El cáncer de mama es el tumor más frecuente entre las mujeres de todo el mundo. Se calcula que, sólo en Estados Unidos, se diagnostican cada año 28. 550 cánceres metastásicos y 49,290 en estadio no invasivo. De 2008 a 2017, la incidencia del cáncer de mama invasivo en las mujeres aumentó medio punto porcentual cada año.
A pesar de que aún registra importantes tasas de mortalidad, los avances acontecidos, médicos y tecnológicos, en los últimos años han permitido que se trate de uno de los procesos de mayor curación o cronificación.
La medicina de precisión, de la mano de las terapias farmacológicas dirigidas que se dirigen contra una característica molecular específica del tumor, ha sumado puntos en ese continuo avance contra su progresión. Una de esas moléculas, olaparib, un inhibidor de la proteína PARP esencial en los procesos de reparación del ADN, está siendo clave, según los datos que se han presentado en una de las sesiones plenarias de la Reunión Anual de la Sociedad America de Oncología Clínica (ASCO 2021) que se celebra estos día telemáticamente.
Reducción de recaídas en fase precoz
El estudio de fase III presentado, el OlympiA, demuestra la utilidad de olaparib para evitar recaídas en pacientes con cáncer de mama y una alteración genética hereditaria en BRCA1 o BRCA2, lo que amplía el uso de este fármaco hacia el cáncer de mama precoz, con una reducción del riesgo de recaída en estas pacientes en más de un 40%.
Hasta la fecha, el uso de olaparib en cáncer de mama estaba restringido a enfermedad metastásica en pacientes con una alteración genética en BRCA1 o BRCA2. Pero los resultados del OlympiA, que se acaban de publicar en The New England Journal of Medicine, dirigido por Andrew Tutt, del Institute of Cancer Research and Kings College London (Reino Unido), avalan la ampliación de su uso en pacientes diagnosticadas de un cáncer de mama precoz.
El uso de olaparib estaba restringido a patología metastásica, pero los nuevos datos lo amplían a fase precoz
Judith Balmaña, coautora de la publicación y una de las investigadoras del estudio OlympiA, explica a DM que se trata de un estudio randomizado de pacientes con cáncer de mama primario y mutación germinal en BRCA1 y BRCA2 y HER2 negativo.
Después de recibir el tratamiento estándar con cirugía, radioterapia, quimioterapia y tratamiento hormonal si tienen receptores hormonales positivos, las mujeres fueron randomizadas a recibir un año de olaparib versus control. “El estudio demuestra que el tratamiento con olaparib reduce en 40% la probabilidad de recaída a distancia y que, a los tres años este beneficio se traduce en un 7% de beneficio global en riesgo de recidiva”.
Terapia curativa dirigida
Ello significa, según la también responsable del Grupo de Genética del Cáncer y miembro de la Unidad de Cáncer de Mama del Valle de Hebrón Instituto de Oncología (VHIO), que el 87% de las pacientes en el brazo de olaparib, frente al 80% en placebo, están libres de enfermedad. Por tanto, son pacientes con una altísima probabilidad de curación diagnosticadas a edades jóvenes y con un tratamiento curativo dirigido”.
En el OlympiA han participado 1.836 pacientes y ha evaluado la eficacia de olaparib después del tratamiento neoadyuvante o adyuvante con quimioterapia, cirugía y radioterapia para evitar la recaída de la enfermedad. “No hay que olvidar que estas alteraciones genéticas en BRCA1 o BRCA2 suelen predisponer al diagnóstico de tumores potencialmente agresivos y a una edad joven”, subraya la especialista.
Balmaña, insiste a DM en que al beneficio frente a las recaídas, se suma la baja toxicidad de la molécula, de administración oral, lo cual permite mantener una buena calidad de vida.
“El tratamiento con olaparib fue muy bien tolerado, sin apenas impacto en la calidad de vida y con escasa toxicidad asociada. Supone, desde luego, un paso muy importante en el camino hacia la curación de este subgrupo de mujeres con una alteración germinal en los genes BRCA1 y BRCA2 diagnosticadas de cáncer de mama primario a edades jóvenes”.
El riesgo de que una mujer pueda desarrollar un cáncer de mama o de ovario aumenta considerablemente si hereda una mutación dañina en el gen BRCA1 o en el gen BRCA2. Algunos estudios señalan que las mujeres que heredan alguna de esas mutaciones tienen hasta un 70% de posibilidad de presentar un cáncer de mama frente al 12% de la población no portadora.
Las mujeres que heredan una mutación en BRCA1 o BRCA2 tienen hasta un 70% de riesgo de presentar cáncer de mama
Olaparib ya había demostrado su utilidad en el tratamiento de pacientes con cáncer de mama metastásico, pero los resultados del OlympiA, suponen una nueva vuelta de tuerca, ya que demuestra que “ofrece un importante beneficio en la posibilidad de curación en una etapa inicial de la enfermedad”, señala Cristina Saura, jefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Universitario Valle de Hebrón (HUVH) y jefa del Grupo de Cáncer de Mama del Valle de Hebrón Instituto de Oncología (VHIO).
Este estudio ha sido posible gracias a una alianza mundial entre la investigación academia y la de la industria farmacéutica. En España, los grupos cooperativos SOLTI y GEICAM de investigación en cáncer de mama han participado como grupos académicos que pertenecen a BIG (Breast International Group) y conjuntamente han reclutado casi 122 pacientes, que representa casi un 10% del total.
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