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jueves, 28 de enero de 2021

Nutricionistas unifican una nomenclatura para definir correctamente las dietas hospitalarias

Autocuidado
gemasuarez
Vie, 29/01/2021 - 00:00
Más seguridad para el paciente
Nancy Babio, presidenta del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña.
Nancy Babio, presidenta del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña.

El Grupo de Trabajo de Nutrición Clínica (GTNC) del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña (Codinucat) ha consensuado una guía sobre la nomenclatura de las dietas que se administran a los enfermos ingresados en los hospitales, con el fin de evitar errores y confusión en su composición que podrían afectar directamente su salud.

Se consideran incorrectas o imprecisas denominaciones tales como dieta asódica, dieta sin grasas, dieta sin proteínas y otras que hacen referencia a la textura como dieta blanda, o dieta túrmix (refiriéndose al electrodoméstico), entre otras. Gemma Simats, coordinadora del grupo, propone que la denominación de las dietas "apele a las sustancias y/o características que las componen, por ejemplo, dieta con control de hidratos de carbono, y no a la patología a la que van dirigidas (dieta diabética)”.

Desde el GTNC explican que el problema es que una misma dieta puede tener distintas denominaciones o una designación concreta puede aplicarse a dietas que presentan composiciones y/o indicaciones diferentes. Así la dieta relacionada con las patologías del estómago se puede denominar con múltiples expresiones: dieta semisólida, semiblanda, dieta de protección gástrica de fase 1, dieta líquida completa...

Gemma Simats, Coordinadora del grupo de trabajo de Nutrición Clínica del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña.
Gemma Simats, Coordinadora del grupo de trabajo de Nutrición Clínica del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña.

Tanto Simats como Nancy Babio, presidenta del Codinucat, explican a CF que no contar con una denominación común y precisa, "supone un impedimento para garantizar la seguridad del paciente, la continuidad asistencial y dificulta la coordinación entre los distintos niveles asistenciales, es decir, pone en riesgo el mantenimiento de la misma indicación dietética en el tiempo, dificulta su comprensión por parte del mismo paciente y puede inducir a error y a la no adherencia a las pautas adecuadas".  Y añaden que una estandarización "redundaría en una buena prescripción y pauta dietética, lo que conllevaría a una adecuada planificación dietética y, como consecuencia, el paciente recibirá realmente la pauta que verdaderamente necesite".

Según constatan a este medio, la falta de consenso en la nomenclatura de las dietas hospitalarias es común en todos los hospitales y centros sanitarios españoles. "De hecho, -continúan- en una primera etapa del desarrollo del documento se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en la que se analizaron los manuales de dietas de diferentes centros hospitalarios, dónde quedó reflejada la diversidad de denominaciones".

Como apuntan las nutricionistas, este documento pretende que sea usado por todos los profesionales sanitarios y no sanitarios que estén involucrados en la alimentación de la persona hospitalizada, institucionalizada y en el ámbito comunitario. "Es importante que se defina las dietas de forma inequívoca y que permita a todos los profesionales utilizar la misma terminología, con independencia de su centro de trabajo o lugar de residencia. Se trata así de contribuir a la seguridad del paciente/usuario y evitar errores de prescripción, respetando el principio de equidad en el ámbito de la sanidad".

Clasificación en tres grandes grupos

Además de definir qué es una dieta hospitalaria ("régimen de alimentación en que la cantidad, calidad, composición, frecuencia y horario de las ingestas sólidas y líquidas han sido planificadas con finalidades terapéuticas), una de las propuestas del documento es clasificar estas dietas hospitalarias en tres grandes grupos: básicas, terapéuticas y progresivas.

Así, la primera hace referencia a la "pauta alimentaria equilibrada, variada y saludable que no tiene ninguna restricción con respecto a nutrientes, alimentos o procedimientos culinarios", como reza el texto.

Las terapéuticas consisten en un "plan de alimentación que se prescribe en función de la situación fisiopatológica del paciente. Puede ser equilibrado o no en su composición nutricional, ya que conlleva modificar la dieta para excluir alimentos, restringir algunos o enriquecerlos y/o utilizar procedimientos culinarios específicos", continúa.

Y las progresivas "están indicada en diferentes fases de la enfermedad y/o de la recuperación del paciente después de un ayuno prolongado, un íleon paralítico o una intervención quirúrgica con el objetivo de evaluar su tolerancia digestiva. Por lo tanto, es una dieta de fácil digestión, con bajo contenido de fibra, lactosa y grasas. En esta dieta, la textura es una característica inherente al tipo de dieta, puesto que el objetivo de la pauta alimentaria así lo requiere".

Definir estas dietas no ha sido fácil. De hecho, Babio y Simats cuentan que en el caso de la dieta progresiva, "y como excepción a las premisas del documento, se ha denominado este grupo de dietas según la textura después de consensuar que, en este caso concreto, la textura es una característica física inherente al tipo de dieta y no una modificación parcial de ésta, y, por lo tanto, no es una característica de otra dieta, sino un tipo de dieta hospitalaria per se".

Asimismo confiesan que ha sido un reto para el grupo de trabajo "la denominación de las dietas con control de proteínas y bajo contenido de minerales asociadas a insuficiencia renal, evitando usar una nomenclatura excesivamente larga y/o demasiado compleja, así como la nomenclatura de las dietas con control de residuo por la dificultad en la propia definición y clasificación del residuo".  

'Rico en' o 'Pobre en', términos desestimados

En el documento se define la denominación de la dieta en relación con las características de la dieta misma, y se adecua a las necesidades, síntomas y/o patología del paciente. También se desestiman denominaciones de dieta que son un cajón de sastre para cualquier patología digestiva o problema mecánico, como dieta blanda, y otras aberrantes o poco precisas, como dieta antidiabética, dieta diabética, dieta hepática, dieta gástrica o dieta astringente, y tantas otras que se utilizan por todo el país.

Por otra parte, descartan el uso de los adjetivos como rico, pobre, rica en y pobre en para optar por locuciones como con alto contenido de o con bajo contenido de, "con el objetivo de utilizar una terminología más precisa, inequívoca y ajustada a la composición y características reales de la dieta".

Marcando diferencias

El texto establece la diferencia entre dieta absoluta y ayuno. Así, la primera es la pauta alimentaria consistente en la "privación total de ingestión de alimentos líquidos y sólidos durante un tiempo determinado" y el segundo es "la abstención de comida para hacer pruebas diagnósticas o exploratorias".

Igualmente, se marca la distinción entre residuo y fibra. "Muchas veces solo se hace referencia a la fibra cuando se habla de residuo -se aclara en el documento-, pero es sabido que otros componentes, como el tejido conectivo, las grasas y la lactosa no son digeridos de forma completa". "Nuestra propuesta para la implicación clínica en el manejo de las suboclusiones intestinales -prosigue- es considerar residuo todo aquelloque puede llegar al colon sin haberse digerido, es decir, fibra (tanto fermentable como no fermentable), grasas, tejido conectivo y lactosa. Por ello, se ha diferenciado la dieta de bajo
contenido de residuo
(grasas, lactosa y fibra) de la dieta de bajo contenido de fibra, que sí que
puede contener cantidades equiparables a la dieta básica en lactosa y grasas. Esta última
dieta puede prevenir el estreñimiento en pacientes con riesgo de suboclusión.

Cabe destacar que la guía contiene una extensa bibliografía científica que respalda la propuesta de unificación terminológica y un amplio glosario donde se aclaran muchos conceptos y se proponen denominaciones como dieta sin cerdo, en vez de dieta musulmana; dieta triturada, en vez de dieta túrmix; dieta hipocalórica, en vez de dieta para obesidad.

Algoritmo de recomendación, según texturas

Otra de las bondades de este documento es que la aclaración que hacen sobre los tipos de textura que hay y la inclusión de un algoritmo para saber cuándo recomendar una u otra. Este algoritmo será de gran utilidad, ya que, como reconocen a este medio las dos nutricionistas, "los hospitales no suelen disponer de algoritmos para la elección de la textura de la dieta. En función del centro sanitario, la elección de la textura es realizada por una variedad importante de profesionales, desde el médico referente del paciente, personal de enfermería, dietistas-nutricionistas, hasta en algunos centros profesionales del logopeda o la nutrición".

Sobre el algoritmo dicen que se sienten especialmente felices, "ya que fue una colaboración para el Documento de Consenso para el abordaje comunitario de la desnutrición relacionada con la enfermedad crónica en personas con complejidad clínica, del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña y que ha sido refrendado incluso por profesionales provenientes de sociedades científicas de Enfermería, Geriatría, Endocrinología y Nutrición, e incluso de profesores del ámbito de la dietética de las universidades catalanas".

Ha sido una propuesta elaborada por el Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña y está pensada para profesionales de la salud y personal de restauración. Off Gema Suárez Mellado Farmacia Hospitalaria Off

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