En 2018, la Comisión Europea autorizó la comercialización de los primeros medicamentos de terapia avanzada CAR-T. Se trata de terapias tan disruptivas como complejas: disruptivas porque suponen una esperanza para pacientes de mal pronóstico con neoplasias hematológicas que no responden a otros tratamientos, y complejas porque implican un proceso asistencial similar al de un trasplante a la par que un proceso de fabricación individualizado en el que la materia prima son los linfocitos del paciente.
A finales de ese mismo año la Comunidad de Madrid impulsada por la Consejería de Sanidad diseñó la Estrategia Regional de Terapias Avanzadas, para optimizar la gestión de las terapias avanzadas mediante la coordinación y apoyo de los ámbitos de la asistencia sanitaria, la investigación y la formación, y contando con la colaboración público-privada. La Estrategia enmarcada en el Plan del Sistema Nacional de Salud para el abordaje de terapias avanzadas CAR-T incluye, entre otros, el Plan de Gestión de las Terapias CAR-T, en el que participa un grupo multidisciplinar de expertos coordinado desde la Unidad de Terapias Avanzadas.
Cifras menores de lo esperado
Desde dicha unidad se han gestionado hasta la fecha 121 solicitudes de tratamiento con las dos terapias CAR-T comercializadas; el 75% de los pacientes han sido casos de linfoma y el 25% de leucemia linfoblástica aguda, y se ha infundido el tratamiento en la mitad de los pacientes.
Las cifras son menores de lo esperado según las estimaciones de la Sociedad Española de Hematología, lo cual se debe, en parte, al impacto de la pandemia de covid-19, tal y como refleja el Comité del Parlamento Europeo para la lucha contra el cáncer (Beating Cancer Committee) en su último informe sobre el impacto de la pandemia en el cuidado del cáncer presentado el 10 de mayo, en el que concluye que muchos tratamientos oncológicos sistémicos han sufrido retrasos, interrupciones o incluso no han llegado a iniciarse. Influye también la definición, a nivel nacional, de un perfil muy concreto de paciente candidato al tratamiento. Esta definición, que es necesaria para minimizar las incertidumbres que generan estos medicamentos inherentes a sus características (fármacos de una sola administración y un alto coste económico) no está exenta de problemas ya que plantea situaciones de pacientes que, al no ajustare a los criterios de iniciación del tratamiento, son derivados a ensayos clínicos.
Definición de nuevas líneas estratégicas
A pesar de ello, el número de solicitudes de tratamiento en la Comunidad de Madrid está aumentando a gran velocidad, ya que desde enero de 2020 hasta la fecha prácticamente se ha triplicado. Otro dato relevante es el aumento en el número de solicitudes de otras comunidades autónomas, que representan ya el 30% de los casos gestionados. Por ello, desde la Unidad de Terapias Avanzadas estamos trabajando en la definición de nuevas líneas estratégicas de actuación de cara a los próximos años, enfocadas a garantizar la accesibilidad a un mayor número de pacientes a estas terapias y a mejorar el proceso. Y no solo en lo que a las CAR-T se refiere, sino también a todos los medicamentos de terapia avanzada que hay y que están por venir.
'Diana', la revista de las Terapias Avanzadas.
Diana Off Elena Casaus. Coordinadora de la Estrategia Regional de Terapias Avanzadas de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid Opinión Opinión Opinión Opinión Opinión Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3fXrMvn
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