Para las personas que doblan turnos lo más difícil es mantener una buena organización de las comidas, bien por falta de previsión bien por falta de tiempo. Un recurso que ayuda a improvisar platos saludables en un momento determinado es tener a mano lácteos desnatados, conservas de verdura, legumbres o frutos secos, como propone Patricia Yárnoz Esquiroz, nutricionista de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN). En su opinión, la alternativa más saludable cuando el profesional sanitario tiene que comer en el hospital es llevar el táper de casa: “La mejor opción es preparar en casa las comidas que nos toque realizar en el hospital acorde al turno que nos corresponde, también en el turno de tarde o noche”.
Alejandro Fernández Montero, médico del trabajo de CUN y con especial dedicación a la promoción de la salud, considera que llevar la comida de casa favorece el seguimiento de una dieta mediterránea, que es el patrón dietético que más beneficia la salud física, psicológica y neurológica, según ingente evidencia científica. No obstante, matiza que algunos hospitales han implantado menús saludables que se sirven en las cafeterías o son preparados por el personal de cocina que da de comer a los pacientes.
En cuanto al contenido de esos táperes, Patricia Yárnoz recomienda preparar “platos combinados”, es decir, platos únicos que engloben todos los grupos de alimentos, como ensalada con huevo duro y atún, pasta con verdura y carne, legumbres con verduras, o arroz con pescado: “Nos aseguramos así la ingesta de proteína, que muchas veces por falta de tiempo no se suele realizar”.
Fernández Montero añade que hay que cuidar las cantidades: “El problema a veces es que comemos mucho y la restauración tiende a poner demasiada cantidad. Debemos evitar las comidas copiosas y muy grasientas que trabajando nos puedan hacer sentirnos incómodos y ocasionarnos problemas gastrointestinales”.
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