El cáncer de pulmón sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en España, con una tasa de mortalidad acumulada del 20%, que equivale, globalmente, a la suma de defunciones de otros tumores tan prevalentes como el de mama, colon o páncreas.
Los datos están sobre la mesa: cada 30 segundos, alguna persona en el mundo, fallece por cáncer de pulmón, un tumor que, a pesar de las mejoras producidas en el ámbito terapéutico, no consigue disminuir sus índices de mortalidad.
En España, concretamente, más de medio millón de personas ha muerto a consecuencia de esta enfermedad en los últimos 30 años, según los datos del informe 30 años de impacto del cáncer de pulmón en España, elaborado por el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), y presentado con motivo de la celebración de los 30 años de andadura de un grupo pionero de investigación del que forman parte 550 especialistas españoles.
No obstante, y gracias a la investigación generada en los últimos años, el de pulmón es el cáncer con un mayor incremento global de la supervivencia en el mundo, ya que el 15% de los pacientes sobreviven a los cinco años del diagnóstico, dependiendo del tipo y del estadio tumoral.
Aprovechar un tejido sólido
Este hecho, sumado a la todavía elevada tasa de mortalidad, pone de relieve que la investigación sigue siendo el único camino para realizar un adecuado abordaje de la enfermedad. Sin embargo, "es un tumor infrafinanciado, en relación a su impacto sanitario", indica Bartomeu Massutti, secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital General de Alicante, quien recalca que "se debe priorizar una enfermedad que supone un problema sanitario, ya que, en los últimos diez años ha ocasionado 13.100 millones de pérdidas relacionadas con la productividad".
Los representantes de este grupo lo tienen claro: la financiación pública para investigación clínica independiente destinada a este tumor es claramente deficiente, cuando en España, hay un sólido tejido de investigadores y de pacientes -el GECP dispone, por ejemplo, de 47.000 enfermos en ensayos clínicos-, que llevan a cabo y que pueden hacer investigación clínica independiente.
"Ningún gobierno tiene que invertir en estos puntos; sólo en financiación. Pero, a diferencia de otros países, carecemos de una financiación finalista", considera Mariano Provencio, presidente del GECP y jefe de Oncología Médica del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda, de Madrid.
Ambos profesionales consideran que, a pesar de que los ensayos diseñados por la industria son importantes, no se puede depender sólo de ellos: la investigación clínica independiente es esencial para responder a preguntas que se plantean diariamente en la clínica asistencial y que, sin duda, "mejorarían el tratamiento integral de los afectados y sería eficiente para el sistema sanitario", señala Provencio.
Financiación tutelada y evaluada
La existencia del Plan de Medicina Personalizada no parece eficaz en este sentido. El apoyo a las inversiones para la investigación en cáncer de pulmón debería ser aportada y estar tutelada por el Gobierno, con evaluaciones de comités de expertos independientes y de, incluso, fuera de España.
"En Francia, por ejemplo, los recursos se destinan a grandes estudios. Pero, en cualquier caso, tener como referentes la transparencia y la prioridad para parcelas relevantes y, que duda cabe, que la del cáncer de pulmón es un área relevante", subrayan ambos oncólogos.
Precisamente, para poner de relieve la importancia de la investigación, el GECP ha puesto en marcha a campaña 'No son cifras, son personas', en la que pacientes e investigadores interaccionan activamente para que la innovación y la calidad asistencial llegue a todos los pacientes.
En el informe elaborado por el GECP se confirma un hecho que ya se sospechaba; el aumento del cáncer de pulmón entre las mujeres por su incorporación al hábito tabáquico frente a los hombres.
Mientras que en 1991 la mortalidad en el sexo femenino se situaba en torno al 10%, en estos momentos alcanza hasta el 20%. En los varones, por el contrario, ha descendido un 23% desde 1991. "La mayor incidencia en la mujer es la causa de que la mortalidad global haya seguido creciendo a un ritmo anual del 2%", aclara Massutti.
No obstante, y según los datos del Registro de Tumores Torácicos del GECP, las mujeres tienen un pronóstico más favorable respecto al de los hombres: viven un 33% más y se benefician en mayor medida de las terapias personalizadas. La posible razón, según Provencio, "puede estar en la existencia de factores moleculares específicos".
También se destaca un aumento en el número de casos en no fumadores, aunque en este subgrupo, las expectativas de supervivencia son mejores.
Perfil típico
Otros datos aluden al perfil típico del paciente: varón, con una edad media de 64 años y patología avanzada, siendo el tabaco el factor de riesgo decisivo en el desarrollo de este tumor en el 64% de los pacientes registrados.
Respecto a la sintomatología, se ha comprobado que el 30% con enfermedad avanzada no presentaba síntomas al diagnóstico. En fases tempranas, el porcentaje se eleva hasta el 59% de los casos, lo que vuelve a poner en la palestra el debate del cribado del cáncer de pulmón en población diana.
Sobre los subtipos tumorales, el microcítico o de células pequeñas sigue presentando estadios más avanzados en el momento del diagnóstico, en un 70% de casos, así como metástasis y que se acompaña de mayores comorbilidades.
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