El compromiso del farmacéutico de atención primaria con el buen uso de los medicamentos, en concreto de los antibióticos, va en su ADN y llevan años cumpliendo con ello. Tanto es así que en algunas comunidades están liderando proyectos de gran relevancia en los que participan profesionales sanitarios de otras disciplinas.
Un ejemplo es el trabajo que están realizando los farmacéuticos de primaria de la Comunidad de Madrid y que se ha hecho más visible gracias a un proyecto europeo contra la resistencia a los antibióticos, que arrancó en 2017 y que ha concluido en febrero de este año.
De esta iniciativa, coordinada por el Instituto Nacional de Salud de Francia y en la que han participado más de cuarenta instituciones de varios países de la Unión Europea, incluyendo el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), han nacido programas, que hoy siguen en marcha y han venido para quedarse, como es el Programa de Optimización del Uso de Antibióticos (PROA) de pacientes en tratamiento ambulatorio.
Así, el PROA arrancó al amparo del proyecto europeo en 2019 y en él los farmacéuticos de atención primaria están asumiendo una gran responsabilidad y liderazgo, como explica a CF José Manuel Izquierdo, jefe del Servicio de Farmacia de la Gerencia Asistencial de Primaria de Madrid, volcado en el proyecto europeo desde sus inicios, quien argumenta el porqué de este PROA en primaria. "Los PROA podían ser hospitalarios o de pacientes en tratamiento ambulatorio y, dado que ya había un PROA de hospital en marcha, decidimos centrarlo en el paciente ambulatorio, dando servicio tanto a atención primaria, como a residencias y a los servicios de Urgencias, es decir, a todo paciente que fuera a recibir un tratamiento y lo fuera a tomar en su casa, independientemente del ámbito donde se lo hubieran recetado".
La labor de los farmacéuticos de primaria comenzó desde el minuto uno de su constitución, elaborando guías de práctica clínica junto a otros profesionales, sobre todo médicos de Medicina de Familia, Urgencias y pediatras, estos últimos de primaria y hospital. "En concreto se hicieron dos guías una sobre uso de antimicrobianos en adultos con tratamiento ambulatorio y otra centrada en niños".
Líderes de las estructuras del PROA
También forman parte de la estructura del PROA. De hecho, Izquierdo resalta que han actuado "como líderes de las subcomisiones que se han generado en el PROA, que se estructura en dos pilares básicos: la subcomisión de optimización del tratamiento de antibióticos y los referentes de antibióticos".
Respecto a la subcomisión, el experto detalla que esta formada por integrantes de atención primaria y Urgencias hospitalarias, tanto de Medicina y como de Pediatría; por farmacéuticos de primaria y hospital, así como por otros profesionales, entre ellos, microbiólogos. "Aquí el farmacéutico de primaria es el que lidera el proyecto, pues lleva los consumos de antibióticos que se hacen en la comunidad y esta información la traslada a la subcomisión y pone en marcha las líneas de trabajo a desarrollar para coordinar mejor la utilización de los antibióticos", especifica Izquierdo.
En cuanto a los referentes de antibióticos, Izquierdo apunta que son profesionales que se formaron y se definieron para cada centro de salud. "En cada centro de salud, en cada servicio de Urgencias de cada hospital de la Comunidad de Madrid incluso en los centros de Atención Continuada del SUMMA se definieron unos referentes de antibióticos, que eran los encargados de liderar el uso adecuado de los antibióticos en esos ámbitos". Además, en el contrato programa de cada centro de salud, se estableció un indicador ligado a incentivos, de tal manera que se tenía que celebrar una serie de sesiones de casos clínicos y de seguimiento de indicadores relacionados con los antibióticos. "Los referentes de antibióticos tenían que coordinar la actividad para que eso fuera así", especifica Izquierdo.
Pero, ¿cuál es el papel de los farmacéuticos de primaria en este punto? A esta pregunta, responde que "son facilitadores, colaboradores de los referentes de antibióticos, para que puedan cumplir lo acordado, por ejemplo, realizando sesiones de seguimiento de indicadores o también sesiones de casos clínicos. De hecho, los farmacéuticos recibieron la misma formación que los referentes y tenían la misma información".
Todos a una
Hoy el PROA del paciente ambulatorio de la Comunidad de Madrid está a pleno rendimiento y los farmacéuticos de primaria continúan su labor para que en primaria se haga un mejor uso de los antibióticos y evitar, así, resistencias. "Los indicadores del contrato programa siguen y los farmacéuticos siguen haciendo sesiones y preparando documentación relacionada con antibióticos. Por ejemplo, hay una publicación mensual donde se recopilan los principales artículos que han salido sobre antibióticos en atención primaria y los elabora una unidad de farmacia de atención primaria", sostiene Izquierdo.
Como resalta el experto, actualmente, hay 45 farmacéuticos de atención primaria trabajando en el PROA, "que son todos los que están en las direcciones asistenciales" y que casi representan el grueso de farmacéuticos de primaria que hay en la Comunidad de Madrid. De hecho, tampoco hay muchos más: "Además de estos 45, hay otros cuatro más a parte de mí para trabajar en la distribución de los medicamentos, es decir, en el área logísticas y de gestión". A su juicio son muy pocos, pero esto, una vez más, es una queja frecuente que manifiestan estos profesiones de muchas comunidades autónomas del país, salvo honrosas excepciones.
Preguntado por cómo ven los médicos y resto de profesionales la labor que realizan en la lucha contra la resistencia a los antibióticos, Izquierdo responde con orgullo que los valoran muy bien. "El farmacéutico de primaria es un facilitador para que los médicos reciban las sesiones marcadas en el contrato programa y es el que le da los datos de sesiones de seguimiento de indicadores, de evolución del consumo de antibióticos, también realiza las sesiones de casos clínicos... Por tanto, ven al farmacéutico como un agente impulsor de la utilización correcta de los farmacéuticos", expone.
¿Y los farmacéuticos comunitarios?
En este repaso de cómo funciona este programa, perfectamente definido y estructurado y en el que tiene su máxima expresión la colaboración multidisciplinar, no se ha mencionado en ningún momento a la farmacia comunitaria, aunque sí a la hospitalaria, que está representada en la subcomisión del PROA, donde también está, por otra parte, enfermería, con labores muy importantes "en la toma de muestras microbiológicas y en la educación al paciente", declara Izquierdo.
¿Por qué la botica ni está ni se la espera? Lo cierto es que Izquierdo, reconoce que en alguna ocasión han colaborado con los farmacéuticos comunitarios; es más, en 2019 les hicieron una encuesta sobre la dispensación de los antibióticos, pero fue algo puntual. Asimismo, dice que tienen "abiertas varias líneas de trabajo con el Colegio de Farmacéuticos de Madrid" y le consta que "hay ciertos centros de salud que tienen mayor relación con las farmacias comunitarias y pueden tener acciones concretas para mejorar el uso de los antibióticos", pero, reconoce, que los farmacéuticos comunitarios "no están integrados en el PROA y no tienen "una campaña estructurada de colaboración con ellos".
No obstante, esto no impide que Izquierdo sea un férreo defensor de esta colaboración entre los farmacéuticos de primaria y comunitaria, sobre todo, "para trasladar a nivel informativo y de educación sanitaria los mismos mensajes y homogeneizarlos. Sería necesario trabajar conjuntamente", aboga.
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