Acaba de cumplir su segundo año al frente de la sanidad andaluza. Y lo ha hecho sin haber tenido siquiera un minuto de tregua, forzado a saltar de la crisis de la listeriosis al temor por la fiebre del Nilo y de ahí a la pandemia de coronavirus. Pero a Jesús Aguirre hace mucho que no le tiembla la voz al hablar con la prensa y verse en los grandes titulares.
Médico rural, lleva décadas curtiéndose a los dos lados de las mesas de negociaciones, ora como vicepresidente del sindicato médico de Córdoba o de la Organización Médica Colegial, ora como senador por el PP o consejero de Salud en Andalucía. Tal vez por eso es muy consciente de la inquietud que puede llegar a despertar una mera coma impresa en el BOE y del temor a que las promesas acabe por llevárselas el viento. Pero sobre su gran compromiso electoral, la supresión de las subastas de medicamentos en Andalucía, no quiere dudas de ningún tipo: “Las subastas en Andalucía se han acabado. Los andaluces accederán a los medicamentos en igualdad de condiciones que el resto de los españoles; los médicos podrán prescribir y los farmacéuticos dispensar con libertad”.
PREGUNTA: Durante la tramitación de los presupuestos autonómicos se generó mucho revuelo en el sector al entender que, pese al compromiso electoral del PP para eliminar las subastas de fármacos en Andalucía, tan sólo se iba a matizar ese sistema, pero no a eliminarlo. Apenas unos días después de despertarse esa polémica, compareció junto al presidente autonómico, la industria y los colegios de farmacéuticos en una imagen de unión inusual y bajo un gran cartel que anunciaba el fin de las subastas. ¿A qué se debió el cambio de criterio en tan poco tiempo? ¿O simplemente se había malinterpretado el significado de la enmienda a los presupuestos sobre esta cuestión?
RESPUESTA: Tenemos un posicionamiento claro y meridiano sobre las subastas. Desde hace muchísimos años he sido un luchador nato contra las subastas de medicamentos, desde que las puso en marcha María Jesús Montero, hace ya casi una década. Me posicioné desde el inicio en contra de las subastas porque suponían en primer lugar una inequidad en el acceso a los medicamentos con respecto al resto de autonomías. En segundo lugar, porque implicaban un cambio continuo de medicamentos, empeorando la adherencia a los tratamientos, y generando desabastecimientos.
Y también porque mermaban la libertad de prescripción del médico y quitaban la capacidad de elección en la dispensación por parte del farmacéutico.
Y, para colmo, los beneficios económicos que pudieran obtenerse con esas subastas no eran finalistas, sino que iban directamente a Hacienda, sin que la sanidad andaluza se pudiera beneficiar de ellos. Es un sistema que ni compartía yo ni nadie. Ni siquiera las propias autonomías del PSOE, que ninguna siguió los pasos de Andalucía.
Había permanentes críticas de pacientes por los cambios continuos en los medicamentos y de la industria por la imposibilidad de entrar en el mercado andaluz y la quiebra de la unidad de mercado; se dañaba el PIB porque la mayoría de laboratorios adjudicatarios eran deslocalizados.... Y por todo ello, tanto al hacer el programa electoral del PP como al llegar al gobierno autonómico junto a Ciudadanos y Vox, nos posicionamos claramente en contra de la subasta de medicamentos y nos comprometimos a derogarla.
P: ¿Por qué no las han derogado entonces directamente?
R: Nuestra postura no ha cambiado. Y desde que soy consejero, no he vuelto a hablar de subastas sino que conforme había que renovarlas, dejaba que decayeran. Al principio pensamos en el Gabinete suprimirlas de golpe, pero eso nos suponía unas reclamaciones económicas por incumplimiento de contrato enormes, que nos llevaron a decidir que era mejor dejarlas simplemente decaer.
Y cuando decayera la última, que fue en diciembre de 2020, incluimos en los presupuestos una modificación del artículo 60 de la Ley 22/2007 de Farmacia de Andalucía, para evitar tener que seguir convocándolas anualmente, que era a lo que nos obligaba la ley.
Lo que hicimos en los presupuestos para 2021 fue eliminar la palabra taxativa que obligaba a esas subastas anuales y poner en su lugar que podrán convocarse esas subastas porque lo que no podíamos hacer era incumplir la ley.
P: ¿Pero por qué no derogó directamente el artículo 60 de la ley que las amparaba?
R: Desde jurídico se nos indicó que lo adecuado era hacer la derogación del artículo 60 de forma ordenada y con debate parlamentario y que la vía para ello era un proyecto de ley o una proposición de ley. Con esa idea trazamos una cronología hace ya dos años, al llegar al Gobierno, que no ha cambiado ni un ápice y que implica dejar decaer las subastas, como ya hemos hecho, y derogar el artículo 60 antes de final de este año 2021 vía proyecto de ley o proposición de ley, tal y como va a ocurrir.
Esa es la cronología que trazamos hace dos años y no me he movido de ella ni un ápice. Cualquier comentario que se haya podido hacer sobre fórmulas alternativas a la subasta desde luego no responde a ninguna palabra mía, porque no me he movido ni un ápice de la promesa electoral que hice y que estamos cumpliendo. No hay ningún tipo de negociación paralela con nadie: en Andalucía la accesibilidad a los medicamentos será igual que en cualquier otra autonomía y acatamos la ley de ámbito nacional.
P: Eso tendrá repercusiones económicas importantes. ¿Cómo compensarán el incremento de la factura farmacéutica?
R: El impacto será el que tiene que ser y la accesibilidad la que tiene el resto de España. El precio de los medicamentos se fija con carácter nacional y lo que cambia es que el médico podrá prescribir el medicamento que considera oportuno y el farmacéutico, si es principio activo, como ocurre en más del 90% de casos en Andalucía, podrá dispensar el genérico que crea más oportuno intentando que haya la máxima adherencia al tratamiento. Se hablaba antes de un ahorro, pero eso iba para Hacienda que obtenía unas cantidades de forma anómala.
P: ¿Tiene previsto algún acuerdo con los colegios de farmacéuticos para la realización de test de antígenos o la vacunación contra la covid, tal y como se está haciendo en otras autonomías y países?
R: Actualmente hay un 20% de farmacias que son específicas de laboratorio y, por tanto, como cualquier laboratorio están haciendo sus test diagnósticos tanto de antígenos como de anticuerpos sin problemas. Estamos teniendo reuniones con el CACOF sobre este tema pero no está claro a nivel nacional el protocolo que se debe seguir. Tal y como han hecho Madrid y otras autonomías, le hemos pedido al Gobierno de la Nación que si hay un protocolo sea lo más cohesionado posible.
Una vez tengamos ese protocolo se hará, pero también debemos contar con la disponibilidad de las farmacias porque no siempre es fácil encontrar un sitio diferenciado en la farmacia para hacer un diagnóstico en salud con una prueba. Hay pruebas más sencillas, como la de anticuerpos que sólo es pincharse en un dedo, pero otras como las de antígenos precisan tener un conocimiento específico como es el de enfermería para la extracción de muestras nasofaríngeas.
La voluntad de la consejería es que, si se hace, se haga de forma cohesionada para que no lo haga cada autonomía de una manera.
Para nosotros, las farmacias son mediadores importantísimos en salud y son primera línea en el abordaje de esta pandemia. Por eso entre los primeros a los que hicimos los test de anticuerpos incluimos a los farmacéuticos, integrándolos dentro de lo que es el grupo de choque contra la pandemia.
P: ¿Va a ocurrir lo mismo con las vacunas contra la covid? ¿Estarán los farmacéuticos entre los grupos prioritarios a vacunar?
R: Eso lo van a ir decidiendo los grupos de trabajo del Ministerio. Hay que definir la semana que viene quiénes son el grupo 3 y 4 de vacunación. Lo que allí se decida será asumido. En el último Consejo Interterritorial lo que yo pedí fue cambiar lo fijado y meter a las personas mayores de 80 años, aunque estén en sus domicilios, en el grupo 2 de vacunación porque son personas de muy alto riesgo. En cuanto a sanitarios, me van llegando peticiones de diferentes colegios sanitarios para integrarlos dentro del grupo 2 y grupo 3 y toda esa información se le envía al Ministerio que es de donde saldrá el protocolo a seguir.
Por supuesto, queremos vacunar a todos, pero lo que ocurre es que de aquí a final de marzo el Gobierno de la Nación lo que me garantiza es que llegarán 940.000 vacunas, lo que supone unas 450.000 personas para vacunarse.
Y en Andalucía tenemos 1,6 millones de mayores de 65 años, más unos 16.000 sanitarios entre la pública y la privada, más dentistas, más farmacéuticos… Entiendo que las residencias debían ir lo primero, pero dentro del grupo 2 creo que debe incluirse a los mayores de 80 años y he pedido que esto se debata en el próximo Consejo Interterritorial de Salud.
P: ¿Pedirá también la autorización de confinamientos domiciliarios?
R: El no que se nos ha dado al confinamiento no lo entiendo. No significa que yo quiera hacer un confinamiento domiciliario en toda Andalucía. Lo que quiero es que el Gobierno me dé armas para utilizarlas cuando las necesito, permitiéndome modificar el toque de queda y establecer confinamientos domiciliarios selectivos. Y lo que se me ha contestado es que no puedo ni siquiera modificar el toque de queda y adelantarlo a antes de las 10 de la noche.
Lo que más se asemeja a un aislamiento domiciliario es un toque de queda. Ya que no me permite el aislamiento domiciliario, debería permitirse adelantar el toque de queda a las 6 de la tarde o la hora que corresponda.
He mandado una carta oficial al ministro para que nos dé esa arma, que en este momento de la epidemia es muy necesaria.
P: ¿Teme que el ministro esté actuando pensando más en la campaña electoral de Cataluña que en la pandemia? ¿Cree que ha sido un error el anuncio de su marcha en este momento?
R: Mi relación con el ministro ha sido amplia y estrecha, no sólo por causa del coronavirus, sino también con los finales de la listeria, los principios del virus del Nilo… Hemos tenido una relación cordial, con disparidad muy importante de criterios, pero siempre desde la lealtad institucional.
Critico la falta de cohesión y de liderazgo del Ministerio que debería haber trazado unas líneas maestras para afrontar la pandemia y no lo ha hecho, no ha tenido una estrategia coherente. Pero en lo personal le deseo todos los éxitos al ministro en su nuevo desafío político.
Off Laura G. Ibañes Política y Normativa Política y Normativa Off
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