Empieza el año 2021, y los farmacéuticos lo estrenamos sumando a la covid y al temporal Filomena, una Orden Ministerial de Precios de Referencia que vuelve a apretar a la baja los precios de los medicamentos.
Como sabemos, los precios se calculan para los medicamentos incluidos en cada conjunto de referencia, y se hace en base a la presentación con menor coste por tratamiento y día (DDD). Esta vez se crean más conjuntos nuevos de presentaciones en oficina de farmacia (452) de los que se suprimen (437), y lo mismo pasa con el ámbito hospitalario, que crean 237 y suprimen 223. Hay que recordar que existe un precio mínimo de 1,60 euros, y una lista de medicamentos esenciales según la OMS, que tampoco se revisan en precio, aunque en la Orden publicada hay errores al respecto.
Esta vez, para reforzar el abastecimiento, se han adoptado algunos mecanismos excepcionales a la regla de cálculo. Así, se articula un precio de referencia ponderado que se aplica a las presentaciones de medicamentos con dosificaciones especiales, para enfermedades graves o cuyos precios han sido revisados por la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM) en los últimos dos años por falta de rentabilidad. Además, la entrada de un medicamento en precios de referencia lo excluye de las devoluciones por el RD 8/2010 que industria, distribución y farmacias hacen al SNS, por lo que puede ocurrir que para esos medicamentos no haya impacto o incluso aumente su coste.
Pero, aún con todos estos matices, el impacto económico supondrá un recorte en la factura de las farmacias de unos 42 millones de euros anuales, según el propio Ministerio de Sanidad, o las consultoras del mercado de prescripción. Y esta rebaja se verá aumentada por la parte de facturación privada, que también se ve recortada aunque al Sistema Nacional de Salud no le afecte en su presupuesto, y puede llegar a unos 10 millones de euros más si extrapolamos el porcentaje de prescripción privada sobre la total. De hecho, se descuenta que el crecimiento anual de nuestro mercado del 1,7% desaparezca entrando en una contracción del 3,5%.
Desde FEFE lamentamos que a la pésima gestión sanitaria de la pandemia se añada esta lamentable práctica automatizada y anual que siempre agrava el riesgo de desabastecimiento para los pacientes por motivos puramente económicos. Y exponemos nuestras razones:
Las cifras de recorte deberían añadirse a las que todas las anteriores OPR han arrojado, pues hablamos de recorte marginal, pero no el total acumulado para este año y por este procedimiento (además hay más mecanismos de recorte como los reales decretos para las farmacias, aunque generan más precariedad profesional que desabastecimiento). El sistema de cálculo es excesivamente complejo, como se ha visto sucintamente, y es completamente ajeno a los costes de producción. De hecho, este desarrollo bajo deslocalización global de producción de APIS hace que sea imposible iniciar la fabricación química de éstos en España porque sería ruinosa, por lo que este sistema impide crear industria estratégica. Seguimos dependiendo de países, que por sus distintos (menores) estándares salariales, medioambientales, y burocráticos, logran costes que permiten comercializar a precios de referencia. Regular precios sin considerar los costes o los precios puntuales de las materias primas provoca desabastecimientos puntuales cada vez que hay mucha demanda internacional.
El tratamiento automatizado produce monstruos que hay que corregir a posteriori o llevan al desabastecimiento. Se provoca tras cada OPR toda una catarata de notificaciones y alegaciones de los fabricantes, de las que una parte incluso se judicializa.
Debería excluirse del sistema toda presentación con precio inferior a 3 euros de PVL y más de 10 años en el mercado. Esto haría el sistema más abarcable y justo, porque son miles las presentaciones que tienen precio menor a 3 euros de PVL, y todas normalmente presentes en oficinas de farmacia.
El sistema nada tiene que ver con el fomento de la competencia. Iguala los precios por publicación, o se acata o no se accede al mercado.
Los conjuntos hospitalarios en envase clínico asumen unos precios que no tienen que ver con los de envase individual. Como resultado, desaparecen los envases clínicos. Lo mismo puede suceder con formas farmacéuticas que tienen tecnología galénica más costosa.
En fin, algo a mejorar, tal como han puesto de manifiesto en sus informes la AIReF y la CNMC, y reclamamos en FEFE desde hace años.
Off Luis de Palacio. Presidente de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE). Farmacia Comunitaria Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3ooFEj9
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