directivos, “las enfermeras escolares se están enfrentando , sobre todo, a los muchos casos sospechosos de alumnos y profesionales, así como a una falta de coordinación y comunicación con Salud Pública, que se encarga de determinar si ante brotes o sospechas hay que confinar aulas e informar a las familias de los alumnos”, revela López Langa.

En este aspecto, Soler también reconoce que la comunicación con Salud Pública es lenta: “Los correos se contestan tarde, las líneas telefónicas están saturadas, los resultados de los test se retrasan… Hay que esperar a recibir unas órdenes para actuar que, además, llegan más tarde de lo debido”.

Recuerda que en referencia a los grupos estables o grupos burbuja también existen verdaderas dificultades para gestionarlos en el sistema educativo, “así como en la aplicación de las cuarentenas del positivo y del grupo a confinar”.

También denuncia que en algunos centros escolares incluso existe una falta de formación y toma de conciencia del problema, que se recrudece con la falta de recursos materiales: “El transcurso del curso en esta nueva normalidad tiene diversos escenarios, ya que en algunos centros la situación es de auténtico caos. Las enfermeras escolares están trabajando intensamente más allá de su horario laboral para dar una respuesta adaptativa y efectiva al día a día de sus escuelas”, asegura Soler.

Lo cierto es que Salud Pública está saturada en varias autonomías, como Madrid. “Cuando se logra contactar con ellos por teléfono o mail su capacidad resolutiva es eficiente, aunque con los cambios de procedimientos nos llegan mensajes contradictorios ante las mismas situaciones”, se queja la presidente de Amece.

Faltan test rápidos

Otro problema al que se enfrentan diariamente las enfermeras escolares es a la falta, en los últimos días, de pruebas PCR y test rápidos. “Ello ha llevado a que los alumnos y profesionales solo guarden confinamientos y se reincorporen a los colegios sin diagnóstico de la covid-19”, alerta López Langa.

De hecho, recuerda que la enfermera escolar tiene mucho trabajo asistencial, y más en época de catarros, gripes, gastroenteritis, además de la atención programada a alumnos con enfermedades crónicas e incidencias, algunas graves, que ocurren en el horario escolar.

Los colegios, siempre abiertos

La existencia de un protocolo diferente para cada comunidad autónoma, así como el cambio constante de los mismos y las diferencias entre los de Educación y Sanidad, “está originando problemas de seguimiento en todas las escuelas, tanto en aquellas que tienen enfermeras como en las que no”, dice Soler.

El objetivo de Educación  y Sanidad es mantener siempre los colegios abiertos, pase lo que pase. “No contempla los diferentes estados de la pandemia a lo largo de los meses en las zonas donde están ubicadas las escuelas, y ello puede llevar a incrementar  el riesgo de contagio en los centros educativos”, alerta la presidenta de Aceese.

Faltan enfermeras escolares

Hay déficit de enfermeras en general, tanto para las escuelas como para los centros sanitarios debido al incremento de trabajo de los profesionales debido a la pandemia.

“Los contratos de las enfermeras escolares son muy diversos, ya que pueden depender de Educación, Sanidad, ayuntamientos o de contrataciones privadas, de manera que las condiciones laborales y el sueldo son muy variables”, aclara Soler. No en vano, recuerda que desde años y de forma urgente, hace falta una regulación y defensa de la situación laboral y salarial de este colectivo.

Desde Amece, sin embargo, desconocen si el déficit de profesionales sanitarios es real o si no se encuentran enfermeras dispuestas a trabajar en colegios debido a las malas condiciones laborales y profesionales de esta figura.

“Es histórico el agravio comparativo que sufren las enfermeras escolares, sin carrera profesional, con contratos de obra y servicio de septiembre a junio y jornadas, la mayoría de las veces, inferiores al 100%”.

Tampoco se sabe exactamente el número de enfermeras escolares que se han incorporado en los últimos días en las escuelas, pues tanto Amece como Aceese no disponen de datos recientes.

“El trabajo insitu de estas profesionales  ayudaría a descongestionar la situación de los casos y facilitado la gestión y derivación a los centros de salud, así como el rastreo de los posibles casos positivos por contacto entre la población que forma la comunidad educativa”.

Por su parte, López Langa explica que no han aumentado los profesionales enfermeros en los colegios, “aunque sí se han establecido fórmulas, que se denominan erróneamente enfermería escolar, y que se basan en que enfermeros adscritos a centros de salud orienten y recojan datos”, lamenta la experta.

Coordinadores covid-19

El coordinador covid-19 tiene los mismos problemas que las enfermeras escolares, pero suelen ser docentes y no tienen competencias para valorar si un niño con un catarro es sospecha covid, “por lo que en términos generales derivan muchos más alumnos a casa”, asegura López Langa.

A un coordinador covid-19 no sanitario le cuesta interpretar el relato de los signos y síntomas, así como realizar el interrogatorio para esclarecer dudas y dar una respuesta correcta frente a los casos positivos, contactos y cuarentenas. “En estas situaciones pueden presentarse una ralentización de la respuesta y resolución de este tipo de asistencia”, concluye Soler.

Se quejan del cambio constante de protocolos, de las contradicciones de los mismos entre Educación y Sanidad y de la saturación de Salud Pública. coronavirus Off Alicia Serrano Enfermería Pediátrica Enfermería Familiar y Comunitaria Off

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