Las hospitalizaciones por estenosis aórtica, la valvulopatía más frecuente en nuestro país, han aumentado un 65% entre 2003 y 2015. Esta es la conclusión principal de un estudio presentado en el e-Congreso SEC 2020 de la Salud Cardiovascular que celebra online del 28 al 31 de octubre la Sociedad Española de Cardiología.
“Esta tendencia ascendente probablemente siga en la misma línea a lo largo de los próximos años, pues no solo sube la esperanza de vida en España, sino que también aumentan los diagnósticos de estenosis aórtica. Cada vez se realizan más ecocardiogramas a pacientes octogenarios. Afortunadamente, se les presta más atención a este tipo de pacientes”, explica el Dr. Héctor Bueno, coordinador del estudio y presidente del congreso.
Para el registro se incluyeron, durante ese período de 13 años, 106.666 registros codificados: los diagnósticos de estenosis aórtica como causa de ingreso (diagnóstico principal) aumentaron de 6.386 hasta 10.542, y como comorbilidad (diagnóstico secundario) de 28.654 a 63.938. La tasa estandarizada de frecuentación pasó de 18,9 a 25,7 ingresos por cada 100.000 habitantes.
La edad media aumentó de 74,2±10,9 años en 2003 a 79,0±10,0 en 2015. Las tres comorbilidades más frecuentes fueron: hipertensión arterial (46,8% en 2015, frente a 42,4% en 2003), alteraciones del ritmo (39,7% frente a 31,2%) e insuficiencia cardiaca (37,2% frente a 25,6%). La letalidad global aumentó del 7,42% al 8,73% a pesar de que descendió un 0,9% en el grupo de estenosis aórtica como diagnóstico principal.
“Los pacientes con estenosis aórtica como diagnóstico secundario presentaron mayor carga de comorbilidades, por lo que la letalidad también fue superior, aumentando un 1,28%. Acudían al hospital por otras patologías más graves (ictus, infarto, neumonías, etc.)”, explica el Dr. Nicolás Rosillo, primer firmante del estudio. “Cabe destacar que estos tenían de media cinco años más que los pacientes con estenosis como diagnóstico principal, lo que hace que sobre todo la insuficiencia cardiaca sea más prevalente y empeoren sus resultados en salud”, aclara.
“La buena noticia es que la letalidad de aquellos que tenían la enfermedad como diagnóstico principal se redujo”, apunta el Dr. Rosillo. “Antes era extraño operar a los ochenta, pero cada vez más se utilizan tratamientos menos invasivos como la TAVI, que reducen los riesgos de las intervenciones”.
Esta enfermedad cardiovascular sucede cuando la válvula aórtica del corazón se estrecha. La angostura producida impide que la válvula se abra completamente, lo que reduce u obstruye el flujo de sangre que va del corazón a la aorta, la arteria principal del cuerpo, y por consiguiente, al resto del organismo.
La estenosis de la válvula aórtica puede manifestarse por varias causas, como la fiebre reumática, un defecto cardiaco congénito o más frecuentemente la acumulación de depósitos de calcio en la válvula, consecuencia de la edad.
“Hasta la fecha había muy poca información epidemiológica sobre esta patología en nuestro país”, afirma Rosillo. “Los análisis epidemiológicos se centraban más en enfermedades transmisibles, y en caso de estudiar las enfermedades cardiovasculares, se hacía sobre otras con mayor carga asistencial como el infarto o la insuficiencia cardiaca. El aumento progresivo de la esperanza de vida en España hace que cada vez cobre mayor protagonismo el estudio de la estenosis aórtica”, concluye el especialista.
El estudio ha sido llevado a cabo conjuntamente por el Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid), el Hospital General Universitario Gregorio Marañon (Madrid) y el Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (IMAS Fundación).
Un estudio realizado entre los años 2003 y 2015, subraya que las hospitalizaciones en este periodo se han elevado un 65%, así como las cifras de mortalidad global.Off Off
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